Revista Insólito

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vida

Publicado el 15 mayo 2018 por Redespress60

Aunque es una tradición que tiene varios siglos, los ventrílocuos se hicieron muy populares con la llegada de la televisión. La palabra ventrílocuo viene del latín y significa “el que habla con el vientre”, sin mover los labios y con ello le da vida al muñeco y compañero que lleva a sus espectáculos. A muchos de ellos les envuelve un halo de misterio e intriga que ha dado lugar a numerosas historias en el mundo paranormal…

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vida

La ventriloquia es el arte de modificar la voz para imitar otras voces u otros sonidos Esta destreza, de la que ya se conocía en antiguos ritos religiosos, conlleva modificar la voz a través de una exhalación lenta mientras se habla, minimizando el movimiento de la lengua y los labios, y manteniendo inmóviles los músculos faciales de modo que la atención del observador se centre sobre la fuente de sonido. El ventrílocuo al interpretar los sonidos, se pensaba que eran capaces de hablar con los muertos, así como predecir el futuro. Uno de los grupos más antiguos registrada de profetas para utilizar esta técnica fue la Pitia, la sacerdotisa en el templo de Apolo en Delfos, que actuó como conducto para el oráculo de Delfos. Se han encontrado restos de ventriloquia en el arte en la arqueología hebrea y en Egipto, y ha habido varios estudios sobre el tema.

En la Edad Media fue llamado ‘el mal, el cual se esconde en el vientre y merece habitar en el pozo negro’. En ese momento la ventriloquía no era vista como un truco inteligente, sino como una enfermedad o la posesión demoníaca. El paso de la ventriloquia como manifestación de las fuerzas espirituales hacia la ventriloquia como entretenimiento ocurrió en el siglo XVIII en las ferias de viaje y los pueblos del mercado. Los ventrílocuos primeros datan del 1753 en Inglaterra, donde Sir John Parnell está representado en un grabado de William Hogarth como habla a través de su mano. En 1757, el austriaco Barón de Mengen implementó una pequeña muñeca en su actuación.

A finales del mismo siglo, las actuaciones de ventrílocuo eran una forma establecida de entretenimiento en Inglaterra, aunque la mayoría de los artistas dieron su voz para hacer que parecía que emanaba desde muy lejos, en lugar del método moderno de la utilización de una marioneta. Un ventrílocuo conocido de la época fue José Askins, actuando en el teatro Sadler Wells de Londres con el espectáculo ‘Diálogos ad libitum entre él y su invisible familiar, el pequeño Tommy’. El actor George Sutton comenzó a incorporar un acto de marionetas en su rutina en Nottingham, en la década de 1830, pero es Fred Russell, quien es considerado como el padre de la ventriloquia moderna. En 1886, se le ofreció un compromiso profesional en el Palace Theatre en Londres y tomó su carrera en los escenarios de forma permanente. Junto con su muñeco ‘Coster Joe’ que se sentaba en su regazo y entablaba un diálogo, fueron una influencia en un nuevo formato de entretenimiento adoptado por una nueva generación de artistas.

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vida

Los muñecos y el terror

Los muñecos tienen una larga tradición en el relato de terror. Incluso Sigmund Freud sostuvo que el miedo a los muñecos es parte de la construcción de la realidad por parte de los niños, cuyos juegos a menudo incluyen la posibilidad de que sus juguetes cobren vida. Cuando este miedo a los muñecos se vuelve irracional se transforma en pediofobia o fobia a los muñecos. El cine y la literatura también ha contribuido a ello.

Ernst Jentsch evalúa que los muñecos nos aterrorizan cuando logran provocan en nosotros cierta incertidumbre acerca de su naturaleza. Al parecer, existe en el ser humano un fuerte rechazo por las figuras humanoides. Esta teoría fue desarrollada por el experto en robótica Masahiro Mori, conocida como Valle Inquietante (Uncanny Valley), especie de instinto de rechazo por cualquier muñeco o robot que se asemeje a nosotros.

