Vestrahorn y su dramática belleza
Islandia es una gigantesca colección de paisajes impresionantes. Sin embargo, un destino como este que dibuja en tu rostro un gesto de admiración tras cada curva de la carretera corre el riesgo, en algún momento, de saciar tu capacidad de sorpresa. ¿Y si llega un punto en el que dejas de suspirar ante una nueva cascada por deslumbrante que sea? La respuesta es clara, ve a Vestrahorn.
Si sientes que estás cerca de sentir ese atisbo de hastío por saturación de belleza, no lo dudes, para en Vestrahorn. Este lugar imprescindible que ver en Islandia es la mejor medicina posible para un caso así.
Índice de contenidos:
- ¿Qué voy a encontrar en Vestrahorn?
- Un poco de historia
- ¿Cuál es el mejor momento para visitar Vestrahorn?
- Cómo llegar a Vestrahorn
- Qué hacer en Vestrahorn
- Pasear, disfrutar y hacer fotos
- Visitar un ‘poblado vikingo’
- Avistar animales
- Montar en quad
- Galopar por la playa
- Dónde dormir en Vestrahorn
- Qué hacer cerca de Vestrahorn
- Navegar en una laguna glaciar… o en dos
- Pasear por Diamond Beach
- Caminar por las entrañas de un glaciar
¿Qué voy a encontrar en Vestrahorn?
Vestrahorn es una majestuosa montaña negra que, con cierto aire dramático, se eleva imponente sobre la salvaje playa de Stokksnes, al Este de Islandia. Con solo contemplar su hilera de picos rasgando con determinación las nubes a 450 metros de altura, volverá de inmediato a tu rostro ese gesto de admiración que creías a punto de perder.
Pero si además tu visita coincide con la marea baja, la silueta de Vestrahorn se reflejará en el arenal negro de Stokksnes. La imagen que devuelve ese efímero espejo sobrecoge tanto que incluso es capaz de emocionarte. Tus pupilas no se cansarán de contemplar esa postal y tu cámara no parará de intentar capturar el extraño magnetismo del lugar a golpe de fotos.
Vestrahorn y la playa de Stokksnes forman el dúo perfecto. Uno no se concibe sin el otro. Uno no luciría igual sin el otro. Juntos componen un inhóspito conjunto ubicado en un lugar remoto, en medio de la nada, un escenario tan árido como elegante, tan sobrecogedor como hipnótico, tan rudo como atractivo.
Y es que esta montaña, conocida la ‘montaña Batman‘ porque su picuda silueta recuerda al símbolo de este superhéroe, no podría tener mejor puesta en escena. A sus pies tiene la mejor alfombra posible, una sugerente playa de arena negra salpicada de dunas que el potente viento islandés no para de moldear. Stokksnes hace gala de una belleza salvaje que en lugar de rivalizar con la de Vestrahorn se dedica a ensalzarla.
¿Sabías que la montaña Vestrahorn está hecha de lava? Esta curiosa montaña está formada de roca ígnea, es decir, de rocas de magma solidificadas. De ahí ese color entre negro y marrón que le da cierto aspecto trágico.
Además, al final de la pista por la que se accede a las vistas del Vestrahorn, hay un faro y una estación de radar de la OTAN, a la que obviamente no se puede acceder.
Un poco de historia
Aquí estuvo el puerto de pesca más importante de la región, hasta que, en 1987, Höfn comenzó a despuntar y le robó el protagonismo. Durante años, se podían ver tanto los restos de las cabañas de los pescadores como las embarcaciones que usaban. Sin embargo, en 1940 todo fue arrasado por la armada estadounidense en plena Segunda Guerra Mundial.
Esta zona y la región, conocida como Hafnartangi, se convirtió en un punto estratégico durante este conflicto bélico. Tanto la armada británica primero, como la estadounidense más tarde levantaron por aquí puestos de vigilancia, barracones, un faro y chimeneas. Estas últimas las usaban para despistar y confundir con el humo a los aviones enemigos que planeaban sobre la zona en busca de objetivos. Aún parece que es posible ver alguno de los restos de aquellas construcciones, pero desconozco la localización.
