El ciclismo, al igual que otras actividades, lideró el desarrollo de productos específicos para esta disciplina. Entre otras cosas ha desarrollado ha innovado en cascos, vestimenta, calzado, materiales de fabricación y hasta en guantes. Los guantes de bicicleta están diseñados para brindar calor, comodidad y protección al ciclista.
Los guantes de ciclismo también son diseñados con la intención de brindarle protección al ciclista. Como ha sido dicho en el punto anterior, las manos trabajan muy poco mientras se monta bicicleta. Si bien no están en movimiento lo que sí es cierto es que soportan el cuerpo y permiten que el ciclista aplique más fuerza a los pedales e incluso mantenga el equilibrio. Esto genera una carga importante a las manos que en algunos casos puede llegar a producir laceraciones y normalmente callos. Para evitar este tipo de heridas lo ideal es usar guantes de ciclismo. Muchos de estos guantes son de cuero, ya sea un modelo sencillo o incluso con almohadillas que aportan más amortiguación y protección. Hay otros guantes más modernos que se fabrican con otros materiales, como por ejemplo polímeros.
Otro punto a considerar de los guantes de ciclismo es que ayudan a mantener la cara y la nariz limpias. Los guantes al igual que cualquier otra prenda de vestir se pueden lavar, y mientras se monta bicicleta se puede llegar a sudar mucho. Resulta incómodo tener consigo pañuelos de tela o descartables, y en caso de sudar demasiado, este sudor puede no solo molestar sino que hasta puede obstruir la visión. Muchos ciclistas han optado por hacer uso de esta técnica y han visto que aporta resultados muy positivos. Lo mismo aplica para cuando un ciclista debe limpiarse el sudor de la nariz. En muchos casos se utiliza el dorso del guante, y este método se ha tornado tan popular y empleado por tantos ciclistas que hay fabricantes de guantes que han optado por fabricar también pequeños paños adicionales que se montan sobre el dorso del guante y son descartables. De este modo el ciclista puede usar el guante para limpiarse sin ensuciarlo en ningún momento.