Playa muy linda y concurrida, quizás demasiado concurrida. Es del tipo playa 1 a 1: un vendedor por bañista, pero eso tiene su lado bueno, pues uno puede comer y beber a medida que van pasando.
Para los cócteles Música. Algunos encontrarán de malo el volumen, casi siempre exagerado, que utilizan los vendedores de CD. Tienen un carrito sonoro y van pasando entre la gente. Simultáneamente suelen pasar unos dos o tres…, con músicas diferentes. Si uno busca tranquilidad esto es como mínimo muy incómodo, pero es una playa super popular, con mucho bullicio. Compras varias. Además de comida, hay casi de todo, prendas de vestir con bordados, acuarelas, lentes de sol, sombreros, objetos de bronce, etc. Recolectora de latas Chico vendedor de queso a las brasas
Las músicas son regionales y muy animadas como el forró. Las letras en su mayoría son en doble o triple sentido y tratan sobre la suegra, la bunda (las nalgas), pero no las de la suegras, esa es otra canción.
La playa no está muy lejos de Maceió y alguna vez fue muy buscada por ser una playa alejada y solitaria, con el aluvión de turistas se convirtió en un pequeño y entretenido mercado. Lo barrios cercanos crecieron y los hoteles empezaron a llegar.
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Revista Viajes
Comer en Playa del Francés