Habla. ¡Oh! ¡Habla otra vez ángel resplandeciente!… Porque esta noche apareces tan esplendorosa sobre mi cabeza como un alado mensajero celeste ante los ojos estáticos y maravillados de los mortales, que se inclinan hacia atrás para verle, cuando él cabalga sobre las tardas perezosas nubes y navega en el seno del aire.








Dante presidiendo la Piazza del Signori

La desgastada estatua de Julieta

Las Arche Scaligere

Calles y edificios de Verona

Mensajes a los enamorados en el pasadizo de acceso a la casa de Julieta
