Revista Libros
Autor (es): Eduardo del Río (Rius)ISMB: 978-968-5592-49-9Género: Caricatura políticaEditorial: ParcifalNúmero de páginas: 116 páginasSaga: Algo asíSinopsis: Desde el inicio del tiempo, el tío Sam se ha hecho de nombre. Apenas llegó la conquista, a la que entraron tarde, no se hicieron del rogar para demandar su pedazo del pastel. Y, claro que sí, las batallas ajenas y su constante venta de armas para guerras que ellos mismos provocan, son la fuente de su éxito total.
Hola a todos. Yo de nuevo por acá, siento tan rápida como el viento y Tiro al Blanco juntos. Además, aprovecho mis vacaciones para, claro que sí, venir a dejarles una nueva reseña antes de que acabe el año. El día de hoy, como ya bien lo pudieron observar en la ficha técnica, le toca al glorioso, al Dios de dioses: Eduardo del Río, aunque entre sus amigos lo conocemos como Rius. Que, para los que no lo conozcan y quieran saber más de él, les dejo por acá el link de otra de mis reseñas de este autor (La revolucioncita mexicana) y esperen pronto más reseñas al respecto. Como sea, comencemos con esta.A grandes rasgos les diré de qué va la situación. Básicamente, Rius se encarga de hacer libros enteros contando historias documentadas sobre perspectivas erróneas que tenemos de la historia en general. De ahí la grandeza de sus libros. Y, claro, no se me vaya a olvidar, también porque con frecuencia se burla de las cosas. Ni más ni menos. Todo aquello que esté mal, a ojos de Rius, es risible. Para muestra, todos sus dibujos. Indios dueños de todo, pero hoy criados de todo...
Eduardo del Río (Rius), Vera historia del tío Sam. Parcifal, Ciudad de México, 2007, p. 17.Respecto a la "técnica" creo que no tengo demasiado qué decir. Sus dibujos cumplen el objetivo que es ridiculizar a la persona de la que se habla. En este caso, darle una personalidad física al "tío Sam" y exponenciarlo hasta la estulticia (una grosería culta. Tomen nota). No se trata de dibujos bellos ni mucho menos, son bastante básicos y se nota que todos los hizo a mano alzada, lo que nos acerca más al cartón político que se publicó en los periódicos y que muchos de ellos todavía mantienen. Además, entrecomillo lo de técnica porque creo que cada artista es distinto y cada uno de ellos puede imprimir a sus dibujos lo que vea necesario para darle un ser único y llamar la atención. ¿Cómo vas a ser americano si no hablas inglés, ni eres blanco ni vistes como la gente?Ibid., p. 27.Sobre la temática, la realidad es que leer a Rius siempre es un placer en ese sentido. Nos hace ver las cosas desde una perspectiva más cruda y cínica, más apegada a la realidad que muchas veces se nos quiere ocultar con la finalidad de que las cosas sigan siendo como hasta el momento. Así pues, se trata de un deleite en toda regla porque se vale de aspectos comprobables, entremezclando sus cartones con fotografías y pedazos de documentos reales. No sólo se trata de quejarse o burlarse sobre los temas que le molestan, sino de tener argumentos detrás que respalden su pensamiento. Igual que le tocó desplomarse al imperio inglés, hoy le toca su fin al imperio del dólar... Ibid., p.88.En términos generales, se trata de un libro demasiado corto pero lleno de información, que hará reír a más de cinco en grupos de cinco; que no sólo logra su cometido, sino que además nos hace pasar un buen rato mientras pensamos hasta dónde llegan las palabras de Eduardo del Río y cómo afectan nuestra vida en la actualidad. Ya para finalizar, sólo diré que se lo recomiendo a todos por encima de los 15 años. Si bien los más jóvenes no sabrán algunos eventos que se relatan en el libro, Rius se esfuerza por ponerlos en contexto y, con una buena búsqueda en Google, todo quedará más que en su sitio. Pero más que a nadie, se lo recomiendo a todos los inconformes, a los que no se están en paz con cualquier explicación, a los que piensan que siempre se puede hacer un extra. Y como siempre con estos libros, me despido de todos ustedes con un ¡QUÉ VIVA LA REVOLUCIÓN!Saludos enormes,