Con vocación de resumen
y cadencia semanal,
me propongo realizar
esto que llamo versumen.
No les puedo asegurar
que me salgan del cacumen
ideas que no se ahúmen
al querer versificar.
Les contaré por menudo,
en verso corto y chispero
lo que acontezca, sí, pero,
no podré pinchar profundo,
porque en este global mundo
si quieres comerte un pero,
no te alcanzará el dinero
para comerte el segundo.
Si les hablo de Botella
por aquello de los Juegos,
lo mismo no tengo luego
espacio para querellas,
porque se amontonan ellas
a jueces que andan con fuego
y si en eso me entretengo,
las goteras y las huellas
de las balas de Tejero
no podré poner en verso
y ustedes, no quieren eso,
y yo tampoco lo quiero,
porque aquellas balas fueron
en el techo del congreso,
la señal de que un obseso
con tricornio dominguero,
quiso meternos de nuevo
en camisas de once varas
y algunos dieron la cara
y muchos le echaron huevos.
Que ni a vándalos, ni a suevos,
ni a alanos, ni a otros majaras
los echamos de aquí para
que regresaran de nuevo.
Así que voy acabando
aquesta primera entrega.
Espero que haya más brega
y seguírselo contando.