A algunos niños les cuesta mucho vencer la timidez y hacer amigos. Muchas veces los padres dudan de si su hijo es tímido o sólo le cuesta relacionarse en determinados momentos. Y es que no es fácil detectar los síntomas de timidez en los niños, la mayoría responden a síntomas internos (pensamientos y emociones). Por ello es muy importante que tanto los padres como los profesores estén atentos a los siguientes indicadores:
- Falta de conductas interactivas. Algunos de los signos son que el niño no pregunte en clase o que espere siempre a que sus padres le digan qué hay que hacer, mostrándose reservado y distante. Es importante no confundir estos síntomas con que el niño se mantenga callado con personas que no conoce o que no le guste interactuar con grandes grupos, si interactúa bien con grupos reducidos.
- Conductas de temor. El niño siente miedo o ansiedad al expresar una opinión o al estar con otras personas. Por ejemplo si el niño prefiere estar solo a jugar con sus amigos.
- Problemas relativos a su autoestima, es decir, sentimientos de inferioridad acompañados de sentimientos de indefensión.
En principio los padres no deben preocuparse si su hijo es tímido. Ser tímido no es negativo, siempre y cuando el grado de timidez no vaya a los extremos y se convierta en ansiedad o fobia social, en cuyo caso sería buena idea consultar con un profesional que pueda analizar qué está ocurriendo y dar las pautas a cambiar.
Sin embargo, si notas que tu hijo tiene algunos comportamientos de los nombrados con anterioridad, vamos a darte algunos consejos para que sepas como puedes ayudar a tu hijo a vencer la timidez para mejorar su autoestima.
- Ante todo debes animar al niño a ser él mismo. Es decir, no trates de cambiar su personalidad. Lo que sí se puede hacer es alabar comportamientos concretos de los niños abiertos que resultan adaptativos. Por ejemplo: “Este niño ha sido muy amable en venir a saludarnos”.
- Ponle pequeñas metas encaminadas a que vaya siendo más abierto. Se puede empezar por saludar con la mano, preguntar “qué tal estás” a los vecinos, hasta terminar dando una pequeña charla delante de su clase. Es importante que vayas adaptando estas metas a los logros conseguidos y no le fuerces a conseguir un logro para el que no esté preparado.
- Dale confianza al niño, haciéndole ver que puede obtener todos los logros que se proponga. Para ello es importante que le felicites cuando ha hecho algo que le cuesta, e incluso cuando no le ha costado tanto. Aprovecha las distintas situaciones ya que nunca está de más decirle “qué bien ha salido hoy la tarea” o “qué dibujo más bonito has hecho hoy”.
- Ayuda a tu hijo a relacionarse con otros niños. Prueba con situaciones que puedan generarle menos ansiedad, como acercarse a un niño en vez de a un grupo. Si no sabe cómo hacerlo, dale instrucciones concretas: “Acércate a ese niño y pregúntale si puedes jugar con él”. Si no quiere hacerlo, no le fuerces.
- No le compares con otros niños, ya que esto no sólo no le ayudará. Solamente le generará más sufrimiento y timidez por no saber cómo actuar para agradar a sus padres.
- Utiliza el juego para desarrollar sus habilidades sociales. Podéis escenificar distintas situaciones en las que dos personas se conocen, hablan de temas comunes, cómo se dan las gracias o se piden un favor.
- Ayuda al niño a acostumbrarse a las situaciones que teme. Puedes pautar la exposición en pasos graduales. Por ejemplo, si queremos que se ponga a jugar con otros niños en el parque, puedes comenzar por sentarte a mirarle en un banco a varios metros de distancia.
- Además, los expertos en psicología infantil recomiendan realizar ciertas actividades que permitan al niño superar las barreras de la timidez.