Venezuela, la octava isla canaria.

VENEZUELA, LA OCTAVA ISLA CANARIA

No hace mucho que se le reconocía la condición de “octava isla del archipiélago canario”, a la Graciosa, aunque ese título ya se le había concedido, hacía mucho, a Venezuela, país con el que los canarios tenemos unos especiales lazos afectivos dado el gran proceso migratorio que desde las islas, sobre todo desde la mía, Tenerife, ha tenido lugar, más que nada en las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado teniendo como destino aquel país. Así, de esta forma, es rara la familia tinerfeña que yo haya tenido, o tenga, algún familiar viviendo allí. Muchos tinerfeños ostentan la doble nacionalidad y hay muchas personas de edad avanzada, que pasaron la mayor parte de su vida allí y que conocen mejor lo que sucedió en aquel país durante los Gobiernos de Rómulo Bethancourt o Pérez Jiménez que lo que sucedió en España durante el franquismo.

Mucha gente humilde que, nada más terminada la Guerra Civil, pasaron muchas necesidades, dada la situación de aislamiento a la que fue sometida España y que se dejó sentir, especialmente, en Canarias, migraron hacia Venezuela y allí con mucho esfuerzo, y trabajo, consiguieron labrarse un futuro; y no fueron excepcionales los casos de canarios que acumularon grandes fortunas, pues coincidió con que el cambio de bolívares a pesetas les fue muy favorable (yo recuerdo que, en los años setenta, ese cambio llegó a estar a 33 pesetas por 1 bolívar). Muchas de esas personas comenzaron con un negocio de “reparto” que era, pues eso, ir con un pequeño camioncito repartiendo agua, leche, pan…lo que se terciara; y dado el carácter industrioso del canario, que tiene  fama en Venezuela como trabajador muy esforzado, pues era acogido con los brazos abiertos.

En general, el español ha sido muy bien acogido en Venezuela, pero el canario en especial, y no sé si tendrá que ver en eso nuestro carácter tranquilo, y pausado, hasta el punto de parecer indolente, como el de ellos o por nuestro acento, muy distinto del acento peninsular y que se parece más al de ellos, o por ambas cosas, pero el caso es que ellos distinguen entre “canarios” y “españoles”, siendo nosotros para ellos como algo “distinto” de entre los “españoles”.

Actualmente muchos venezolanos que ocupan lugares destacados dentro de la política, el Ejército, la cultura, las finanzas, las artes…son de origen canario. Hay huellas de las Islas Canarias en todos los ámbitos de la vida de Venezuela.

Es tal el vínculo que nos une con Venezuela a los canarios que casi todos los periódicos de la comunidad autónoma canaria tienen una sección dedicada a ese país. Sin ir más lejos, el padre de Juan Guaidó, que es presidente de la Asamblea Nacional y actual presidente interino de la República de Venezuela, reconocido oficialmente como tal por EEUU y la Unión Europea, trabaja en Tenerife como taxista.

Repartidos por todo Tenerife hay un montón de locales en donde se sirve comida típica venezolana, porque gran parte de la población está habituada a comer ese tipo de comida y es raro que uno no se encuentre en cada municipio tinerfeño con una, o varias, areperas. Todos los canarios sabemos lo que son las arepas, las hallacas, los tequeños, las cachapas, el pan con jamón…sabemos quién fue José Gregorio Hernández…y todos los canarios conocemos, en mayor o menor medida, la historia política de Venezuela porque hemos oído hablar de ella a esos parientes nuestros que vivieron allí, muchos años y que, luego, en ocasiones forzados por la situación política, y económica, y en otras ocasiones que ya habían regresado antes de que empezara todo este desastre del chavismo.

Todo lo anterior lo digo para poner en antecedentes al lector de este artículo sobre el especial vínculo que nos une, a los canarios en general, y a los tinerfeños en particular, con ese país tan querido por nosotros y para que se entienda por qué nos duele lo que sucede allí.

Pues bien como seguimos lo que pasa en Venezuela, casi al minuto, y sabemos de la desastrosa situación que se vive allí, no por la prensa española, o por los medios de comunicación audiovisuales españoles, sino de primera mano, gracias al testimonio de amigos y familiares que la sufren, estuvimos esperanzados, hace algún tiempo, cuando la socialista Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la Organización de Naciones Unidas para la Defensa de los Derechos Humanos, hizo publico un informe en el que denunciaba la opresión y los abusos a los que el régimen chavista de Nicolas Maduro sometia al pueblo venezolano; luego, nuestra esperanza aumento cuando ese informe sirvió de base para que la Union Europea reconociera a Juan Guaido como el legitimo representante de Venezuela, desligitimando asi, al Gobierno chavista e imponiéndole a este una serie de sanciones como medida de presión para que convoque elecciones limpias y transparentes y el pueblo venezolano pueda verse libre asi de la oprobiosa dictadura que lo subyuga.

