Benidorm, Alicante. (Foto: Olivares Navarro, 2003)
Viendo esta foto veraniega, tremenda, se percibe cierta sensación de locura, de frenesí descontrolado. Como una demencia colectiva, diríamos, viendo semejante despliegue de sombrillas y tumbonas a lo largo de la reducida franja de arena que todavía queda. La agresiva invasión de la playa por los gigantescos bloques de apartamentos, que todo lo devoran, avanza con altanería. La foto es de 2003 y retrata un instante de un día de verano en Benidorm (Alicante). Un día más de demencia colectiva, en el que los bañistas se desquician buscando un resquicio, un mínimo espacio libre donde clavar la sombrilla y colocar las tumbonas o las toallas sin invadir el espacio ajeno, escaso por lo que se ve en la foto.
Benidorm es el paradigma de este mal de pérdida de cordura, pero no es un caso aislado. Una foto actual de este pueblo-ciudad muestra la desmedida dimensión del fenómeno, con muchísimos más edificios, más altos y más feos, si cabe. El urbanismo de Benidorm es el mal ejemplo de cómo no se debería actuar en la planificación del espacio urbano. Sin embargo, las distintas corporaciones municipales alaban el modelo de desarrollo del núcleo urbano y lo definen como “sostenible“.
La Organización Mundial del Turismo define la sostenibilidad del turismo diciendo:
“El desarrollo del turismo sostenible responde a las necesidades de los turistas y de las regiones anfitrionas presentes, a la vez que protege y mejora las oportunidades del futuro. Está enfocado hacia la gestión de todos los recursos de manera que satisfagan todas las necesidades económicas, sociales y estéticas, y a la vez que respeten la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de soporte de la vida.”
Dos imágenes de Benidorm con más de medio siglo de diferencia. La transformación ha sido espectacular y el destrozo irreversible. La popularización del turismo de masas, el consumo de turismo barato, la falta de cultura ambiental, la rapiña urbanística y la codicia especuladora son el origen de monstruos de este tipo. (Fotos: Foro Urbanity)
Modelos de desarrollo urbanístico y turístico insostenibles
Es evidente que en la costa mediterránea, con ejemplos como el de Benidorm, este principio de pretendida sostenibilidad no se da. Actualmente seguimos viviendo actuaciones de épocas y mentalidades que parecían superadas, al menos en los aspectos relativos a los modelos de desarrollo urbanístico y desarrollo turístico. En Benidorm se enorgullecen por su hazaña y el ayuntamiento ha publicado un folleto turístico de gran interés.
En España ya sabemos que se está destruyendo el litoral costero a toda velocidad. La Naturaleza nos ha beneficiado con el privilegio de ser una península y gozar de extensa costa.
Desde que en España se descubrió en los años 50 del siglo XX que el sol y el mar se aliaban con el objetivo de convertirnos en un paraiso turístico, surgió una ralea de especuladores ahitos de codicia dispuesta a enriquecerse con este prometedor negocio. Las autoridades, que aún respiraban ínfulas de grandeza imperial y que con el turismo descubrieron un gran potencial para nivelar la temible e inestable balanza de pagos, se convirtieron en parte coadyuvante.
Iniciados los años 50 , los ingresos del turismo eran la principal partida compensadora de la balanza de pagos en España. Entre 1950 1965 las divisas del turismo exterior permitieron compensar hasta el 73 por 100 del déficit comercial. En el período 1960-1975, financiaban por si solas el 71,5 por 100 del déficit comercial. (Rafael Vallejo Pousada, en “Turismo y desarrollo económico en España durante el franquismo, 1939-1975“)
El turismo fue una de las claves financieras de la supervivencia del régimen de Franco hasta mediados los años 70, cuya herencia sirvió de beneficio a ciertas clases sociales y políticas vinculadas a él y de padecimiento a lugareños hostiles a la fórmula y, en general al complejo social de los españoles. En el saldo final del turismo hay luces y sombras, ganancias y costes sociales como congestión urbana, contaminación, deterioro medioambiental y destrucción irreversible del paisaje. (Rafael Vallejo Pousada, en “Turismo y desarrollo económico en España durante el franquismo, 1939-1975″)
Oropesa del Mar (Castellón) y al fondo edificios turísticos a lo largo de la línea de playa. (Foto: Enrique F. Rojo, 2008)
Urbanismo costero y corrupción
La normalización sistemática de desarrollos urbanísticos desaforados, ligados a la expansión del turismo a través de sociedades constructoras oportunistas en extraña connivencia con los políticos locales, hizo que no le prestásemos demasiada atención al fenómeno devastador. Nos parecía normal.
A partir de que saliese a la luz pública en 2006 el mayor caso de corrupción política juzgado en España, que relacionaba prácticas de delincuencia organizada de los ayuntamientos con la construcción y el urbanismo en la costa mediterránea, fueron apareciendo un goteo constante de nuevos casos, que no eran sino la muestra de una continuidad que venía siendo incesante y habitual desde hacía muchas décadas. Nos sorprendía el volumen de operaciones urbanísticas, su asombrosa distribución a lo largo de todo el litoral, el volumen desmedido de negocio, el comportamiento mafioso de sus protagonistas, la corrupción política asociada a la delincuencia organizada con intereses en el sector urbanístico y, sobre todo, la impundad con la que todo esto se hacía y la inmunidad que gozaban los protagonistas cuando eran descubiertos.
