VEXU KAMIN (IX)
Continúa nuestro peregrinar, ahora por estas hermosas comarcas leonesas.
Julián González Prieto
Julian es escritor, autor del Vexu Kamin, obra que ha tenido gran trascendencia, muy divulgada en conferencias, charlas radiofónicas, Revista del Ateneo Leonés y otros medios de comunicación.
Nadie mejor que nuestro entrañable abad, para mostrarnos por dónde debemos hacerlo:
"...pur kamin alantre pasamus el rieu luna eutras aldeas e kaserius fastal rielus na omannia dispues pandorau e las runas duruikua..."
"...por camino adelante pasamos el río Luna y otras aldeas y caseríos hasta Riello, en la Omaña. Después Pandorado y las ruinas de Urbicua..."
Así lo hacemos, siguiendo por la que fuera calzada romana, ahora inexistente, hasta Riello y el hermoso santuario dedicado a la Señora en Pandorado, hasta llegar a Vegarienza, donde hubo un monasterio y dom Gundisalvo nos dice:
"...eili ne fonor das suas maxestates xugarum lus boulus nel kastro e muitu ablukoulus el uere las boulas katas elu ben que sa uerlare e tirare lus boulus..." "...endeantes dalua tannerum las kanpanas paspantare lus nnuberus que diz pur monte fazen tormentas e tamen dimus en uere pasa la missa que zeleuramus, a las xentes dos puebrus quaquderun akonzelare pa uastezere lu que diz palu do poubre pasistire lus pelegrinus que pu ende diuan..."
"...allí, en honor a sus majestades, jugaron los bolos en el castro y mucho les asombró ver las bolas partidas y lo bien que sabían birlar y tirar los bolos..." "...antes del alba tañeron las campanas para espantar los ñuberos, que dicen forman tormentas por el monte. Y también vimos, pasada la misa que celebramos, a las gentes de los pueblos que acudieron a concejo para abastecer lo que llaman Palo del Pobre, para asistir a los peregrinos, que por allí van..."
Y seguimos caminando por el paraíso natural del Valle Gordo, por varios pueblos y pequeños puentes, que atraviesan el rumoroso arroyo, hasta llegar al acogedor Fasgar y de allí a la incomparable Campa de Santiago, donde parece palparse la presencia divina:
"...e pur fasgare fumus al pasaltu pur enter II pennias ondoremus a sanctiakobi ne la sueremita que fazierum pa donare grazias pur ganarende lus mourus..."
"...y por Fasgar fuimos al paso alto, entre dos montañas, donde rezamos a Santiago en su ermita que hicieron para darle gracias por ganar allí a los moros..."
Todo invita a descanso y meditación y bajamos dando vista al Bierzo, caminando de nuevo por lugares de increíble belleza, calmados por el sonido del agua del arroyo, hasta llegar a otro bello y acogedor pueblo con nombre que, al pronunciarlo de un tirón, le corta a uno la respiración: Colinas del Campo del Capitán Martín Moro Toledano. ¡Tela de nombre!
Y seguimos:
"uaxamus pur las kolinas do mouru pulas lonpas rouxas fasta la cruzalta do tulus pelegrinus dexarum un kantu quemamentu e fumus a taurone e zirka ne suo mosteriu reposamus de xorna tan kansa e muitus aluentestarum al foriatu xuntu toskas pa kalezerge"
"Bajamos por las Colinas del Moro, por las lomas rojas hasta la cruz alta donde todos los peregrinos dejaron un canto como recuerdo. Y fuimos a Quintana de Fuseros y cerca, en su monasterio, descansamos de jornada tan cansada y muchos durmieron al raso junto a hogueras, para calentarse".
Dejamos un canto como recuerdo, en ese cruce de calzadas, donde estuvo la Cruz Alta, cercenada por los agarenos. Ahora hay dos en su memoria, recuperada por mi recordado buen amigo Ovidio Molinero, enamorado del Vexu Kamin.
Y siguiendo nuestro caminar por la que fuera Vía Nova romana, llegamos al incomparable mirador del Bierzo, donde se asienta la ermita, muy jacobea, dedicada a la Virgen de la Peña, topándonos con la cola del embalse del gran Sil, que nos impide el paso. Los peregrinos deben desviarse para cruzarlo. ¡Qué bien sería hacerlo, al estilo medieval, con un paso de barca!
Pasado el embalse, recuperada en Cubillos la Vía Nova, después Camino Real y ahora carretera en desuso, continuamos por lugares, que el abad se recrea al describirlos, hasta llegar al Kakabos medieval, ahora Cacabelos. Desde allí es un paso la bella Villafranca, la medieval Burbia, que él conociera. Y de nuevo a un paso visitamos el apacible lugar de la ermita de San Juan de San Fiz, resto del que fuera gran monasterio y nuestro guía dice a San Froilán:
"...ende nus quntarum la festoria do pelegrinu que pur nen ten paliantare la posada despoxarumle do suo tauardu e do solonurero el riuara sanctiacobi tauan xuntul sepolkru e turnu qum elus mu ledu e reposadus fumus pa kaletia pulas uredas que uos ben konoze nus lares da sua uita de zagal xuntul sinnore"
"...donde nos contaron la historia del peregrino que, por no tener para la comida y la posada, le despojaron de su tabardo y del sombrero y al llegar a Santiago estaban junto al sepulcro y volvió con ellos muy contento. Y descansados fuimos para Galicia por las sendas que Vos bien conoce en los lugares de su vida de joven junto al Señor".
Como así haremos nosotros próximamente.
¡Buen Camino!
Mapas-cerámicos: Ceramicartes. Alcalá de Guadaira, Sevilla.