Reseña publicada en MacGregoradas2010
VENGANZA EN SEVILLA. Matilde Asensi
Sevilla, 1607. Catalina Solís, la protagonista de “Tierra Firme”, llevará a cabo su gran venganza en una de las ciudades más ricas e importantes del mundo, la Sevilla del siglo XVII. Cumplirá así el juramento hecho a su padre adoptivo de acabar con los Curvo, gracias a una espectacular venganza múltiple basada en el engaño, la seducción, la fuerza, la sorpresa, el duelo, la medicina y el juego. La acompañan en esta arriesgada aventura amigos de “Tierra Firme” y unos pícaros supervivientes, dispuestos a dar su vida por un personaje tan legendario. Matilde Asensi ha escrito la gran novela de Sevilla, con una amplia y rigurosa documentación. Una novela de acción trepidante que mantiene en vilo la atención del lector con descubrimientos y sorpresas en cada página.
Siento devoción por Matilde Asensi, lo confieso. Todas, absolutamente todas sus historias me han gustado, no sólo por sus argumentos y por el trabajo laborioso de documentación que se "esconde" tras ellas, sino por su técnica narrativa, tan absorvente, delicada y justa en su momento; con justa me refiero a que es capaz de cambiar de época, de historia y de tema sin perder, jamás, ni un ápice de credibilidad, atrapando e involucrando al lector en los entresijos de la Historia, con mayúsculas, sin aburrir ni por un sólo instante, muy al contrario: siempre te deja con ganas de saber más, de conocer más todos aquellos momentos históricos que, en el colegio, durante las clases, nos parecieron horas perdidas por lo tediosas que resultaban, sin saber, que lo que fallaba no era el contenido de las lecciones, sino el narrador de las mismas.
Venganza en Sevilla es la continuación de Tierra Firme, la segunda novela de una trilogía -o saga, dicen algunos, la verdad es que importa bien poco como la llamen, no va a influir a la hora de leerla ni de que guste o no-, dedicada al personaje de Catalina Solís, en su orígen, pues aún habiendo nacido mujer, las circunstancias la conducen a travestirse de hombre y a llamarse Martín Nevares, y así será durante toda la novela, pues el apodo de "Ojo de Plata" no existe aún, aunque al finalizar la novela adivinamos el por qué de dicho apodo.
Es la autora la que se reserva el derecho a "bautizar" a su personaje como Martín "Ojo de Plata" en el momento en que le convenga -que no ha llegado todavía-, al igual que se atribuye la potestad de utilizar las dos personalidades de Catalina como mujer o como hombre, siguiendo los deseos de su padre adoptivo, Esteban Nevares:
"¿Quién sabe...? Quizás algún día utilices tus dos personalidades, la de Catalina y la de Martín, según tu voluntad y conveniencia. Me gustaría, si tal ocurriese, estar vivo para verlo."
Y de eso se trata, de poner en marcha a través de sus dos personalidades, una astuta venganza contra la familia de los Curvo, nuevos ricos y arribistas hipócritas, ansiosos de las riquezas de las minas de plata de los nuevos territorios conquistados por la Corona Española en la Tierra Firme (los territorios de América Central próximos al Mar Caribe), cuya ambición desencadenó la tragedia que terminó con la vida placentera que Martín -como Catalina-, había iniciado en el Nuevo mundo, que acabó con casi todos sus amigos y tripulantes de la nao "La Chacona", a cuyo mando se hallaba su padre adoptivo, Esteban Nevares, y casi con la vida de su madre adoptiva, María Chacón, la fuerte mujer cuya influencia en el carácter futuro de Catalina, es de sobras evidente.
He de resaltar el vocabulario tan bien elaborado, fiel al de la época pero comprensible e ingenioso, que consigue arrancar más de una sonrisa, y con notas a pie de página para aclarar conceptos, lo cual se agradece, enormemente, pero sin agobiar. La historia es digna de servir de guión para una película, serie o incluso para un "culebrón" al uso, género que merece todos mis respetos, pues existen muchos y muy buenos, y que pertenecen a una parte importante de la cultura "popular", pues contiene los ingredientes necesarios para atrapar a un futuro espectador: padres victimas de una injusticia, mujer que se hace pasar por hombre para llevar a cabo su venganza contra los poderosos que destruyeron su felicidad, personajes secundarios extraordinarios que ayudan a la protagonista, y un final... ¿feliz?. Estamos a la espera de conocerlo.
Sevilla es una ciudad muy hermosa, siempre lo ha sido y lo será, pero a través del relato de Catalina, la ciudad se nos ofrece desde otro punto de vista, como centro neurálgico del tráfico marítimo entre España y el Nuevo Mundo, como una ciudad cosmopolita, viva y con una personalidad propia. Sevilla es, sin duda, un personaje más del relato y Asensi nos la describe tal y cómo era en el siglo XVII, en toda su miseria y en todo su esplendor.
El relato es fiel a la primera "parte", a Tierra Firme. Es como seguir leyendo los capítulos siguientes de una novela que quedó interrumpida: nada ha cambiado, sólo ha transcurrido el tiempo; seguimos sintiendo bajo los pies la blanca arena del Mar Caribe y la fragancia de las plantas exóticas de las nuevas tierras de América, las tablas de madera de las grandes naves de la época y el trasiego y bullicio de las más importantes ciudades costeras del Nuevo Mundo.
Pero esta saga tiene una parte negativa, y es que Asensi nos mantenga en vilo tanto tiempo esperando la siguiente novela. Ya sé que escribir lleva su tiempo, más si el relato necesita documentación; sólo por ello puedo perdonarla, no espero menos de cada una de sus historias que la gran labor de documentación que siempre lleva a cabo en todas y cada una de ellas. Y el final de Venganza en Sevilla promete una tercera parte, no lo insinúa, como ocurre con otras historias, sino que lo deja bien claro: habrán más aventuras de Catalina Solís o Martín Nevares, o de ambos.
Una petición a la autora: puedo esperar la siguiente aventura de Catalina-Martín, pero espero que no tarde mucho.