Finalmente terminó el Apertura y Banfield, como todos saben se coronó campeón. Hay algunos detalles muy valorables para agregar como la valla menos vencida, el goleador del campeonato, el hecho de haber reconstruido el equipo luego de la venta de dos figuras que parecían irreemplazables como Cvitanich y Bertolo. El otro detalle, más nostálgico, es el que habla de un primer título en 113 años de vida.
Hay mucho más por resaltar? Por supuesto, pero ya lo hicieron todos en mayor o menor medida. A mi me gustaría resaltar algunos sucesos previos a los juegos finales. Discépolo lo dijo y el pueblo usó y abusó “El que no llora no mama…”
Verbos devaluados decíamos. Llorar en fútbol es pedir demasiado, buscar falencias ajenas, no mirar el propio rancho y mamar significa…bueno…Maradona hizo lo suyo para la devaluación absoluta del término.
En la recta final tanto Newel’s (digno subcampeón) como Banfield lloraron a más no poder, miedo escénico, falta de experiencia, miedo a fantasmas, miedo a los de negro y a la A.F.A, lo que quieran…El punto fue que tanto se ladraron entre si que al final ninguno dio la talla en la última gala. El taladro del Sur perdió en La Boca y Newell´s de local tampoco supo que hacer. Congeladas las lágrimas de los dos, el campeonato que nadie supo agarrar le cayó del cielo a Banfield.
Lo merece Falcioni un técnico trabajador, lo merece el Archu Sanguinetti, devenido en ayudante de campo, por las mil batallas como jugador, lo merece Luchetti el arquero histórico y el barrio también. El sur existe y también tiene sus estrellas.