Venerable P. Tomás Morales, SJ (Fundador de Cruzados y Cruzadas de Santa María): Venezolano de nacimiento, hispanoamericano de corazón
José Antonio Benito
Queridos amigos:Con gran alegría demos gracias al Señor por este significativo reconocimiento vaticano hacia nuestro Padre y Fundador como VENERABLE. Como diría el Padre Morales, UN GOZO y UNA RESPONSABILIDAD
https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/11/0 9/decre.html
Les comparto este artículo que he preparado para ESTAR considerando sus raíces americanas y su vínculo con nuestra América a través de su celo misionero, concretado en su pensamiento y en su obra apostólica.
Para hacer memoria "americana"[1] de nuestro querido Siervo de Dios P. Tomás Morales, parto de sus palabras sobre Santa Rosa de Lima, Patrona de América y primer fruto de santidad del Nuevo Mundo, al calor del reciente jubileo por los 400 años de su tránsito al Cielo:
"No es casualidad que la primera irradiación de la Cruzada de Santa María haya sido a tierras del Perú para encontrarnos con Rosa de Lima, una laica militante, durante 33 o 35 años que sacó de la presencia de Jesús en sí misma, el deseo de agradarle en todo, divorciándose de la opinión ajena y de la opinión que tenía ella de sí misma, con su pereza, su orgullo, su deseo de agradar. Tener por intercesora y adalid de la Cruzada, a una santa que se santificó precisamente en tierras del Perú, es lo que [nos hace] dejar de querernos a nosotros mismos y de agradar a los demás y nos da impulsos para volar. Porque no tengáis miedo a misionar y a exiliaros de Madrid y de España (Ejercicios: 16-25.8.1990).
Y en plena sintonía con el Papa Francisco, primer jesuita y americano de la historia, resalta el tesoro de los santos como el mayor tesoro del patrimonio hispanoamericano. En la semblanza de la santa limeña, estampa estas frases contundentes:
"Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, la mayor lumbrera del episcopado del Nuevo Mundo y S. Francisco Solano, el taumaturgo y misionero más destacado de los tiempos coloniales, entre muchos otros, eran oriundos del Viejo Mundo, aunque se habían santificado más allá del Atlántico.
España, país de eterna cruzada, azotada por un huracán bíblico durante ocho siglos de reconquista, se estremece en afán misionero y descubridor. Sembrará las primeras y vigorosas semillas de santidad indígena en América. Criollos y mestizos se lanzarán también a ella arrastrando un enjambre de seguidores.
Felipe de Jesús, Mariana de Jesús y Rosa de Lima son los pioneros. Felipe, franciscano que ardiendo en amor seráfico, será protomártir del Japón, muriendo crucificado en 1597; Mariana, "azucena de Quito", retoño de la espiritualidad ignaciana; y Rosa, gloria de la Orden dominicana".
A la hora de estudiar la vinculación del Padre Tomás Morales, lo primero que hemos de rescatar son sus raíces americanas. Sus padres emigraron de Canarias y se abrieron campo al mundo de la empresa en Macuto (Venezuela), donde nació como 6 de sus hermanos. Se trata de una pequeña ciudad portuaria, a orillas del Caribe, famosa por su balneario, a 5 km. de La Guaira y 25 de la capital Caracas. En la actualidad acoge grandes haciendas pertenecientes a familias terratenientes de burgueses bien instalados como un siglo atrás. La casa en la que nació un 30 de octubre de 1908 se denomina La Guzmanía. El 18 de abril del año siguiente, aprovechando los preparativos del regreso a España, fue bautizado por el P. Domingo Ocerinjáuregui en la basílica de Santa Ana –hoy dedicada a Santa Teresa- de Caracas; el mismo día, el Arzobispo de Caracas, Monseñor Juan B. Castro le confirió el sacramento de la confirmación. No volverá a América en su vida, tan sólo en el pensamiento y en el corazón. Seguro que su patria, que tan sólo cuenta en los altares con la Beata Maríade San José (1875-1967), fundadora de Agustinas Recoletas, pronto le colocará en la lista de venezolanos venerables
¡Y hasta América saltando!
Lo cantó y lo hizo cantar. ¡Por Cristo, por la Virgen, por América! ¡Más, más y más! Lo gritó y lo hizo gritar. Rezó y lo hizo rezar: "Señor, escucha nuestras oraciones. Y lleguen a Ti nuestros clamores por la juventud de España, de América, del mundo».
