Vergüenza de Europa
Da igual que la mujer que patea y hace la zancadilla a varios refugiados sirios que huyen de las fuerzas de seguridad en esta frontera entre Serbia y Hungría fuera periodista. Da igual porque ante todo deberíamos estar hablando de personas y luego, si queremos, de periodismo; un oficio para el que Ryszard Kapuscinski decía que ante todo se debía ser buena persona, una verdad que bien puede extenderse al resto de profesiones.
Petra Laszlo no es una buena persona. No sé qué pudo motivar su lamentable acción, si el odio o el morbo de querer grabar un plano con este sirio por los suelos con su pequeño en brazos. Ni he querido leer su explicación, aunque en este post la enlace, porque para mí no hay justificación alguna.
Petra Laszlo en acción.
Y si toda imagen debe tener un contexto para evitar malas interpretaciones, en este caso, al menos para mí, no es necesario nada más que observar esta escena. Me avergüenzo de compartir profesión con esta elementa, cuando en nuestra misión está el mostrar la realidad tal cual se presenta.
La indignación ha dado la vuelta al mundo. Mientras, el cinismo de Europa se agrava ante una crisis que requiere acciones inmediatas, no reuniones fallidas ni convocadas con un plazo de seis días, no vaya a ser que se hernien los presidentes. La zancadilla, tal vez, tendríamos que hacérsela los ciudadanos a vergüenza de Unión Europea.