Los muñecos son muy utilizados en el cine de terror como un elemento con el que transmitir a los espectadores miedo e inquietud. Por todos son bien conocidos por ejemplo Chucky, un muñeco que contiene el alma de un muerta dispuesto a vengarse de su muerte, un juguete convertido en una máquina de matar que ha dado lugar a varios films. También ha dado lugar a repetir en cartelera la famosa Anabelle,  si bien en la historia real de los sucesos paranormales que afectaron a la familia Perron no aparece esta muñeca, su existencia fue totalmente verídica. Y los pormenores de su caso, que le harían erizar los cabellos al más valeroso, también fueron investigados por Ed y Lorraine Warren, la famosa pareja de demonólogos e investigadores paranormales. En 1970 la compra de una muñeca da lugar a fenómenos extraños en una casa: la muñeca parece moverse sola, aparecen diversos mensajes sin sentido, gotas de sangre en su pecho y sus manos, hasta que una médium descubrió que el presunto espíritu maligno que animaba a la muñeca correspondía al de una niña de siete años llamada Annabelle Higgins, quien había muerto trágicamente hace muchos años en el mismo lugar donde vivían.

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vidaFats ‘El muñeco diabólico’ junto a Anthony Hopkins

La lista es muy extensa, pero no son ni mucho menos los únicos muñecos que nos lo han hecho pasar mal delante de una pantalla,  por lo que acabaremos la lista con : Fats el compañero de espectáculo de Corky (Anthony Hopkins), un mago que empieza a cosechar éxito en el momento que combina sus trucos con un show de ventriloquia. Pero su partenaire en el escenario no está dispuesto a dejar que otros hablen por él, y se propondrá un cambio de roles en su relación profesional. Perturbador thriller psicológico en el que la integridad física del protagonista no es lo único que está en juego, también su vida sentimental.

“La mayoría de las figuras semejantes a muñecas de los primeros tiempos eran objetos mágicos o religiosos, no juguetes”, afirma The World Book Encyclopedia. Los antiguos egipcios pintaban prendas de vestir decoradas sobre pequeños trozos de madera en forma de paleta y luego los adornaban con goterones de arcilla para representar el cabello. Después colocaban estas muñecas paleta en las tumbas de sus muertos creyendo que les harían de sirvientes en la otra vida. En las Antillas, las personas que querían vengarse de alguien clavaban alfileres en muñecos de vudú, a los que se les clavan alfileres con el fin de causar daño a un enemigo determinado.

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vidaFedor Wittkowski y su muñeco Max

La leyenda de Edgar

Una leyenda urbana cuenta que Charlie McCarthy fue un ventrículo de 1920 que generó gran controversia. Representaba su actuación junto a un niño robusto de unos 10 años con rastros muy extraños y una boca muy expresiva que hacían imposible no mirarlo. McCarthy nunca habría dejado que nadie se acercara a Edgar y eran muchos los que pensaban que era por causa de brujería que el muñeco pudiera hablar sin mover los labios, creándose así una fama de influencia demoníaca por lo que muchos padres habrían prohibido a sus hijos ir a ver su espectáculo. Una noche lo encontraron muerto. La policía le habría encontrado en la habitación del hotel con el cuello roto, varias puñaladas y los ojos a un metro de distancia… y también habría hallado al muñeco en el baúl, momento en que se aseguraría que era el cadáver de un niño.

Realmente se trataría de una historia de ficción escrita por el blogger Syd Rodríguez de Guadalajara México. Habría escrito este cuento en el 2012, siendo las redes sociales las encargadas de confundir ficción con realidad.

Quien si existió fue Edgar Bergen, padre de la actriz Candice Bergen, que se hizo famoso con sus espectáculos actuando junto a un muñeco llamado Charlie McCarthy hecho de madera y alambres. El muñeco siempre estaba vestido de traje y llevaba un monóculo. El muñeco y Edgar Bergen fueron muy cuestionados y criticados, ya que siempre lanzaba frases mordaces contra todo tipo de personaje. Hoy el muñeco está expuesto en un museo del Instituto Smithsoniano como pieza histórica. Más tarde se realizaron dos copias más del mismo, una de ellas está expuesta en el museo virtual Museum of Broadcast Communications, y la otra la compró el famoso mago David Copperfield por 110.000 dólares estadounidenses..

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vida

Ventríloquía en España

Creados para divertir y entretener, los muñecos de ventrílocuo son el más claro ejemplo de un polémico antagonismo. Tal vez se deba al hecho de dotar de vida a un objeto inanimado con personalidad propia. ¿A quién no le aterroriza la idea de que un muñeco pueda tener autonomía con la suficiente inteligencia para revelarse?.

