Ya hemos comentado otras veces lo que nos gusta mover los muebles de nuestra casa... Y en esta ocasión le ha tocado el turno a los escritorios de nuestras respectivas habitaciones (y sin ponernos de acuerdo, toma ya...). El caso es que, en uno de ellos, la silla queda ahora dando la espalda a la entrada del cuarto. Un día de estos, al llegar a casa y dejar en el respaldo de la misma la chaqueta, nos gustó lo mona que quedaba allí puesta, ¡y ahí sigue¡ Al margen de las exuberantes formas de vestir estos asientos en bodas, bautizos y otros saraos, también es posible darle a la silla un toque decorativo en casa con pañuelos, borlones, mantones, sombreros... ¡Vamos a ello!
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¿Vosotr@s vestís vuestras sillas?