Para teñir de más dramatismo al lugar, la playa de Stokksnes fue escenario de varios naufragios. El episodio más recordado al respecto se dio a finales del S. XIX cuando varios barcos franceses naufragaro y más de treinta tripulantes arribaron a la playa. Las gentes del lugar se encargaron de ayudarlos y darles cobijo mientras duraba el rudo invierno islandés. Un gesto de generosidad que el Gobierno Francés se encargó de agradecer más tarde.
¿Cuál es el mejor momento para visitar Vestrahorn?
Una pregunta difícil de responder debido a la cambiante y complicada climatología islandesa. Pero es que además este lugar tiene su magia casi en todas sus variantes: despejado, semi escondido tras las nubes, con un manto de nieve, al amanecer, al atardecer, bajo el sol de medianoche y, por supuesto, cubierto de auroras boreales.
En verano, el lugar es más accesible, puesto que has de conducir por una pista de grava para llegar y el tiempo teóricamente ha de ser más benévolo Sin embargo, en los meses de invierno también es posible visitarlo.
En mi caso, estuve nada más comenzar el mes de junio a mediodía. Al llegar estaba prácticamente cubierto por completo de nubes, por lo que fue bastante decepcionante. Pero, poco a poco, jirones de cielo azul empezaron a asomar hasta que, una vez ya había salido, el sol se impuso y volví corriendo para disfrutarlo.
Cómo llegar a Vestrahorn
La pista de grava para ver Vestrahorn es accesible con cualquier cocheVestrahorn está al Este de Islandia. Esta montaña se eleva a modo de frontera natural entre los sinuosos Fiordos del Este y el brutal Sureste, donde comienzan los dominios del gran señor de hielo de Islandia, el glaciar Vatnajökull. Desde la Ring Road, la carretera que rodea la isla, tendrás que desviarte solo 10 minutos por una pista de grava en buenas condiciones.
Ojo que saber cómo llegar a Vestrahorn no es tan sencillo como preguntarle al GPS o a Google Maps. En mi caso, hice lo segundo y no paré de mirar por la ventanilla del coche todo el camino con la esperanza de ver aparecer en cualquier momento la silueta de Vestrahorn que había visto en multitud de fotos. Sin embargo, pasé de largo sin contemplarla. Para que no te pase lo mismo, toma nota.
La dirección que debes buscar en el navegador para llegar a Vestrahorn es la del Viking Cafe. Así, el GPS te llevará directo a esta cafetería que es la puerta de acceso a la playa Stokksnes desde donde sí podrás hacer la foto más famosa de esta montaña.
Pero ojo que eso será previo pago de una tasa de acceso de 900 coronas (unos 6,5 euros) que puedes abonar con tarjeta.
La explicación es que el terreno donde está la pista de grava que da acceso a playa es de propiedad privada. Así pues, para llegar a Vestrahorn has de pagar la entrada en el Viking Café y te darán una pequeña tarjeta de cartón que levanta la barrera que corta el acceso.
Ten en cuenta que esas 900 coronas te permiten entrar durante todo un día, lo que está muy bien si quieres volver en distintos momentos para hacer fotos con diferente luz. O si, como fue mi caso, nada más montarte en el coche para irte, el cielo se despeja de golpe y vuelves como loca para disfrutarlo de nuevo con sol y sin nubes.
Qué hacer en Vestrahorn
Echa un vistazo a todo lo que puedes hacer una vez has sorteado la barrera de entrada.
Pasear, disfrutar y hacer fotos
La mejor actividad que hacer en Vestrahorn es pasear. Caminar por la playa, caminar junto a la laguna, caminar y mirar, mirar y caminar. Y es que contemplar el fascinante cuadro en movimiento que se dibuja en directo frente a ti es totalmente adictivo. Simplemente, dar un paseo por la playa de Stokksnes disfrutando del paisaje y buscando el mejor ángulo para las fotos ya merece la pena. Según el estado de la marea, podrás contemplar también el efecto espejo.
