Caravana de venezolanos pide a EE.UU. sanciones contra su Gobierno
Cientos de venezolanos llegaron hoy a Washington desde distintos puntos de Estados Unidos en una "caravana por la libertad" para pedir sanciones contra el Gobierno de Nicolás Maduro, iniciativa que apoyan algunos congresistas en castigo por la represión violenta de las protestas en Venezuela.
Con el lema "Trip for Freedom (Viaje por la libertad)", organizaciones civiles de Miami fletaron tres autobuses, con cerca de 200 personas, a los que se sumaron vehículos particulares procedentes de 19 estados y decenas de venezolanos residentes en la capital.
Su objetivo era elevar su petición ante el Congreso y expresar su protesta ante la Casa Blanca y la Organización de Estados Americanos (OEA) por la "falta de atención" ante la violenta represión de las protestas en el país que comenzaron hace tres meses y en las que han muerto 42 personas.
El Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes discutió y aprobó este viernes un proyecto de ley bipartidista para imponer sanciones contra algunos funcionarios venezolanos.
No obstante, este es sólo un primer paso ya que ahora tendrá que pasar al pleno del Congreso para someterlo a votación y posteriormente al Senado antes de ser aprobada.
Con camisetas pidiendo ayuda para Venezuela (#SOSVenezuela) y gorras con la bandera del país, un grupo asistió como público a la audiencia en la que se discutió este proyecto de ley de Protección de Derechos Humanos y Democracia Venezolana.
La iniciativa legal, que fue presentada hace varias semanas por la representante por Florida Ileana Ros-Lehtinen, contó con el apoyo de otros catorce representantes, seis de ellos demócratas, y fue aprobado en una votación a viva voz con sólo dos votos en contra.
El proyecto de ley insta al presidente Barack Obama a revocar las visas y congelar los activos en Estados Unidos de varios funcionarios venezolanos a los que consideran responsables de violar los derechos humanos y acallar a aquellos que informan sobre las protestas iniciadas el 12 de febrero pasado.
El proyecto solo tuvo dos oponentes, los demócratas Gregory Meeks y Karen Bass, quienes argumentaron que el texto recuerda a acciones del pasado que generaron críticas de intervencionismo en Latinoamérica y provocaron una falta de confianza hacia EE.UU.
Meeks dijo además que la mediación de la Unasur en las negociaciones entre Gobierno y oposición merecen un margen de maniobra y resultan al menos una oportunidad para el diálogo y el fin de las tensiones.
Al término de la sesión, Ros-Lehtinen y el congresista republicano Mario Díaz Balart se acercaron al centro de visitantes del Congreso para celebrar con los participantes de la caravana la aprobación de la medida en el comité.
"Continuaré apoyando firmemente al pueblo de Venezuela en su lucha por la libertad, la democracia y respeto por derechos humanos", dijo Ros-Lehtinen, entre los aplausos de los asistentes.
El grupo de venezolanos, muchos ciudadanos estadounidenses, se trasladó a la puerta de Casa Blanca donde se concentraron con fotos de los estudiantes que han sufrido disparos de bala y carteles en los que pedían "Libertad para los presos políticos en Venezuela" y denunciaban que " Venezuela muere y los Gobiernos están callados".
"Más que una manifestación política, estamos aquí manifestándonos por los derechos humanos de los venezolanos", dijo a Efe Raúl Flores, quien viajó desde Nueva York para protestar "contra un régimen dictatorial que no se mide ante la represión, los abusos y la corrupción".
El grupo incluyó al alcalde de El Doral, que concentra gran parte de la comunidad venezolana en Miami, Luigi Boria, originario de Venezuela, quien oró ante la Casa Blanca por la libertad, la justicia y la democracia en su país.
Los manifestantes cantaron el himno nacional "Gloria al pueblo" antes de partir hacia la OEA, donde entregaron una carta dirigida a su secretario general, José Miguel Insulza, en la que denuncian que el silencio de los países del organismo "los hace cómplices de flagrantes violaciones".
En paralelo, Rafael Pineyro, María Helena Contreras y María Brito, representantes de la Sociedad Civil Venezolano-Americana, se reunieron con el secretario de relaciones exteriores de la OEA, Alfonso Quiñónez, para "exponer y hacer entender el dolor de nuestro pueblo ante el atropello de los derechos humanos", dijo Brito a Efe.
Los activistas, que reclamaron a la OEA que vele por la protección de los derechos humanos en la región, se reunieron además con el representante canadiense, Allan Culham, para pedir apoyo a su Gobierno y plantearle la posibilidad de que tome medidas como las propuestas por los congresistas estadounidenses.