En 1968 en Valencia, España la empresa Cremeal SA creó el primer muñeco ventrílocuo Parlanchín. Destinado tanto para pequeños como mayores, el muñeco que medía 72 cm, entró por la puerta grande de la historia de la ventriloquía mundial puesto que fue utilizado por varios artistas de la época especializados en este arte. Su manejo era profesional y no estaba falto de detalles, sus mecanismos se accionaban mediante un tubo dentro de una cavidad en la parte trasera situado en su espalda, en dicho tubo había un botón para abrir la boca y una palanca para cerrar los ojos y con él se podía mover y girar la cabeza. Su comercialización traspasó fronteras y fue ampliamente exportado principalmente en Inglaterra, donde todavía es recordado con gran estima. Tan notable fue su popularidad allí que Mr Parlanchín o Charlie ‘trabajó’  para la televisión Británica.

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vidaParlanchin

Francisco Sanz Baldoví

Francisco Sanz Baldoví (1872-1939) fue un ventrílocuo valenciano, uno de los artistas más extraordinarios de la primera mitad del siglo XX. Su muerte coincidió con los inicios del oscuro régimen franquista en España, en el que la risa y el humor eran pecado y la sátira social un delito a perseguir. Por desgracia, su fascinante carrera artística sigue siendo prácticamente desconocida para los españoles de nuestros días, salvo en la región valenciana, donde puntuales artículos y exposiciones devuelven su figura a la actualidad.

No estamos hablando de un simple ventrílocuo que habla con un muñeco de trapo sentado en una silla, sino de un artista que trabajaba con muñecos de tamaño natural, con un mecanismo de una complejidad digna del mejor ingeniero a los que Francisco Sanz manejaba con una soltura asombrosa por todo el escenario. Entre 1902 y 1936, Sanz actuó sin descanso por toda España y Portugal y realizó cuatro giras por Latinoamérica, triunfando de manera absoluta en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Perú, Cuba y México. Sus espectáculos duraban cerca de dos horas e incluían números cómicos, canciones, recitales de guitarra y monólogos.

Tras de sí dejó un legado de valor incalculable. Todos sus autómatas fueron conservados por la familia, y cuatro se exponen hoy en día en el Museu Internacional de Titelles d’Albaida tras haber sido restaurados. Además, las creaciones de Sanz quedaron representadas para la posteridad a través del celuloide, y no solo gracias a su propia película, sino al mismísimo Berlanga.

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vidaMuñecos autómatas de Francisco Sanz

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vida

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vidaFrancisco Sanz

Wenceslao Moreno “Señor Wences”

Wenceslao Moreno Centeno, más conocido como Señor Wences (Salamanca 1896 – Nueva York 1999), fue un ventrílocuo español, considerado el mejor del mundo, tío del también ventrílocuo y productor José Luis Moreno.

Hacia 1920 intentó ser novillero; empezó a explotar su don en la ventriloquia y emigró a América del Sur y desde allí, en 1935, a Nueva York. Hablaba ocho idiomas y reproducía once voces distintas sin mover los labios. En activo hasta 1996 y técnicamente irreprochable, el Señor Wences no necesitaba ni siquiera muñecos: su personaje más famoso fue Johnny, que ni siquiera era un muñeco, sino simplemente el puño de su mano izquierda, al que pintaba una cara, completada con una peluca y un cuerpo de trapo. Otro personaje popular fue Pedro, una cabeza sin cuerpo en una caja, que se vio obligado a improvisar cuando uno de sus muñecos fue destruido en un accidente de tren en 1936 de camino a Chicago. El tercero de sus personajes más famosos era la gallina Cecilia (Cecilia Chicken).

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vida

Sus constantes apariciones en el show de Ed Sullivan, en Broadway y en el circuito del music hall convirtieron al emigrante salmantino en uno de los españoles más familiares para los estadounidenses. Realizo cuarenta y ocho actuaciones de diez minutos en el show de Ed Sullivan, cobrando por cada una 10.000 dolares, cifra descomunal para la epoca. La ciudad de Las Vegas le rindió un multitudinario reconocimiento y fue distinguido por el Sindicato de Actores de América como el actor mas longevo, pues alcanzó la edad de 103 años.

Ventrílocuos y los muñecos que cobran vida

La personalidad de estos muñecos puede ser muy acusada, de ahí que en el caso de Edgar Bergen surgiese un problema cuando su hija, Candice Bergen, vio cómo ese hermano de madera estaba siempre entre ella y su padre. El muñeco tenía su cama en su cuarto y la niña se solía dormir con la vista puesta en el muñeco, que miraba el techo fijamente como un cadáver…

Fuentes e Imágenes: ElPais // PlanetaIncógnito // LaCriptadelGatoNegro // CircoMelies // HojadeRouter


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