Y así hemos vivido durante demasiadas décadas, edificando sin control y destruyendo espacios naturales con una desmedida ansia especulativa, sin pensar en las consecuencias negativas que estas intervenciones pudieran tener en el medio natural.
Complejo turístico Marina d’Or, situado en Oropesa del Mar (Castellón). Un ejemplo de crecimiento urbanístico desmedido orientado al turismo. Se encuentra en el lugar que ocupaban antiguas fincas rústicas dedicadas al cultivo de naranjas y hortalizas, oportunamente recalificadas después de su compra o expropiación. (Foto: Enrique F. Rojo, 2008)
“Destrucción a toda costa, 2013″: informe de Greenpeace
Como todos los años dede hace más de una década, este verano Greepeace publicó su Informe “Destrucción a toda costa, 2013″, en el que presentó el “Top Ten” español de costa destruida, por orden alfabético: Calp (Alicante), Calvià (Mallorca), Chiclana de la frontera (Cádiz), Cubelles (Barcelona), Oliva (Valencia), Orpesa (Castellón), San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), Sant Josep de sa Talaia (Ibiza), Vera (Almería) y Zierbena (Bizkaia).
Para Greenpeace la única forma de mantener la costa lejos de la amenaza de la destrucción es manteniendo los recursos naturales unidos a ella, fomentando un turismo de calidad y un modelo económico de desarrollo local. Proponen como ejemplo a seguir el de los municipios menos urbanizados de España, destacando entre los de mayor tamaño: Fuencaliente de La Palma (La Palma), Vallehermoso (La Gomera) y Villaviciosa (Asturias).
Las seis propuestas de Greenpeace
El panorama es bastante desalentador, pues son muchos los errores y escasa la voluntad de enmendarlos o, al menos de no proseguir en la misma línea. De momento, la fiebre de la construcción está estancada y no parece que la reactivación plena se produzca antes de 2015. De manera que aún hay tiempo para reflexionar de verdad, replanteándonos si merece la pena mantener el actual modelo de desarrollo urbano tan peligroso. A grandes males, grandes remedios. No en complejidad ni en coste, sino en eficacia y facilidad para llevarlas a la práctica. Estas son las seis propuestas de Greenpeace para detener la destrucción de la costa española:
1. No a la Ley de Costas
La Unión Europea (UE) debe obligar al Estado español a rehacer la Ley de Costas. A su vez el Tribunal Constitucional debe decidir si esta nueva Ley vulnera la
salvaguarda del dominio público marítimo-terrestre. Por otro lado, Greenpeace pide a alcaldes y comunidades autónomas que se declaren insumisas en la aplicación de la Ley, de forma que con la presión ciudadana se revoque.
2. Ladrillo Sostenible o Ladrillo Cero
Limitar las edicaciones en menos de 500 metros para toda España (como en Asturias, Galicia, Euskadi y Andalucía) a través de Planes de Ordenación del Litoral de competencia autonómica. Los planes urbanísticos en proyecto deben ser revisados con carácter urgente y los órganos de gestión ambiental de las CC.AA. suspender, a su vez, la aprobación de planes futuros. De esta forma se impedirían proyectos como el hotel de Es Trenc (Mallorca), el de El Palmar (Vejer, Cádiz) o el de La Arena (Zierbena, Bizkaia).
3. No más parques de papel
Gestionar de forma real los espacios naturales protegidos del Estado. Elaborar planes de ordenación y de uso de estos espacios que impidan más suelo urbano, ya que de esta forma estas zonas quedarían blindadas a la construcción.
4. Participación ambiental
Los planes urbanísticos deben contar con los periodos de informes y de partición pública, que los únicos controles externos a unos ayuntamientos frecuentemente sacudidos por casos de corrupción urbanística.
5 Fiscalidad verde
Se deben establecer medidas para que los municipios que han decidido conservar sus costas reciban compensaciones económicas, como los pagos por servicios ambientales. De esta forma, serían beneficiados y recompensados por el conjunto de la sociedad. Una “ecotasa” turística en los municipios más degradados, que sea finalista, serviría para revertir el modelo de turismo masivo de sol y playa.
6. Cero construcciones en zonas de riesgo
Explicar a los nuevos o potenciales propietarios de viviendas e industrias o infraestructuras en primera línea o en zonas de ramblas, desembocaduras de ríos, barrancos, torrentes, etc. el elevado riesgo de inundación y temporales a los que se enfrentan. El Estado es el responsable de los futuros riesgos y costes.
Imagen aérea de Marina d’ Or en Oropesa de Mar, Castellón. (Foto: Ángel Sánchez, El País)
Referencias.-
Vallejo Pousada, Rafael
Turismo y desarrollo económico en España durante el franquismo, 1939-1975
X Congreso Internacional de la AEHE. Septiembre 2011. Universidad Pablo de Olavide, Carmona (Sevilla)
Destrucción a toda costa 2013
Greenpeace España (PDF)
El Top 25 de la destrucción costera en España, 2013 (Greenpeace) PDF
El milagro turístíco se repite (El País, 05/07/2013)
Ley 2/2013, de 29 de mayo, de protección y uso sostenible del litoral y de modificación de la Ley 22/1988, de 28 de julio, de Costas. (PDF)
Ley de costas (Wikipedia)
Díez Ripollés, José Luis y Gómez Céspedes, Alejandra
La corrupción urbanística: estratégias de análisis (PDF)
Guía de rascacielos de Benidorm
Acerca de Marina D’Or (Blog)