Cuesta creerlo, pero estos son los días que llevo esperando por una simple tarjeta del BBVA y mientras no la consiga mantendré este contador en el blog. Nadie del banco ha contactado conmigo personalmente, a pesar de que he reclamado la tarjeta bancaria varias veces en una sucursal, por teléfono e incluso por redes sociales. También escribí una reclamación por correo electrónico a BBVA Responde. Pero nada de nada. Nadie responde. Nadie se responsabiliza. Nadie hace nada. Incluso me rebotan a mí la culpa. "Tiene usted un problema con Correos", me llegaron a decir... Vivimos en los tiempos de pasar la pelota, de regatearlo todo y de no actuar con profesionalidad. Queda lejos aquello que oíamos antaño y que era muy efectivo: "no te preocupes, ya te lo arreglo yo". En fin...
Desde el 18 de octubre me han emitido tres tarjetas que nunca llegaron a mi buzón (perfectamente identificado en una conocida calle coruñesa). Las tres tuvieron que ser canceladas. Ayer me crearon la cuarta tarjeta pero, visto lo visto, también dudo mucho de que llegue algún día. Señores del BBVA, algo falla en todo su protocolo de entrega, los clientes no somos los culpables de sus errores y debemos ser atendidos, no toreados. Precisamente por eso escribo este post. Y porque me consta que no soy el único caso.