Vertige (Abel Ferry, 2.009)
Calificación:
Crítica: 5,388 Público: 5,700 España: 5,022 Rugoleor: 5,488
Ficha:
Título Original: Vertige
Director: Abel Ferry
Guionistas: Johanne Bernard, Louis-Paul Desanges
Intérpretes: Nicolas Giraud, Maud Wyler, Raphaël Lenglet, Justin Blanckaert, Johan Libéreau, Fanny Valette, Guilhem Simon
Productores: Alain Benguigui, Thomas Verhaegue
Fotografía: Nicolas Massart
Música: Jean-Pierre Taieb
Montaje: Soline Guyonneau
Nacionalidad: Francia
Año: 2.009
Duración: 85 minutos
Edad: 18 años
Género: Acción, Aventuras, Suspense, Terror
Distribuidora: Kiss Comunicació, S. L.
Estreno: 12-02-2.010
WEB Oficial: Web Oficial de la película en Francia
Espectadores: 3.027
Recaudación: 19.563,40 €
Visitas: 0
Calificación única: 6,032 (103.390 valoraciones)
Puesto / Total: 35 / 47
Sinopsis:
Impulsado por un deseo de aventura y las ganas de reencontrarse, un grupo de amigos se lanzan a hacer una escalada, una vía ferrata en alta montaña. Para Chloé, Guillaume, Fred, Karine y Loïc, el vértigo de las cumbres y de sentimientos escondidos rápidamente les complica el viaje; por otra parte, descubren con terror que no están solos… La expedición rápidamente se convierte en una pesadilla.
Comentario:
Abel Ferry se adentra en el género de la survival movie con esta puesta de largo de espectaculares vistas y poco apta para quienes padezcan vértigo. La cinta, otro ejemplo del buen estado de salud del terror galo, sigue a un grupo de amigos que va de escalada. Pese a que la zona por donde quieren pasar ha sido cerrada por seguridad, deciden tirar adelante. Cuando parece que el mayor peligro se encuentra en la montaña, pronto descubrirán que no están solos. El riesgo de la escalada dejará paso a la cacería humana.
Crítica:
19-02-2.010 – JOSU EGUREN
Terapia vertical
Casi cualquier intento por mantener la atención del espectador en un escenario angulado se topa con la misma dificultad: el corto y previsible abanico de riesgos con los que se miden escaladores y cámaras. Consciente de las limitaciones que entraña esta apuesta, a la que se han enfrentado directores tan dispares como Clint Eastwood (“Licencia para matar”), Werner Herzog (“Grito de piedra”) o Neil Marshall (“The Descent”), Abel Ferry trampea la vía de ascenso de sus personajes generando tensiones dramáticas en la cordada: tríos amorosos, traumas psicológicos, acrofobia, caracteres ególatras… que alimentan los escasos veinte minutos que el grupo tarda en coronar la cima de la montaña.
A partir de aquí cualquier atisbo de originalidad se despeña, dando lugar a una sucesión de situaciones previsibles que se acumulan en la retina del espectador versado en títulos como “Deliverance” y derivados. Ferry debuta sin alterar las comas del subgénero, acomodándose en la estructura cerrada de un ‘slasher’ ochentero al que no le aporta ninguna novedad destacable. Agotado el repertorio de picados, contrapicados y saltos de eje caprichosos y desmadrados, el francés funde las luces del set de rodaje para aliarse con una oscuridad que da rienda suelta a su afecto por la subjetividad parcial. Huérfano de un ‘psycho-killer’ empático a la altura de los carniceros de civiles croatas, “Vertige” se pone del lado de una de sus víctimas para forzar la reparación de sus trastornos mentales por medio de una terapia ‘gestalt’ en modo brutal: nada mejor que acuchillar a un asesino en la garganta para que la enfermera olvide a un paciente moribundo al que no pudo practicarle una traqueotomía de urgencia.
Lejos de títulos tan refrescantes como “Hostel”, “Wolf Creek” o “The Descent”, “Vertige” nos recuerda que hacer el pardillo en un escenario inhóspito suele traer malas consecuencias, especialmente si somos jóvenes y hacemos el gamba en Europa central.