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Vergüenza, un Fiscal Corrupto (Henry Amenábar Almonte)

Publicado el 03 diciembre 2025 por Grupo Madgus Sac @GrupoMadgus

La Trama de un Soborno en el Baño de un Mall que Parece Guión de Película B…

Imagina la escena: luces blancas que parpadean como si anunciaran el Apocalipsis, el eco de villancicos mezclado con ofertas de “2×1”, y un baño de centro comercial donde lo más intenso que debería ocurrir es quedarse sin papel higiénico.


Pero no.
En esta historia, ese baño se convierte en el set de una película series B, protagonizada por un fiscal que un día fue héroe nacional… y otro día terminó atrapado con 3 mil dólares marcados en la mano.

Hoy te cuento —en clave de humor negro, ironía y un poquito de vergüenza ajena— el episodio tragicómico de Henry Amenábar Almonte, fiscal que pasó de perseguir corruptos a protagonizar titulares que harían llorar a su propio expediente.

Prepárate, porque si piensas que tu 2025 fue caótico, este guion te va a hacer sentir exitoso.

Henry Amenábar Almonte

De Estrella del Lava Jato a Cliente Habitual de la Dircocor

Antes de que esta historia se convirtiera en meme nacional, Henry Amenábar era un personaje serio:
Fiscal adjunto, 52 o 53 años (depende de si contamos el desgaste emocional), encargado de delitos patrimoniales, y exintegrante del Equipo Especial Lava Jato.

Sí, ese mismo equipo que estuvo presente cuando el expresidente Alan García se disparó durante una diligencia en 2019. Amenábar fue testigo de un capítulo trágico, intenso y profundamente histórico.

Pero aquí viene el chiste (negro):
Seis años después, quien termina metido en un drama judicial… es él.

Una ironía tan fuerte que podría generar electricidad.

De “¡Alto, en nombre de la ley!” pasó a “¿Dónde está el secador de manos, carajo?”.
De luchar contra grandes entramados de corrupción, pasó a desmoronarse por 3 mil míseros dólares, casi lo que cuesta un televisor en oferta navideña.


La Trama: Café, Dinero Marcado y un Baño Que No Verás Igual Nunca Más

Todo empieza como novela de narco low-cost.

Un investigado por estafa —llamémoslo “el tipo con peor suerte del mes”— llega a la Dircocor para denunciar que el fiscal a cargo de su caso lo invitó a un café en San Borja.
Sí, esas reuniones sospechosamente “cordiales”.

En el café, Amenábar suelta el ofertón del año:

“20 mil dólares y te limpio el expediente.”

El hombre, sudando como si estuviera en un sauna, finge aceptar.
Después corre a avisar a la policía, que arma un operativo digno de Misión Imposible, versión presupuesto público.

Dinero marcado.
Micrófonos ocultos.
Briefing en la Dircocor.
Plan perfecto.

Corte a: Saga Falabella de Miraflores, 2 de diciembre de 2025.
El lugar más improbable para un soborno, pero aparentemente perfecto para este fiscal.

El investigado entra con naturalidad.
Amenábar está tenso, como si el aroma a jabón líquido le recordara todas sus decisiones de vida.

Se encierran.
Pasan los 3 mil dólares.
Todo queda registrado.

Entonces…
¡PUM!

Agentes irrumpen con la fuerza de un Black Friday emocional.
Lo encuentran con los billetes en la mano.
El fiscal, probablemente, piensa:

“¿En serio aquí? ¿Ni siquiera un Starbucks?”


Para Reír (O Llorar) Mientras Procesas Todo Esto

  • El dinero estaba fotocopiado y numerado. Como en las películas… pero sin Tom Cruise.
  • El audio de la entrega es más claro que un podcast.
  • Cuando lo trasladan a la Dircocor, según fuentes, balbuceó excusas que no pasarían ni un examen de oratoria escolar.
  • En redes sociales el ingenio explotó:
    • “De Lava Jato a Lava Manos”.
    • “El fiscal que cerró su caso… el suyo”.

Y sí, todos queremos saber:
¿Dónde estaban los otros 17 mil?
¿Había más “clientes”?
¿Era este su primer baño o ya tenía puntos acumulados?


Lecciones de Un Baño Público

Lo más surrealista no es el delito.
No.
Es la escenografía.

¿Quién diablos elige un baño de mall como punto para un ilícito?
¿De verdad pensó: “Nadie mira a los baños, es un lugar seguro”?
Hermano, esos baños ni cierran bien la puerta.

Históricamente, los baños han tenido mejores reputaciones como lugares para chismes o selfies prohibidas… pero sobornos de alto calibre… ¡vamos!

Y aún así, aquí estamos:
un fiscal anticorrupción hundido por corrupción en el mismo lugar donde la gente va a deshacerse de… bueno, ya entendiste el simbolismo.


¿Caerá Solo Él o Vendrá la Secuela?

Hoy Amenábar enfrenta una acusación formal por cohecho pasivo propio, que puede darle hasta 8 años de prisión.

Pero el verdadero suspenso está en lo otro:
Si un fiscal de trayectoria termina así, ¿qué pasa con el resto del ecosistema?

¿Hay más cafés “misteriosos”?
¿Más baños usados como set clandestino?
¿Más expedientes que huelen peor que un urinario de estadio?

La Fiscalía Superior Anticorrupción investiga.
El país observa.
El meme continúa.


Tu Próxima Visita al Mall

La próxima vez que entres al baño de Saga Falabella, míralo con otros ojos.
Ahí, hace no mucho, la justicia y la vergüenza chocaron… y perdió la justicia.

¿Fin?
No lo sé.
Lo que sí sé es que, si el karma fuera negocio, hoy estaría facturando millones.

Si quieres secuela… espera.
Porque la corrupción, como los malls en diciembre, nunca cierra.

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