Desde la Sala Situacional
La dinámica de 2015
El inicio de 2015 está marcado por tres líneas de fuerza: el impacto en la economía del descenso de los precios del petróleo; la elección de los nuevos diputados a la Asamblea Nacional y la decisión de Estados Unidos de intervenir con mayor intensidad en la política del país. En torno a esos elementos girará el acontecer del año que comienza.
ECONOMÍA
En lo referente a la situación económica Nicolás Maduro ha señalado: “no podemos excusarnos en la guerra económica por los errores que hemos cometido o que estemos cometiendo todavía”. Una constatación esencial, que debería servir de base para emprender un camino de rectificaciones en diferentes áreas de las políticas públicas.
Para salir adelante en 2015 es indispensable comprender que las dificultades no sólo tienen que ver con el contrabando, la especulación o el precio de los hidrocarburos, sino que derivan, en una gran medida, de graves distorsiones macroeconómicas y de la ausencia de un plan global de impulso a la producción.
Si se maneja con habilidad el asunto financiero y presupuestario, se emprende un plan productivo junto al sector privado, se hace más eficiente el funcionamiento de las empresas del Estado y se ejecuta una política monetaria y cambiaria adecuada se podrán sortear las turbulencias que se anuncian. Después de todo, Venezuela no es un país quebrado.
ELECCIONES
En cuanto a la disputa en 2015 por la mayoría en la nueva Asamblea, ésta será más cerrada que en años anteriores, cuando era sencillo hacer predicciones. Ahora el Psuv, a pesar de los logros en materia social, lleva sobre sus hombros no sólo el desgaste natural de los años en el poder, sino que carga con el malestar que genera la escasez, la inflación, la disminución del consumo de bienes básicos en las capas más pobres, así como los problemas como la inseguridad, la ineficiencia burocrática y el recuerdo de los veinte mil millones que se esfumaron.
Así que el lado opositor pudiera contar con la ventaja del voto castigo, que se traduciría en abstención chavista, si unifica sus diferentes corrientes y logra rebajar el sello elitista que la caracteriza.
WASHINGTON
En relación a la intervención del gobierno de Estados Unidos sobre Venezuela, el año 2015 estará signado por la decisión de Barack Obama de refrendar la “Ley de protección de los derechos humanos de Venezuela y de la sociedad civil.
No es una “lista”, como se cree, sino una normativa que regula la relación entre los ciudadanos que hacen parte de otro Estado, y en la que un gobierno extranjero asume espacios de soberanía que corresponden a los poderes públicos de Venezuela.
Del articulado de la ley se desprende que las acciones de violencia de calle, como obstrucción de vías y quema de locales, si ocurren en una ciudad de Venezuela, no serían consideradas como infracciones.
También la ley apunta a neutralizar la capacidad defensiva del Estado venezolano, al amenazar a los oficiales de la Guardia Nacional si actúan en el control de disturbios. De este modo la ley estimula la violencia, pues quienes incurran en ella sentirían que tienen la protección de un gobierno extranjero.
Así que Venezuela pudiera verse sumergida en 2015 en acciones virulentas dirigidas a provocar el derrocamiento del Gobierno. Habría que ver hasta qué punto prevalece en Washington la visión de los más radicales.
Flash Rojo
EL PLAN ECONÓMICO presentado por Maduro tiene varios elementos de autocrítica. Al hablar de “una amplia alianza productiva con el capital nacional e internacional”, se rectifica el esquema de separación del sector público y el privado. Ahora se habla de una alianza con el sector productivo, un asunto crucial, que debe contemplar una apertura hacia las representaciones de esos sectores, en particular los pequeños y medianos productores.
LAS EMPRESAS DEL ESTADO son tan ineficientes, que la idea misma de la existencia de un sector público se ha debilitado. No tendría por qué ser así, porque puede haber buenas y malas gerencias tanto en el sector privado como en el público. El asunto está en crear estímulos y sanciones.
