Vamos a enamorarnos libremente, en esa especie de liberación donde no existen diferencias, ni prejuicios, sin importar razones, ni sentido común, que no importe nada.
Enamorémonos sin pensar en consecuencias, con la cabeza, con el alma, siempre dispuestos a sentir.
Con voluntad, frente al mar, sobre la arena blanca, bajo la luna, tú y yo.
No seas de piedra, no enfríes tus sentimientos, tienes muchos que entregar, tantos que son infinitos e interminables y yo los reclamo.
Tengo celos, yo que no sufrí jamás por nadie, me doy cuenta ahora que al mirarte, te amo tanto que tengo celos, y los tengo del aire que te acaricia, del sol que te calienta, de la lluvia que te moja los labios.
Ven, acércate a mí, no temas nada, no te pierdas la verdadera felicidad que esta aquí en este momento hablándote.
Tómame de la mano y no preguntes nada, solo disfruta de este atardecer tan maravilloso junto a mí, en la vida hay buenos momentos que no puedes perderte, y serán buenos recuerdos para rememorar mañana.
Ven y dame tu amor, que yo te enseñaré las alegrías de tu futuro, dame tu amor. Ven y dame tu amor, mi vida, en esta tarde donde guardo el dolor en un baúl de los recuerdos, dame tu amor para demostrarte que podemos ser felices y que aún podemos construir en tu alma bellos y maravillosos momentos. Ven y dame tu amor.