Entre esas medidas se encuentra la prohibición de una serie de personas vinculadas al Gobierno de Nicolas Maduro de pisar suelo de la Union Europea o de sobrevolar su espacio aéreo y asi esa reunión que mantuvo el ministro de Transportes español con la numero dos del régimen chavista, Delcy Rodriguez, que esta incluida en esa lista elaborada por la Union Europea, a la vez que no recibir a Juan Guaido y de referirse a el como “ líder de la oposición” por parte del presidente del Gobierno español,  es un balón de oxigeno que se le da a un régimen dictatorial que oprime, detiene, tortura y asesina a los opositores al mismo. Pero es que, como ya he explicado, en este caso no estoy hablando como una mera cuestión de humanidad, de sentimiento de solidaridad con seres humanos que sufren; en este caso estoy hablando de un primo-hermano mio que lleva mucho mas tiempo viviendo en Venezuela que aquí; que se caso allí, con una venezolana, que ha tenido hijos con ella y que sufre esa situación, el y su familia. No me refiero al pueblo venezolano como me pueda referir al pueblo norcoreano, sino que, como ya he explicado antes, muchos canarios tenemos amigos y familiares allí y nos duele que el Gobierno de nuestro país se alinee con aquellos que hacen sufrir a un pueblo por cuestión de ambicion personal, de egoísmo sin limites.

Muchos de los que van a leer este articulo saben de mis ideas y saben que, ya de por si, mi opinión sobre la izquierda no es la mejor; saben que la tacho de “mentirosa” por dar una versión totalmente falsa en muchos aspectos, en todos mas bien; saben que digo que miente cuando habla de Franco, de la Guerra Civil, de la II republica; saben que digo que miente cuando se refiere a VOX como a un partido de ultraderecha y que es xenófobo, machista, ultracatolico, franquista…; sabe que digo que miente cuando, por omisión, no condena al comunismo y desoye los mandatos de la unión Europea para que, al igual que se ha apresurado a hacer con todos los símbolos que tengan que ver con el franquismo, quiten los símbolos que ensalcen al comunismo o a sus figuras históricas; saben que digo que miente cuando dice que sea necesario el movimiento feminista y una LIVG; cuando dice defender los derechos de los homosexuales…pero todo eso podría ser objeto de discusión, podría albergar alguna duda al respecto, porque en casi todos esos temas mi versión de los hechos ha venido conformada por fuentes de información indirectas, es decir por libros, artículos periodísticos que he leido, por videos que he visto…pero es que en el caso de Venezuela  no albergo la mas minima duda de que los dos partidos que conforman en Gobierno de España y sus miembros, mienten sobre lo que pasa en Venezuela; y lo hacen por intereses espureos. Me parece indignante que se juegue con la vida de millones de personas en base a asegurarse un retiro dorado; me parece asqueroso.

Nosotros no nos hemos visto nunca, pero imagínense un rostro cualquiera e maginense la expresion de mi cara cuando el ministro de Transportes banaliza la cuestión de su reunión con Delcy Rodriguez, contestando a los políticos de la oposición cuando estos le preguntan acerca de esa reunión que “si tan preocupados están por la situación de Venezuela, que por que no se presentan a las elecciones allí”.

Imaginense lo que sentí cuando la vicepresidenta primera del Gobierno dijo que “la situación de Venezuela no le interesa a nadie”.

Imaginense lo que sentí cuando oi a Iñigo Errejon decir que los miles de personas de cruzan la frontera diariamente con Colombia para comprar productos de primera necesidad que no encuentran en Venezuela, y que lo hacen caminando, «que lo hacen porque tienen tanto dinero que no saben en que gastarlo en Venezuela». O cuando dijo que «la gente en Venezuela hace cola ante las tiendas y oficinas del Gobierno para que le den un puñado de arroz, no porque tengan necesidad de ello; no porque quieran comer y llevar algo de comida a sus hogares, sino porque les gusta a hablar». A semejante tipejo yo lo enviaba a Corea del Norte para que, de por vida, degustase los placeres de una buena conversación en coreano. ¡Sera subnormal!