El que administre y fracase tiene que asumir su responsabilidad y los salarios tienen que depender de que haya ganancias. De lo contrario, se le hace un gran daño a la idea misma de propiedad social.
LA ELECCIÓN DEL TRIBUNAL Supremo de Justicia se hizo con la mayoría que permite la Constitución. La designación del CNE quedó en manos del TSJ, en razón de la omisión legislativa, mecanismo aceptado con anterioridad por todos los sectores. El punto en discusión es la interpretación del TSJ del artículo 279, que permitió la designación del Fiscal, el Contralor y el Defensor por mayoría absoluta en lugar de dos tercios. Una decisión legal, pero no es la interpretación correcta.
Flash Negro
LO QUE PUDO SER UN ENCUENTRO fructífero, aunque casual, el de Joe Biden y Nicolás Maduro en Brasil, terminó por enredar más la situación.
Al hacer pública su versión de los conversado, el vicepresidente de Estados Unidos generó una respuesta de parte del Presidente venezolano. La intención de Pepe Mujica, un hombre bonachón, era la de propiciar de manera informal un acercamiento. Pero los hechos indican que hay que preparar mejor una negociación entre delegaciones de ambos gobiernos.
JACQUELINE FARÍAS ESCRIBIÓ un tuit de fin de año para recordar a Robert Serra. De inmediato le respondió una religiosa franciscana por tuiter: “Nosotros también estamos recordándote no para desearte feliz año al contrario q Dios nos conceda la gracia de desaparecerles”.
Tal vez un caso más de intolerancia. Pero lo que más llama la atención es el silencio de la jerarquía eclesiástica. Al menos deberían cuidar la forma cuando se trata de principios cristianos.
EN LA DESIGNACIÓN de los poderes públicos la oposición no sólo se mostró dividida, sino que ninguno de sus grupos elaboró una estrategia coherente. No se estableció un criterio claro sobre cuántos puestos era lo aceptable y cuáles eran las condiciones. De allí el enredo al final de las votaciones. Como en un naufragio, quedaron dos miembros de la oposición en el CNE y tres en el TSJ.
El Socialismo en la Historia
El rublo oro
Al decir de John Kenneth Galbraith, “todas las revoluciones modernas —americana, francesa, rusa— se han pagado por emisiones de papel moneda”. Y en efecto, los bolcheviques en 1918 imprimieron el equivalente a 33.500 millones de dólares al cambio oficial; en 1919 fueron 164 mil millones; 943 millones en 1920 y 16.3 billones en 1921. El déficit presupuestario llegó a 84.1% en 1921.
Para corregir la situación, los altos mandos de la finanzas soviéticas restringieron progresivamente la emisión de dinero inorgánico hasta llegar en 1924, dos semanas después de la muerte de Lenin, al extremo contrario de una reforma monetaria que disponía que la circulación monetaria tuviera una base metálica: el oro. A partir de ese momento, la Tesorería ya no pudo cubrir más el déficit presupuestario imprimiendo dinero.
Los efectos inmediatos fueron que el intercambio comercial y la economía en general se recuperaran claramente con la estabilidad de la nueva moneda. Sin embargo, la decisión tuvo otras consecuencias: las políticas de inversiones, las crediticias y presupuestarias quedaban subordinadas a la presión de los mercados; luego, para mantener la paridad oficial del precio internacional del oro, el Gozbank debía intervenir en el mercado cambiario, una operación que requiere reservas e ingresos en divisas, lo que favorecía a los grande productores agrícolas en detrimento de otras clases sociales. Al fallar las disponibilidades, el nuevo esquema monetario crujió y a partir de 1926 fue sustituido por otras modalidades.
Resulta que la confianza en la moneda no es solo un asunto técnico. El dinero es un símbolo que requiere la aceptación de quienes lo poseen, lo que depende de una sólida correlación de fuerzas a favor de las clases sociales y factores políticos que detentan el poder. Si esa correlación se debilita se deprecia la moneda. Colaboración especial para LatinPress®. http://www.latinpress.es