Cabeza Olmeca en el MAX
Aunque suene mucho más en términos turísiticos el puerto de Veracruz (que es además la ciudad más grande del estado) nosotros llegamos a dormir a Xalapa, la capital administrativa del estado. Xalapa, en cambio, es más modesta, menos ostentosa. Evidentemente carece del encanto de estar a la vera del mar, pero por ello desarrolla otras virtudes más recogidas como ser famosa por su desarrollo intelectual y es por tanto, sede de la Universidad de Veracruz.
Esto le ha dado a esta ciudad un impronta culta, profundamente dedicada a investigar sus raíces, que en México como en toda latinoamérica, tiende a que casi todas sus disciplinas académicas y profanas vayan a referirse a sus ancestros.
Así es que empezamos nuestra ruta por Xalapa de la mejor manera que se podía empezar: comiendo, y no en cualquier sitio, sino en la casa/restaurant de una mujer emblemática: Raquel Torres. Llevábamos pocos días en México, y ahí me entregué al "donde fueres haz lo que vieres", y me dediqué a disfrutar una comida que para mí era propia de un almuerzo. Fuí leve de todas formas, me conformé con unos huevos en salsa, pero mis compañeros mexicanos Arlene y Santi se despacharon a gusto reviviendo sus sabores de toda la vida.
Raquel preparándonos el desayuno
La Carta de desayunos de Raquel Torres
La carta de Raquel de desayunos es bien sugerente de todas formas , y no me cabe duda que volveré a la casa de esta señora a la que nos faltó tiempo para conocerla, pero que nos contaron que es una gran luchadora de los derechos de las mujeres mexicanas, y una mujer de armas tomar.
Así es que el comienzo de día no podía ser más auténtico, y para rematarlo lo acabamos con un café de la olla, que nos cautivó a todos con su sabor a canela.
Mi café de la olla con huevos en salsa
MUSEO ANTROPOLÓGICO DE XALAPA
Con las neuronas bien avivadas con semejante despertar, nos fuimos a conocer este Museo tan extraordinario, que es el segundo en importancia luego del Antropológico de México. Por ésto, se merece un post aparte que publicaré proximamente.
Bienvenida en uno de los muros a la entrada del Museo
UN PASEO POR NAOLINCO
Una vez acabado este magnífico paseo por lo ancestral desde el punto de vista patrimonial, Turismo de Veracruz, nos preparó una ascensión a lo ancestral en sentido humano. Porque nuestro paseo por Naolinco, un pueblo pequeño, en las alturas de Xalapa, fue como un paseo mágico y elevado por el alma mexicana, un alma de provincias , un alma tranquila, pero que a la vez no ceja en el empeño por sobresalir en su bien hacer.
Naolinco es famosa en México por varias cosas, pero la más importante y la más comercial es que son importantes artesanos del calzado, se estima que el 80% de las familias viven de esa actividad. Asi es que iniciamos nuestro recorrido visitando talleres que se dedican a trabajar la piel para crear manualmente uno a una las piezas de los zapatos. Así es que puedes dirigirte allí con muestras fotográficas de tus modelos de capricho , y ellos te los hacen. Es una gran oportunidad para hacerte con un par , y aunque los modelos son más bien dedicados al gusto norteamericano ( estaba lleno de motivos de botas vaqueras) no sucumbí a la tentación de mis botas de aventura, por 25 €, que acompañaron el resto de mi viaje.
Mis botas de Naolinco en el Cañón del Sumidero
Luego fuimos a visitar a un artesano de máscaras que nos explicó cómo vivía de ello y en qué contexto y en qué fiestas se utilizan. Por cierto, le encargan sus creaciones desde todas partes de México.Era hora de comer ya, y qué mejor que conocer una de las especialidades del lugar el famoso MOLE, y nos esperaban suculentos platos en La Quinta de María Josefina, que pertenece a unos prolíficos hermanos del pueblo con varios establecimientos gastronómicos, y sobre todo, y muy interesante, fuimos a visitar a uno de ellos que se dedica a fabricar pura y exclusivamente este exquisito condimento desde su casa y para todo el país. Nos dieron una clase práctica de cómo utilizarlo en la cocina, pero nunca nos enteraremos de los secretos de cómo prepararlo.
Mi compañera Arlene mientras escucha los secretos para preparar el Mole
Terminamos la visita de la tarde en el Cementerio, acompañados por la inefable y encantadora Fela Mafud, que nos explicó cómo se celebrarban a los muertos en Naolinco, costumbre tan arraigada en todo México.En esos días Naolinco se preparaba para su fiesta grande, la Fiesta de Moros y Cristianos, una fiesta que curiosamente llega trasplantada desde España, y en la que los ciudadanos de este pueblo, aprovechan para desahogarse con sus espadas. Dicen que es un espectáculo digno de ver. Allí estaremos en nuestra próxima visita entre el 19 y el 21 de septiembre.
Me olvidé comentar que en el camino entre Xalapa y Naolinco hicimos una parada en el Balcón de la Muerte para ver sus estupendas Cascadas , un paso imperdible para llenarte de naturaleza. Y para muestra, basta unas fotos:
En el Balcón de la Muerte llegando a Naolinco