"No se trata de ver para creer, sino de creer para ver"
Esta frase que escuché y de la que desconozco su autoría, indica que nuestra formas de pensar, de sentir, e incluso de hablar, están influenciadas por las creencias.
A la realidad física o material no la he incluido en la manera en como las creencias les afecta, ya que este mundo físico en el que nos desenvolvemos lo hemos creado a partir de esas "formas internas" con las que sentimos y nos relacionamos.
Indiferentemente de que nos guste más, o menos la forma de vida que estamos experimentando y viendo... es la que hay!!!
Al hacernos cargo de lo que vemos, (en vez de prestar atención a las conspiraciones, al control de las masas por parte de los "poderosos", etc..) debería provocarnos un "click" en nuestro cerebro para al menos, preguntarnos si lo que estamos viviendo podría cambiar.
Aporto una experiencia personal:
En una tarde tranquila y en cierto momento, me asomé a la ventana y comencé a escuchar el armónico piar de los pájaros y a observar (prestar mi atención) el vivo color verde con el que se "visten" en esta época del año -primavera- los árboles de mi entorno. En ese momento mi mente se quedó parada... disfrutaba.
Al rato, ese momento de bienestar encontrado, fue alterado por un estruendoso ruido provocado por un camión que circulaba por la pequeña y poco transitada carretera cercana.
En ese instante mi atención cambió de lugar, dirigiéndose hacia ese ruido cuando observé pasar a aquel camión colorado dedicado a la distribución de refrescos de cola.
Si, por un instante ese ruido me sacó de mi momento armónico, pero el camión pasó y lo volví a recuperar sin echarle la culpa y sin quejarme del sistema de reparto de los refrescos.
Os dejo con esta música que escuchaba mientras escribía, del compositor y pianista Omar Akran, titulada; "My hope is you" (Mi esperanza eres tu)