Revista Economía

Vergüenza preferente

Publicado el 24 marzo 2013 por Torrens

El desenlace, por ahora, del tema de las preferentes es para que nos caiga la cara de vergüenza a todos los españoles, y por si solo es razón suficiente para que la ciudadanía corra a gorrazos a todos los políticos. 

Creo que en ningún caso se podía haber instrumentado la devolución a todos los estafados del 100%  de las perdidas, entre otras razones porque es imposible separar los que fueron realmente engañados de los que sabían perfectamente el tipo de activo financiero que adquirían, pero después de las ayudas que se han establecido para la banca no es demasiado comprensible que muchos de los estafados, en la práctica, vayan a perder el 100 % de su inversión.

Pero esa no es la única ni la más grave de las razones por las que me cae la cara de vergüenza de ser español. Me avergüenzo sobre todo porque como siempre no hay responsables.

Aparte los más visibles como los Sres. Rato y Blesa, que después de haber emitido buena parte de las preferentes que salieron al mercado, unos meses después, con las acciones de Bankia, llevaron a cabo una de las mayores estafas en la venta de títulos de la historia financiera de Europa y están tranquilos en su casa con los millones que cobraron por practicar estafas que en este país son legales, según quien las hace, están otros que en mi opinión tienen una mayor responsabilidad porque tenían la obligación de impedir la estafa y no movieron ni un dedo.

Nadie del gobierno ni de la oposición, o de cualquier partido representado en cualquier parlamento, ni de cualquier organismo del Estado o de los sindicatos y por supuesto ningún medio de comunicación, ha explicado de forma clara y completa la inmensa responsabilidad que tienen el Banco de España y en menor grado la Comisión Nacional del Mercado de Valores sobre el escándalo. Una vez más la muy grave negligencia de gestores públicos se justifica y se permite sin ni tan solo comentarios, como si fuese algo normal, que ni tan solo tiene que afectar al prestigio oficial y a la valoración del funcionario negligente. Instrumentos del Estado que nos cuestan muchos millones, en una Administración Pública ya muy sobredimensionada, que existen para salvaguardar los intereses del país y su ciudadanía, y que cuando llega el momento en que tienen la OBLIGACION de actuar ni tan solo hacen un pequeño gesto para aparentar que están haciendo algo.

Ignoro desde cuando funciona, en cualquier caso son muchos años, pero en el Banco de España existe un departamento, sección o como se llame, que supervisa la publicidad y la acción comercial, el marketing de todos los bancos. La sección está bien equipada con altos cargos, funcionarios, secretarias, y un presupuesto que con los muchos años que lleva operando debe sumar ya bastantes millones. Cuando trabajaba en banca esta supervisión suponía que los bancos no podían hacer ningún tipo de publicidad, repartir folletos, hacer propuestas comerciales o planes de venta de cualquier producto sin que esta sección del Banco de España los aprobase previamente. Además, parte de su equipo tenía la función de inspección, consistente en comprobar que los bancos desarrollan para cada producto exactamente el tipo de marketing que les han aprobado. Por lo que sé la autorización previa se ha suavizado, pero persiste la obligación de los bancos de informar del contenido de sus campañas de marketing, y sobre todo persiste la obligación del Banco de España de supervisarlas e inspeccionar. Es decir, si esta sección del Banco de España hubiese cumplido con su función, con la que es su obligación, la estafa de las preferentes no se habría producido, o en el peor de los casos se habría interrumpido antes de llegar a escándalo.

A pesar de que esta sección ha fallado estrepitosamente en otras ocasiones que ocasionaron problemas de menor cuantía, como los muchos anuncios en que los bancos afirmaban regalar una bicicleta o una batería de cocina cuando en realidad el regalo eran los intereses a tipo bajo, o el caso de las primas únicas y otros, en la sección siguen todos en su sitio y no creo que hayan recibido ni tan solo una reprimenda. En cuanto al antiguo Gobernador del Banco de España Sr. Fernández Ordoñez, lo más complicado que le ocurrió fue que tuvo que acudir al Parlamento para una interpelación, en la que con toda desfachatez afirmó que había llevado a cabo una gestión sin mácula, y en la que ni uno solo de los diputados presentes le habló de la obligación que tenía el Banco de España de impedir la comercialización de las preferentes en la manera en que se hizo, después de lo cual el Sr. Fernández Ordoñez probablemente regresó a su casa con la sensación del deber cumplido. Si esto es España yo me bajaría en la próxima.


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