Visitar un ‘poblado vikingo’
En la base de la montaña, hay una recreación de un poblado vikingo que se montó en 2010 como escenografía para el rodaje de una película que nunca llegó a hacerse realidad. Ahora puedes recorrerlo e imaginar a rudos vikingos cubiertos de pieles caminando con sus hachas entre las cabañas de madera.
Yo no me acerqué porque preferí invertir el tiempo en contemplar Vestrahorn, pero, a juzgar, por los comentarios que leí, este spot se encuentra actualmente (junio 2022) en un estado ruinoso. Solo si te sobra tiempo, estará bien dar un paseo.
Avistar animales
Avistar animales es otra de las cosas que hacer en Vestrahorn. Son varias las aves estacionarias y migratorias que pasan por aquí. Además, no es raro que por las agitadas aguas del Atlántico asome la cabecita de alguna que otra foca. Yo, por ejemplo, tuve la suerte de ver una foca nadando muy cerca de la playa.
Si te animas a llegar caminando hasta el final de esta pequeña península, hay más oportunidades de avistar focas. Cuando pagas la entrada en el Viking Cafe te dan un pequeño folleto con un sencillo mapa donde verás el lugar marcado en el que suelen retozar y el sendero por el que has de ir.
Con mucha, mucha, muchísima suerte, podrías llegar incluso a ver alguna ballena despistada nadando cerca de la costa. Yo no la tuve, pero dice la leyenda que hay afortunados que sí las encontraron.
Montar en quad
Si lo tuyo es el turismo activo y te apetece hacer algo diferente, también puedes recorrer la zona con una excursión en quad o ATV como lo llaman allí. Los menores de 17 años no pueden hacerlo y necesitas carnet de conducir. La ruta dura en torno a una hora y cuesta 11.000 coronas (unos 107 euros).
Galopar por la playa
Otra actividad que hacer en Vestrahorn es contemplarlo a lomos de un caballo. La familia propietaria del Viking Café también gestiona una hípica que está allí mismo, así que puedes hacer una salida a caballo de unas dos horas y media para recorrer la playa de Stokksnes al paso, al trote o al galope ¿Te gustaría?
Dónde dormir en Vestrahorn
Si quieres contemplar Vestrahorn a distintas horas del día para ver cómo cambia según la luz, la mejor opción es dormir allí mismo. El propioViking Cafe gestiona un hostel y un camping con la mejor localización posible, en la propia falda de esta montaña de origen volcánico.
Desde ahí, podrás saltar de la cama en cuanto el cielo despeje, fotografiar el amanecer y la puesta de sol, e incluso, con suerte, esperar de madrugada a que las auroras boreales acaricien con su baile los picos del Vestrahorn. Sin duda, es el lugar más especial donde dormir en Vestrahorn.
Eso sí, en el caso de que tengas claro que quieres dormir arropado por la montaña, te recomiendo reservarlo con antelación porque aquí las camas están más que codiciadas. Puedes encontrar habitación doble con desayuno desde 130 euros.
Si quieres acampar, ya sea con tienda, con furgo camper o con autocaravana, el precio es de 2.000 coronas por persona (unos 14 euros). Incluye la tasa de entrada a la playa, conexión wifi, duchas y baños en muy buenas condiciones. Sin embargo, no tiene cocina comunitaria, aunque en el café puedes tomar sopa y sandwich.
A veinte minutos en coche, tienes bastantes hoteles en Höfn para elegir. Además, en esta localidad pesquera, hay supermercado, concretamente un Netto, lo que por esos remotos lares islandeses es todo un bien preciado. En Höfn, también encontrarás gasolinera, restaurantes donde probar las famosas cigalas de la zona y un mirador hacia los glaciares al que merece la pena acercarse.
