No sé si me recordarás, pero a los 10 años aparecí por primera vez en este programa para reclamar, entre otras cosas, un cambio en el sistema educativo. Era Semana Santa, por lo que no te pude entregar una carta para que tú, que tienes el don de la ubicuidad, se la hicieras llegar a todos y a cada uno de los responsables de la educación española. Desde entonces he seguido insistiendo desde mi blog, Mi país a través de mis ojos, y mis colaboraciones en los medios de comunicación. Hoy, cinco años después, me llega de nuevo esta oportunidad.
Mis peticiones para este año te las puedes imaginar, aunque sigo pensando que si se gozara de un sentiDO común sano todo sería más fácil y diferente.
En esta ocasión no tengo el placer de escribirte desde la mesa camilla con los pies calentitos bajo el brasero con un tazón de leche caliente, pero aún aquí sigo esperando tu magia. Por un momento me detengo a pensar todo lo que ha supuesto este 2018, a nivel personal, he visto cumplir el sueño de mi vida en el que aún sigo inmerso, viajar, vivir y estudiar becado en los Estados Unidos de América. Gracias a mi esfuerzo, y por supuesto, al de mis padres.
Lo primero que me gustaría pedirte es un sistema educativo para todos. En el que a los estudiantes se nos vea como personas con distintas necesidades, pero con los mismos derechos. Para ello, no pido que hagas ningún milagro, solo que te metas en el corazón de los políticos para que dejen de lado sus intereses para bridar a todos lo que yo estoy experimentando aquí, aunque pensándolo bien, a lo mejor sí que necesitas algún que otro milagro para lograrlo.
Con esto me refiero a que ir al colegio no signifiquen seis horas de absorción de conocimiento inútil para después vomitarlo en un examen, sino un tiempo de aprendizaje a través de la práctica, el uso de las nuevas tecnologías y premiando a los profesores con iniciativa en vez de castigarlos con la indiferencia del sistema y, sobre todo, donde NO se nos corten las alas. Aplicar la igualdad y la equidad.
Y mira, ya que estoy te voy a pedir algunas cosas que he echado de menos este año, a ver si caen:
- Que nos demos cuenta de la importancia de aprender Historia y Economía, si realmente queremos acabar con la manipulación de los de arriba.
- Algo que echaré de menos cuando vuelva a casa va a ser ver en las personas espíritu de superación y la cultura del éxito a través del fracaso.
- Pero si hay algo que echo de menos ahora, eso es a mi familia y a mi país, España, la mayor lección que he aprendido es que tenemos uno de los mejores países del mundo gracias al esfuerzo de muchos antes que nosotros, por favor, cuidémoslo.
- Por último, como la última vez que te escribí, te dejo una sugerencia por si te apetece hacerme un regalo más material; mándame un jamoncito.
A ti te encomiendo estas intenciones, por favor, haz que no nos olvidemos de todos aquellos que debido a distintas circunstancias, tiene que recurrir a la inmigración, a las ayudas sociales o a la caridad para poder sobrevivir. Cualquiera de nosotros podemos ser el siguiente.