En mi opinión la comparecencia de Rajoy como testigo en el tribunal del caso Gurtel fue de verdadera e inmensa vergüenza ajena y la enésima demostración que cualquier parecido entre España y una democracia no existe, entre muchas otras cosas porque en un país serio y democrático el declarante ya estaría dimitido o cesado.
Aparte la infame demostración que constituían las respuestas de Rajoy a las preguntas, quedó también demostrado, también por enésima vez, que el Poder Judicial independiente en España no existe porque la actuación del presidente del tribunal, un tal Ángel Hurtado fue absolutamente denigrante, y si hubiese sido solo un poco más servil se habría sentado a Rajoy a su lado de para darle también apoyo moral. Denigrante e indigno.
El perjurio (mentir cuando se declara como testigo en un juicio) está considerado un delito penal castigado con cárcel y sanción económica, y creo que está claro que Rajoy faltó a la verdad repetidamente. Si el juicio se hubiese referido a una empresa privada y el declarante fuese el presidente o consejero delegado de la empresa, decir que no sabía nada de la contabilidad y las transacciones de la empresa no le habría servido de nada y correría el riesgo de incurrir en perjurio. Aparte la grabación en la que Fernández Díaz cuando era ministro del gobierno Rajoy y aunque se refiera a la Operación Catalunya dice que Rajoy está enterado de todo, estoy convencido que deben existir documentos que demuestran el perjurio de Rajoy, que si todavía no han sido destruidos, dentro y fuera del juzgado alguien hará lo necesario para que no se conozcan, pero de todas formas, incluso conociéndolos ningún juez como Hurtado procederá jamás contra Rajoy.
De todas formas debe quedar claro que si los españoles hemos de seguir soportando a los herederos del franquismo es gracias a los votantes que los han hecho el partido más votado a pesar de ser también el más corrupto.
Por cierto, la U.E. ha presionado de tal forma a Polonia para que no entrase en vigor la Ley que se cargaba el Poder Judicial del nacionalcatólico Jarosław Kaczyński, que el presidente Duda la ha tenido que rechazar. Es curioso, y otra de las muchas razones de peso para desconfiar de la Unión, que en relación con España, que ha hecho exactamente lo mismo pero por debajo de la mesa y sin admitirlo con una Ley como los polacos, no haya recibido ni sugerencias al respecto, a pesar que no hay organismo internacional encargado de evaluar la salud democrática de los países que no haya denunciado la destrucción de hecho de la separación de poderes en España hasta el extremo que en Diciembre del 2016 un informe del Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO), organismo que integra todos los países europeos y los USA, dejaba la Justicia española a la altura de la de una vulgar dictadura bananera, en el que se llegaba a afirmar que el Poder Judicial es hoy una dirección general más del Ministerio de Justicia español.