En mi caso, no hice noche allí, ya que fue una parada intermedia. La noche anterior dormí hacia el norte, en los Fiordos de Este, concretamente en Djúpivogur, a una hora en coche. Fue una noche mágica porque estuvimos rodeados de renos salvajes que se podían contemplar gracias al enorme ventanal de la cabaña de madera de Bragdavellir Cottages. Uno de mis alojamientos favoritos del viaje a Islandia que costó 135€ para cinco personas a principios de junio.
Y las dos noches siguientes, a menos de hora al sur, fueron en un apartamento con cocina en la granja Lækjarhus Farm Holidays. Esta vez en lugar de renos, tocó caballos. También lo recomiendo porque estaba a solo veinte minutos de la laguna glaciar Jökulsárlón y de Diamond Beach donde los precios se disparan. Este alojamiento costó 226€ para cinco personas, el más caro del viaje.
Si volviera a Vestrahorn, sin duda, intentaría alojarme en el hostel del Viking Cafe para poder contemplar ese paisaje tan brutal al atardecer y al amanecer.
Qué hacer cerca de Vestrahorn
Navegar en una laguna glaciar… o en dos
Si Vestrahorn ya es uno de los lugares imprescindibles que ver en Islandia, a menos de una hora tienes otros dos más. Conduce hacia el sur hasta la laguna glaciar de Jökulsárlón. Puedes aparcar gratis prácticamente en la orilla donde ya tendrás una vista espectacular. Pero te animo a explorar la laguna navegando entre los icebergs de hielo para tener un recuerdo muy especial de tu paso por Islandia.
Tienes tres opciones distintas para surcar las gélidas aguas de Jökulsárlón. Si vas a Islandia con niños muy pequeños, la única que podrás hacer será el barco anfibio que realiza una corta travesía de media hora por la laguna. El precio es de 6.000 coronas (unos 42 euros) para adultos, de 3.000 coronas (unos 21 euros) para los niños entre 6 y 12 años y gratis para los peques de hasta cinco años incluidos.
La segunda opción sería montar en zodiac que dura el doble de tiempo, pero también cuesta casi el doble, 11.000 coronas (casi 80 euros). Los niños están permitidos a partir de los 10 años.
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En mi caso, escogí el barco anfibio porque iba con un bebé y dos niños de 3 y 5 años. Pero sé que el kayak es una experiencia brutal porque lo hice en una laguna glaciar en mi viaje a Alaska y fue inolvidable.
Aunque Jökulsárlón es la reina del lugar, a diez minutos de esta en coche, rumbo al sur, está su hermana pequeña: laguna glaciar Fjallsárlón donde también es posible hacer elpaseo en zodiac y un trekking sobre el glaciar. Merece la pena al menos parar a dar una vuelta por la orilla, también cerca del aparcamiento, porque es otro rincón precioso que ver.
Pasear por Diamond Beach
Desde la laguna de Jökulsárlón sale un pequeño río que desemboca, apenas unos metros más adelante, en el Atlántico. Según la corriente y las olas, algunos de los icebergs y trozos de hielo que navegan por ese cortísimo río recalan en la orilla de la playa quedando varados como relucientes diamantes que destacan sobre la arena negra.
¡Bienvenido a Diamond Beach! Es otro de los lugares que ver en Islandia totalmente gratis. Saca de nuevo tu cámara y disfruta.
Caminar por las entrañas de un glaciar
Estás en los dominios del Vatnajökull, el glaciar más grande de Islandia y el segundo de Europa, un descomunal campo de hielo de 8.000 kilómetros cuadrados. ¿Sabías que puedes caminar sobre él para sentir crujir el hielo bajo tus pies? ¿Y que incluso puedes conocer sus entrañas?
Te propongo calzarte los crampones y vivir las dos experiencias en un solo día con la actividad del trekking sobre el glaciar Vatnajökull y la cueva de hielo azul. Internarte en el corazón de un glaciar y admirar tonos de azul que no sabías que existían tiene que ser algo inolvidable.
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