A nadie que haya seguido a Veronica Falls durante este año y medio le puede sorprender que su debut sea uno de los discos más destacados de lo que llevamos de año. Este cuarteto de Londres nos ha ofrecido un buen puñado de singles y EPs donde ha demostrado su calidad y su particular visión del pop británico.
Desmarcándose de sus coetáneos, Veronica Falls mira hacia el rock cincuentero y al pop sucio que se hacía a mediados de los ochenta en su tierra natal. De esta manera se puede entender que su trabajo homónimo suene distinto, con un regustillo noise pop de baja intensidad pero de gran calidad.
Un álbum que se pasa volando pero que te obliga a escucharlo de nuevo para volver a degustar un tema tras otro. Eso no pasa con todos los discos y cuando sucede, es de agradecer.
“Right side of my brain…”