El verano en Italia se hace más llevadero de dos formas: o con una limonatta helada de San Pellegrino o con un gelatto artigianale. Como la primera es la que suelo optar en la mayoría de las veces, esta vez decidí vivir la experiencia del helado, del cual dicen que en Italia es donde mejor los hacen. Así es como una agobiante tarde de Julio mientras caminaba por la Vía dei Mercanti, me encontré con Venchi, una Ciocco-gelatteria (choco-heladería) que parecía más una de las lujosas tiendas de Vía Montenapoleone o de la Galería Vittorio Emanuele antes que un negocio dedicado a la venta de helado artesanal y cosas dulces.
Su fachada con puertas doradas, el amplio espacio de diseño, los neones de los carteles y la cuidadosa forma en que exhibían los productos que vendían (caramelos, chocolates, bombones y otros productos dulces típicos de la Lombardía) me tentaron a entrar y hacer mi pedido. Al ver los precios de los helados (arrancaban en 5 euros una tacita minúscula y de allí la lista llegaba a los 50 euros del kilo) me hizo dar cuenta de porqué allí no había clientes y en la heladería de enfrente la fila salía del negocio y ocupaba casi media cuadra. Pero la duda y la curiosidad pudieron más y decidí invertir en una tacita de tamaño medio que me permitía probar tres gustos (Pictacchio, cioccolatto nero e cioccolattobianco).
Sin caer en un exceso de argentinismo (ni en un exceso de psicologismo nacionalista), luego de probar el helado de Venchi tuve la extraña sensación de querer estar en Buenos Aires en cualquier local de Freddo. Si bien se sabe que cuando se viaja uno debe abrirse a otras formas gastronómicas (y con la gastronomía italiana yo me llevo muy bien) cuando de gelatto se trata no sucede lo mismo. Si andan por Milán y quieren vivir la experiencia de probar un gelatto de diseño, muy refinado y en uno de los locales más exóticos del centro de la ciudad, no se lo pierdan. Ahora si quieren comer un buen helado, similar al que estamos acostumbrados, les aconsejo que apaciguen el calor con una limonatta y se reserven el gelatto para la vuelta.
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