Porque de la abundancia del corazón tenía que clamarlo la boca. Como sueño, como proyecto, como misión.
En nuestros tiempos de globalización cosmopolita, en el que caminamos a un mundo sin fronteras, en el que se multiplican las migraciones y los desplazamientos demográficos, podemos constatar que nuestro protagonista vivió esta realidad un siglo antes del nuestro, por adelantado.
Su familia, canaria de nacimiento, emigró por motivos económicos, lo que le llevó a nacer y vivir los primeros años de su vida en América, y aterrizar en la capital de España, Madrid, ciudad que se convertirá en el centro de sus idas y venidas en su palpitar misionero. Su mentalidad ecuménica en el pensamiento y en la acción, su vivencia misionera era perenne, como se muestra en este texto bellísimo en el que el P. Morales, contempla Gredos y, como Unamuno, ve que es el altar en que Castilla se ofrece al Creador y le catapulta como trampolín a la misión[2]::
Otra vez Gredos, águilas. Porque claro, Gredos tiene un valor fundamental para nosotros. Y por eso todos deberían pasar por Gredos, y no solamente vivir allí como turistas sino como acampados. Pero no solamente eso, sino todos, a julio y agosto por lo menos, es esa cordillera y en otras de España, pero Gredos tiene un valor estratégico por la situación geográfica que tiene entre ambas Castillas y Extremadura, con el salto a América, el salto a África y el salto al mundo.
Tal como se refleja en el texto, América es el primer referente de su misión, no tanto por haber nacido allí –casi nunca menciona este hecho- sino porque veía connatural que fuese España, quien acometiese la acción evangelizadora de Hispanoamérica. Con toda propiedad, Mons. Mario Tagliaferri, Nuncio de S. S. en España, y antes en Perú, en la homilía pronunciada en el funeral por el P. Tomás Morales, celebrado en Madrid, el 13 de octubre de 1994, resaltó "su inquietud misionera abierta especialmente a los países de América"[3]
Otro vínculo con el Nuevo Mundo lo tenderá a través del Rector del Colegio Buen Recuerdo de la Compañía de Jesús, en Chamartín, Madrid. Lo fue el peruano, Padre José Panizo Orbegoso, S.J. (1877-1956), hombre clave en su formación. Buen pedagogo y experimentado hombre de gobierno (su rectorado duró de 1915 a 1921), armado de una paciencia exquisita, fue un auténtico paño de lágrimas de nuestro pequeño bachiller, que cada dos jueves, al caer de la tarde sufría terriblemente. Pero el Rector sabía entender magníficamente a las familias y a los colegiales.
Con la emoción y pasión de un sueño cumplido, nos narra su primer envío misionero, a petición de su gran amigo, connovicio suyo, Mons. Antonio María Hornedo, SJ.
"El 21 de julio un avión despega de Madrid con el Cardenal Arzobispo de Lima y dos cruzados a bordo, que se dirigen al norte del Perú, a una de las misiones más difíciles de la Iglesia: el Marañón. Los había solicitado el Administrador Apostólico de aquella Misión. Cálculos humanos no comprendían ni la decisión que tomó la Cruzada de responder al llamamiento que la Iglesia le había hecho por labios de aquel Prelado, ni la generosidad de aquellos primeros cruzados misioneros. Pero las matemáticas divinas van por otros caminos. Así, la primera expansión de la Cruzada fuera de Madrid, fue, antes que a otro punto de España, que parecía lo obvio, a esas tierras hispánicas más allá del Océano."
Tras la primera presencia en el cuatrienio 1964-68, en apoyo de la misión jesuítica del Marañón y Lima, irán llegando sus cruzados (1986, Tacna, 1989 Arequipa, 1999 Lima) y cruzadas (1987 Chachapoyas; 1989 Lima; 1992 Chiclayo; Santiago de Chile, Bogotá, Medellín, Montevideo, Santa Clara (Cuba), Guadalajara y Monterrey [México) con el gozoso deseo de evangelizar y vivir en esta tierra ensantada tan querida por él.
[1]Más datos en: "El padre Tomás Morales y América" Profeta de nuestro tiempo. Actas del Primer Congreso Internacional, P. Tomás Morales, S.J. 9-10 de octubre 2004- (Madrid 2006) 337—349
[2] Plática día 3ª: Vocación Consagrada en el mundo Ejercicios Espirituales a los Cruzados de Santa María, 1988
[3] Estar, Madrid, nº 121, Diciembre 1994, pp. 11-15.