Me acabo de enterar por este artículo(1) de un dato estremecedor de Le Corbusier. Qué personaje.
Ya conté aquí lo de cómo uso la piel de su perro para encuadernar sus dos tomos del Quijote, pero esto lo supera (o no lo sé; yo ya ni sé).
Me hacía cruces entonces de lo macabro que era, tomando como dato romántico y tierno lo que era pura necrofilia. Pero se ve que quien es de una manera es de esa manera y no puede evitarlo. Y a quien le gustan esas cosas le siguen gustando.
Pues bien: Cuando murió su esposa, su querida Yvonne, el 5 de octubre de 1957, la hizo incinerar. Pero el apenado viudo vio algo entre las cenizas, algo que seguía estando entero y no se había deshecho: una vértebra.
Se adelantó y la cogió. Y la enseñó a los presentes, tal vez sorprendido porque mantuviera su integridad, su forma exacta y funcional, tal vez emocionado porque en todo ese marasmo, en toda esa destrucción irrevocable, algo hubiera permanecido incólume.
Se la guardó en el bolsillo, ante el horror de los presentes.
Yvonne y CorbuTumba de Yvonne (primero) y de Le Corbusier (después).
Ahora no sé si cuando murió él enterraron ahí por fin la vértebra de ella.
Desde entonces y hasta su muerte la llevó siempre en el bolsillo del pantalón, y solo la sacaba para ponerla sobre el tablero de dibujo cuando estaba trabajando, para mirarla e inspirarse.
Ahora ya no podré evitar, cuando vuelva a ver cualquier foto del Corbu posterior a 1957, imaginar -mejor dicho: saber- que en uno de los bolsillos de su pantalón lleva una vértebra humana, de su esposa. Exploraré los bolsillos izquierdo y derecho por si veo cualquier bultito y querré no haberlo visto, pero en mi imaginación lo veré; sé que lo veré. Lo veré ya siempre.
¿De qué año es esa foto? Se le ve viejo. Posterior a 1957 seguro.Las manos en los bolsillos. ¿Está tocando la vértebra como amuleto?¿Está en la mesa? No la veo. Estará en el pantalón.¿En qué bolsillo?En qué hora me he enterado. Creo que ya no voy a poder evitarlo. Desde ahora miraré al Corbu anciano de otra manera. Nunca pensé que algún día escribiría esto, pero sí: Exploraré y buscaré con ansia un bulto de su pantalón.
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(1).- Los autores del artículo dicen a su vez que han sabido esto por el libro de Nicholas Fox Weber, Le Corbusier: A Life.
WEBER, Nicholas Fox,
Le Corbusier: A Life,
Knopf, Nueva York, 2008, pp. 821