Revista Poesía

Versos sin sentido figurado que se habían quedado en el tintero I

Por Rodrigoyanez
Ven a mi reino y hasme sentir la amargura que llevas dentro.
Te invito a que celebremos tus equivocaciones.
A que te des cuenta por tu propio cerebro,
Que vives con la culpa.
Y te sientes tan triste...
Acá ni siquiera logras derramar lágrimas,
Todas las veo rojas.
Acá todo es negro y rojo.
Huele a sal quemada, arde del calor.
Diablos, ni siquiera yo puedo soportarlo.
Ven, hijo mío y cuéntame qué es de tu vida.
Bueno, ex vida.
¿Por qué te divorciaste de ella?
Ha claro, has asesinado a tu familia, luego te diste un disparo
en la boca y estas acá.
Eso tuvo que haber dolido ¿Verdad?
Ya lo creo.
Veamos, te tengo dos misiones.
...
Cadenas o flechas.
Con las dos la bienvenida será dolorosa, así que no te tomes
Mucho tiempo en pensarlo.
...
¿Y qué pasó?
Sí claro, cadenas.
Bueno, serás mi perkin. Sólo que te daré figura de caballo negro.
Entonces te amarro y te doy azotes de cadenas.
Y como sangras mucho y mucho te quejas,
Te acaricio y te digo que sólo es la bienvenida.
No mueras ahora querido, es un largo camino hacia mi reino.
Parte dos.
De pronto, entre pastos donde todo lo completaban espinas gigantes de puntas sangrientas, aparece un joven guerrero. Su cara no indicaba rencor alguno, ni siquiera se permitía mostrarse preocupado. Estaba de visita, es cierto. Pero hace muchísimo tiempo atrás, él había demostrado que ésas hubieran sido SUS tierras. Nuestro protagonista comenzó a sentirse incómodo debido a que el joven misterioso no demostraba ningún sentimiento. Ojos fijos a él. Cabellos largos y ondulados se dejaban caer sobre sus hombros. Llevaba un collar que indicaba luz entre tanta oscuridad. Y eso perturbaba a nuestro protagonista, lo cegaba de tan potente energía. ¿De dónde provenía esa fuente? ¿Quien estaba frente a sus ojos?
Bueno ¿Y qué?
De todas maneras no me intrigas, pollo.
¿Ves a mi caballo con cara de hombre arrepentido?
Si, sí, sí...
Ya sé que por eso mismo estas acá parado.
Pero estas son mis tierras ¿Sabes?
Dudo que quisieras indicarme qué diablos hacer.
Diablos, me he nombrado torpemente.
Sangre oscura, aires de polvo desolada.
Paja hirviendo de celos y rabia.

Cadenas.

Este es el servicentro del pecador ¿Sabes?
Si, sí. Ya sé que sabes.
Míralo así, hermano. Qué tal si te haces a un lado y dejamos esto así.
Entonces avanzo, y el joven misterioso se pone delante del camino.
Estas empezando a irritarme ¿Sabes?
Voy a sacar mi mejor arma para acabarte.
El terror humano que existe sobre mí, la ignorancia.
Cada persona peca de ser ignorante.
Tomo fuerzas y utilizo el alma humana más débil, que
Resulta ser mi arma favorita.
Miles y miles de milenios tengo esta alma bajo mi poder.
Esperando ser utilizada en un ser puro.

Parte tres.
No entiendo por qué...que ha pasado.
¿Qué es esto?
Cielo azul, huele a verde. Veo bocas formando sonrisas sobre mi cadáver.
Hay dos maneras de resolver esto...
No, no puedo explicarlo.
Ya nunca más veré a ignorantes.
Todos sabrán que existe un supremo, que cuando se decida
podrá hacerme pedazos.
El joven misterioso ha cumplido con su tarea encomendada desde más allá del cielo. Dar cuenta a nuestro protagonista de que nunca tuvo el poder supremo. El humano se equivoca, pero el jefe perdona. Sólo así serán capaces de no pecar de ignorantes, equivocados aprendemos. Y nuestro protagonista fue a parar allá mismo, donde perteneció al comienzo.

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