Revista Cultura y Ocio

ver(se) - ver(nos)

Publicado el 09 diciembre 2013 por Catadora De Sabores @hoynoteacostara

íver(se) -  ver(nos).
Tengo tantas ganas de verte como veces creo que no cruzarmos por las calles.
A veces me preocupa pensar tan poco en tí y soñarte tanto estando despierta.
Será que ha llegado el frío,
o que todo de alguna extraña manera conspira contra mi, 
para que tu recuerdo,
extraño por otro lado,
permanezca en mi memoria con ese sabor agridulce de dos bailarines,
que a veces danzan desacompasados.

o. En un caso podemos hablar propiamente de eros, en tanto que en la segunda sería más apropiado de usar el término freudiano libido: pues no es el instinto de placer el que domina ahora, sino una necesidad neurótica de silenciar una vivencia de insignificancia o soledad".
(...) "El amor más completo es aquel en que los amantes pueden intuir lo divino en el otro,d e modo que sólo se desean y se quieren bien, sino que se adoran".
Sobre la mente patriarcal y el conductismo:
"La esencia de la mente patriarcal, más allá del predominio de la razón sobre el amor y el sano instinto, ha sido una disrupción del equilibrio amoroso entre nuestras tres personas interiores, que nos ha tornado en seres castrados, fríos de corazón y aunque aparentemente movidos por sus ideales, en realidad impelidos, como máquinas, por un programa patriarcal que los hace compulsivamente adaptables, en su dependencia del afecto y su vulnerabilidad, al castigo y las recompensas".
Sobre el poder:
"La respuesta a nuestros innumerables males ya no está al alcance de la política, y nuestra esperanza debe cifrarse en la conciencia misma de las personas".
"Los gobiernos se han visto influidos por una sed de poder, y a quienes buscan el poder no les interesa dar demasiada importancia a la virtud y a la verdad".
"No es tan evidente que en un mundo en el cual los gobiernos sirven a los intereses de corporaciones lucrativas, y los ciudadanos se ven esclavizados por su trabajo y sus salarios, hayamos alcanzado una situación más feliz".
"No  es posible detener la corrupción, la violencia, la injusticia, la explotación o la indiferencia hacia el bien común y el egoísmo solamente con la aplicación de las leyes y la acción de la policía., ni es siquiera posible que sean sustentadas las conductas virtuosas por normas sociales, sin que estas a su vez lo estén por la madurez psico-espiritual".
"Conviene al sistema económico que la gente no sepa qué hacer con su libertad, pues así trabajan con más ahínco y gastan buena parte de su tiempo, si no dinero, en las diversiones y el turismo, que tan bien se prestan para alejarlos de la conciencia de lo que sienten y piensan".
"He aquí entonces, una primera tarea que un hipótetico gobierno sabio y libre podría hacer por sus ciudadanos: velar por su posibilidad de ocio -que es tiempo liberado de la compulsión de ganarse la vida "con el sudor de su frente": tiempo sabático, para vivir y convivir, y para simplemente, ser y crecer."
Sobre la salud:
"Bien sabemos que la salud pública apenas reconoce el aspecto psicológico de las enfermedades, prefiriendo los fármacos (y así servir a los intereses de los laboratorios) antes que la psicoterapia, y entendiendo la salud mental más como una adaptación social, que como una adaptación de las personas a su propia naturaleza o a la vida"
"Sanar, que es también llegar a esa plenitud del desarrollo humano que conlleva la percepción espiritual de la verdad metafísica, la sensibilidad a la belleza y la orientación espontánea hacia el bien, requiere por lo general un heroico viaje contra la corriente que pocos llevan a término, y mucho más fácil que curar nuestros males psico-espirituales es prevenirlos".
Sobre el autoconocimiento y la psicoterapia:
"El proceso vivencial del autoconocimiento, ya aludido, es ya una de las componentes de esa transformación afectiva que constituye el meollo de lo terapéutico, y que tiene el carácter de un "descenso a los infiernos" que es al mismo tiempo un proceso de purificación -es decir: en el que los aspectos disfuncionales de la vida emocional van siendo desactivados a través de la comprensión. Pero el autoconocimiento no lo es todo: también es necesaria la catarsis de emociones infantiles reprimidas, que no sólo deben ser recordadas sino plenamente sentidas -es decir, re-vividas a través de una plena inmersión en ellas, y es necesario, también desaprender las conductas automáticas o habituales a través de las cuales nuestras "emociones negativas" se han expresado".
Sobre el sistema educativo:
"De vez en cuando me encuentro personas que piensan que el mundo estaría mejor si tuviéramos más educación y me parece apropiado comenzar diciendo que no pienso igual. Es decir: no pienso que nos ayude tener más de lo que hoy en día llamamos educación, y más bien simpatizo con un movimiento hoy en día fuerte en EEUU de padres que optan por sacar a sus hijos de los colegios y dejarlos explorar la cultura por sí mismos a través de un aprendizaje en casa y, más ampliamente, del mundo (...) Sólo pienso que ya que tenemos escuelas, más vale que las utilicemos para algo útil".
"El modelo educacional hoy en día imperante surgió a comienzos de la era industrial y se orienta en gran medida a un currículo implícito de enseñar a la gente a respetar a sus superiores, a quedarse quieta y a tener paciencia con actos repetitivos; pero lo que necesitamos, y cada vez más urgentemente, es una educación que se ocupe de estimular el desarrollo de las personas- -no sólo físico e intelectual, sino emocional, y también espiritual".
"Somos una cultura pedofóbica, y nuestro supuesto amor a los niños enmascara nuestra incapacidad de ser buenos padres: es un simulacro que esconde nuestra escasa capacidad de amar. (...) Los padres dañan a sus hijos mucho más de lo que sospechan en sus existencias sonámbulas, sin saber siquiera cómo -pese a sus amorosas intenciones -los infectan con la patología de la sociedad".
"Es evidente que a través de la educación patriarcal o tradicional con su carácter autoritario (y hasta despótico) se implanta en nosotros un desprecio al placer que perpetúa la sociedad con una especia de castración psíquica de sus hijos. A la implícita pero inequívoca criminalización del placer y de la desobediencia se agrega la desatención a los deseos de los niños, que conlleva el mensaje de que éstos no importan, que termina por internalizarse, y seguramente es una componente importante de nuestra infelicidad -con todo su cortejo de complicaciones derivadas".
"¿Qué más necesita una sociedad de la educación que la felicidad de las personas? ¿Y qué más deberíamos querer para nuestros hijos que su felicidad? (...) El interés por el placer y la alegría de los niños naturalmente lleva un aprecio a su espíritu lúdico, pues de pocas cosas gustan tanto los niños como de jugar; pero no sólo me parece importante llamar la atención sobre la importancia del juego en el desarrollo infantil, sino también señalar la importancia de su violación por la educación autoritaria, que característicamente avasalla a los niños haciéndolos instrumentos de las fuerzas del mercado (...) No es otra cosa que explotación la prioridad que se le ha llegado a dar en la situación escolar a la aprobación de exámenes y a la competencia por las calificaciones, que premian la vanidad y despojan al aprendizaje del placer en la medida en que arrasan con el deseo natural de aprender".

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