Investigadores del Reino Unido han presentado el primer prototipo de este vendaje inteligente, que se vuelve fluorescente al entrar en contacto con las bacterias que comúnmente causan infección en las heridas, algo que podría hacerle la vida mucho más fácil a los doctores a la hora de tratarlas.
El proyecto lo lidera Toby Jenkins, profesor de química biofísica en la Universidad de Bath, en colaboración con investigadores de la Universidad de Bristol. Lo que han desarrollado es un gel que libera un tinte fluorescente no tóxico que responde al contacto con las bacterias.
En ocasiones, las bacterias dañinas crecen demasiado para el sistema inmune, momento en el que se hace necesaria la intervención médica para evitar la infección.
Según Toby Jenkins "El peligro llega cuando los microbios trabajan en equipo generando una sustancia viscosa con la que crean una fina capa que les protege del sistema inmune, y que llegado el momento estos microbios empiezan a producir toxinas. Es entonces cuando entra en acción esta venda. Su capa externa tiene una serie de pequeñas cápsulas que liberan un colorante que emite fluorescencia cuando son pinchadas por las toxinas".
El objetivo final es que los médicos puedan saber con tiempo cuándo una herida puede infectarse, procediendo en ese momento a retirar las vendas. Además, de este modo se reduciría la necesidad de utilizar antibióticos de forma preventiva.
Los investigadores han demostrado ya que su prototipo de venda inteligente reacciona y se vuelve fluorescente al entrar en contacto con por lo menos tres especies diferentes de bacterias patógenas. El Consejo de Investigación Médica del Reino Unido ha aportado un millón de libras para la próxima fase del proyecto.
Esta tecnología pretende estar lista para sus primeros ensayos clínicos en 2018.
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