El poder curativo del arte es algo que nadie se atrevería a poner en cuestión. La utilización del arte como terapia exclusiva, sin embargo, es algo que solo comenzó a ponerse en uso a partir del surgimiento de las distintas corrientes de arteterapia. La arteterapia es un tipo de tratamiento que consta del uso de diferentes herramientas creativas con fines curativos. Según los postulados de los creadores de la arteterapia existe una amplia variedad de problemas psicológicos que estarían originados por diferentes tipos de conflictos sin resolver. Algunas disciplinas, como la música, el teatro, la danza, la escritura y las artes plásticas, ayudarían a canalizar las emociones y alcanzar un mayor bienestar general al momento de tratar diferentes enfermedades y problemas psicológicos que otros sistemas terapéuticos.
En la arteterapia se combinan algunos elementos del psicoanálisis (especialmente de las corrientes de Freud y Jung), el uso de imágenes y producciones plásticas y demás manifestaciones artísticas, en combinación con entrevistas y reuniones de evaluación de los resultados alcanzados. La modalidad que utiliza la arteterapia es fácilmente adaptable y puede ser acomodada a sesiones individuales o grupales.
Algunas de las características particulares del movimiento de la arteterapia son la enorme relevancia que se le otorga al proceso de la creación artística y del aprovechamiento de las herramientas simbólicas que le proporcionan a la persona para tramitar diferentes conflictos internos; el énfasis puesto sobre la creación de manera espontánea (sin necesitar una formación específica o conocimientos particulares para hacer uso de los beneficios que nos otorgan las distintas disciplinas); y el lugar que se le da a la apreciación del arte (en todas sus formas: música, escultura, pintura, danza, teatro y últimamente también cine) en la vida cotidiana (considerando su efecto protector ante distintos problemas psicológicos).