Verano 1993
No es nada sencillo reflejar el mundo emocional de una niña tras la muerte de su madre. Partimos de una experiencia personal y cada uno de los gestos emana dolor e incomprensión. Vemos cómo llega, sus cambios bruscos de humor, sus actos capaces de construir y de herir. Expresa por medio de la rabia toda su frustración y confusión. Abuelos que quieren ayudar, a su manera. Matrimonio que podría resquebrajarse. Afecto, paciencia y a ratos cierta desesperación. Secretos o verdades a medias. Sensibilidad y delicadeza. Detalles sobre los celos, sobre un regalo. Esa conversación donde surgen las preguntas mientras dibuja. A fuego lento y con un desenlace esperanzador. Una preciosidad.
• 𝚂𝚒𝚗𝚘𝚙𝚜𝚒𝚜 •
Frida (Laia Artigas), una niña de seis años, afronta el primer verano de su vida con su nueva familia adoptiva tras la muerte de su madre. Lejos de su entorno cercano, en pleno campo, la niña deberá adaptarse a su nueva vida.
Título original Estiu 1993. Dirección y guionCarla Simón. Música Ernest Pipó. Fotografía Santiago Racaj. RepartoLaia Artigas, Bruna Cusí, David Verdaguer, María Paula Robles, Paula Blanco, Etna Campillo, Jordi Figueras, Dolores Fortis, Titón Frauca, Cristina Matas, Berta Pipó, Quimet Pla, Fermí Reixach. España 2017, 97 min. Premios Goya: Mejor dirección novel, actor sec. y actriz rev. Festival de Berlín: Mejor ópera prima, Gran Premio del Jur. Int. (Secc. Gen. KPlus). Premios del Cine Europeo: Nominada al Premio Discovery (Mejor ópera prima). National Board of Review (NBR): Mejores películas extranjeras del año. Festival de Málaga: Biznaga de oro, Premio Feroz de la crítica. Premios Fénix: Mejor guion.
Sobre el duelo
Chimamanda Ngozi Adichie
En esta ocasión voy copiar una selección de fragmentos que ilustran la intensidad emocional de la autora tras la inesperada muerte de su padre.
La pena es un tipo de enseñanza cruel. Aprendes lo poco amable que puede ser el duelo, lo lleno de rabia que puede estar. Aprendes lo insustancial que puede resultarte el pésame. Aprendes lo mucho que tiene que ver la pena con el lenguaje, con la incapacidad del lenguaje y con la necesidad de lenguaje
Mi rabia me asusta, mi miedo me asusta, y en algún lugar también siento vergüenza.
Me gusta que exista, fijada para siempre por escrito.
Pero tiene que importarme; a mi padre le importaban esas cosas. Piensa en lo que habría querido papá, me dice mi hermano para confortarme.
La felicidad se convierte en una debilidad porque te deja indefenso frente al dolor.
...los duelos difieren es fácil de entender para el intelecto, pero al corazón le cuesta mucho más.
Imagina temer un entierro y no obstante anhelar que pase.
Me duele en el alma verla tan valiente y agotada. (Sobre su madre y las dificultades para celebrar el entierro)
El virus acercaba la posibilidad de la muerte, la normalidad de la muerte, pero subsistía una apariencia de control si te quedabas en casa, si te lavas las manos.
Las capas de pérdidas hacen que la vida parezca fina como el papel.
No sabemos cómo viviremos el dolor hasta que la pena nos alcanza.
La necesidad de proclamar no solo la pérdida, sino también el amor, la continuidad. "Soy la hija de mi padre". Es un acto de resistencia y rechazo: la pena te dice que se ha acabado y tu corazón la contradice; la pena intenta reducir tu amor al pasado y el corazón te dice que todavía está presente.
Estoy escribiendo sobre mi padre en pasado, y no puedo creer que esté escribiendo sobre mi padre en pasado.
• 𝚂𝚒𝚗𝚘𝚙𝚜𝚒𝚜 •
En este emotivo y poderoso ensayo, que nace de un artículo publicado en The New Yorker, la autora nigeriana pone palabras al inenarrable grado de dolor causado por la repentina muerte de su padre en Nigeria: la crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19 impidió que la autora pudiese salir de Estados Unidos para reunirse con su familia.
En un intento por encontrar consuelo ante la sensación de vacío que la sacudió hasta la médula, Sobre el duelo es una breve pero inteligente y conmovedora crónica autobiográfica de las primeras etapas de la gestión de la pérdida, un revelador examen de la naturaleza del dolor, un tributo al padre que la llamaba «nwoke neli» («la que equivale a muchos hombres») y una profunda reflexión sobre la lengua y las tradiciones igbo.
La autora escribe desde la certeza de ser sólo una más de entre los millones de personas en duelo, sobre las dimensiones culturales y familiares del mismo y, también, sobre la soledad y la ira inherentes a él
Nº de páginas: 112. Editorial Literatura Random House, 2021. Traductora: Cruz Rodríguez Juiz. Comienzo del libro.