Viajar a Hannover: Guía Práctica
Por Patricia Velasco Lunes, noviembre 10, 2014 0 Alemania, Destinos Permalink 0Hay ciudades talladas, enriquecidas por la historia, donde las calles susurran relatos de otro tiempo, las fachadas son vigías silenciosas de los cambios de siglo y los adoquines dibujan la semblanza de una antigua cronología narrada en los libros. Pero también existe todo lo contrario, ciudades arrasadas por la historia, en las que apenas quedan testigos del pasado porque han sido literalmente devastados y el rastro de vestigios pretéritos es casi imperceptible.
Hannover es un claro ejemplo, una de esas supervivientes que sí resistió la batalla pero cuyas heridas de guerra fueron tan profundas que, tras lograr zafarse de los escombros, hubo de sacudirse la ceniza y necesitó cuidados intensivos para salir adelante. Cerca del 90% de la ciudad fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos de 1943 asolaron el centro dejando una ciudad muerta con más de mil cadáveres en las calles, un cuarto de millón de personas sin hogar y un desolador paisaje de ruinas esqueléticas allí donde alcanzara la vista.
Pero Hannover supo levantarse tras la convalecencia y reconstruirse piedra a piedra hasta convertirse en lo que es hoy: capital de la Baja Sajonia, una joven villa universitaria repleta de parques, jardines y lagos, la ciudad más verde de Alemania con una importante conciencia ecológica, una activa metrópoli rebosante de vida cultural, artística y deportiva.
Qué ver:
- El Ayuntamiento Nuevo
Sin duda, no puedes irte sin visitar el Ayuntamiento Nuevo, el edificio más bello y representativo de Hannover que data de principios del S.XX. Puedes entrar gratis al interior donde se exponen cuatro maquetas de la ciudad en distintos momentos de su historia pero para subir hasta la cúpula has de pagar los 3 € que te permiten ascender a las alturas en un curioso ascensor cuyo recorrido se va ladeando a medida que toma la curvatura de la cúpula. Desde arriba, tienes una vista panorámica en 360 grados de la ciudad que, bajo mi punto de vista, sí merece la pena.
Una vez abajo, rodea el edificio para ver las preciosas vistas desde el pequeño lago trasero que custodia el reflejo del Ayuntamiento Nuevo. Un delicioso parque, donde pasear o hacer deporte, que en otoño se viste con sus mejores galas, con sauces que derraman lágrimas, un pequeño puente que parece de casa de muñecas tapizado de hojas y patos que se esmeran en trazar esculturas efímeras en el agua.
- El lago Maschsee
Con su kilométrica y animada ribera, este lago artificial es otro imprescindible de la ciudad. Puedes surcar sus aguas a bordo de distintos tipos de embarcaciones o recorrer su orilla ya sea en bicicleta, en patines, en segway o a pie para descubrir lo ligados que están los habitantes de Hannover a la naturaleza y al deporte. En verano se celebra allí un famoso festival que durante las dos primera semanas de agosto convierte el lago en un escenario al aire libre repleto de actividades culturales, musicales, deportivas y culinarias, además de llenar el cielo de fuegos artificiales.
-Los jardines de Herrenhausenn
En otoño merece la pena visitar estos jardines, ícono de Hannover, aunque solo sea por ver lo bucólicos que lucen los alrededores por los que puedes incluso pasear en calesa de caballos. Para pasar dentro del complejo de los jardines reales ya hay que pagar entrada y así podrás acceder a un entramado impecable de parterres, esculturas y fuentes que conforman el Grobe Garte, el Gran Jardin, uno de los jardines barrocos más importantes de toda Europa. Además el complejo incluye un jardín botánico y otro de estilo paisajístico inglés.
Pero si hay un rincón que contrasta con el apacible laberinto geométrico de hierba y flores es la gruta de la artista francesa Niki de Saint Phalle, donde los cristales juguetean con colores y formas imposibles para ofrecer un surrealista caleidoscopio de emociones al visitante.
Hannover tuvo una relación especial con esta controvertida mujer y algunas de sus famosas Nanas, opulentas esculturas de mujeres de formas voluptuosas, se exponen al aire libre junto a la orilla al río Leine, en la denominada Milla de las Esculturas en la calle Brühlstrasse. Otro claro ejemplo de la inquietud artística de esta ciudad alemana son 9 paradas de autobús concebidas como obras de arte y diseñadas por distintos artistas. Ve atento por la calle para ver si las localizas, por ejemplo, la cola de una inmensa ballena.
- El zoo de la aventura
Dentro del Eilenriede, un bosque urbano que prácticamente duplica el tamaño del famoso Central Park de Nueva York, se encuentra este zoo dividido en varios mundos temáticos decorados con todo detalle para hacer las delicias tanto de pequeños como de mayores. Si pasas el día allí puedes hacer un safari navegando por las aguas del río Zambeze en África, saltar a un pueblo del Yukon en Canada para quedarte pasmado admirando a una increíble pareja de osos polares, sumergirte de repente en el exotismo de la India rodeado de elefantes o dar el gran salto hasta la lejana Australia para pasear entre canguros.
-Autostad, la ciudad del automóvil
A una hora de Hannover, se encuentra el pueblo de Wolfsburg famoso por la fabrica de Volkswagen y, desde el año 2.000, por acoger un inmenso parque temático en torno a los coches y la movilidad. Los amantes del motor se sentirán como niños pequeños en este complejo que acoge distintos pabellones como el de Seat o Audi, un museo, un cine, restaurantes, exposiciones y todo lo que puedas imaginar relacionado con las 4 ruedas en un entorno donde el diseño, la arquitectura y la tecnología tienen parecen competir con los automóviles.
Por 15 € tienes acceso durante todo el día a la Autostad pero hay algunas actividades extras que tienen un coste aparte. 8 euros es el precio a pagar para sumergirte en una de las dos torres de cristal que guardan cientos de vehículos en su interior y en las que una grúa es la única con potestad para subir y bajar. Merece la pena desde luego si quieres sentirte como en una película de ciencia ficción. Si además te apetece probar u 4×4 en un circuito con túneles, escaleras y rampas también es posible desde uso 23 €.
- Hamelin, siguiendo el rastro del flautista.
Si tienes tiempo, no puedes perderte esta encantadora ciudad a la que puedes llegar en tren desde Hannover en apenas una hora. Entre el cuento y la leyenda, se ha ido forjando la personalidad de este bello rincón alemán con pintorescas fachadas medievales que convierten el paseo por sus calles en todo un placer. Gracias al cuento de los hermanos Grimm todos tenemos en nuestra memoria infantil la historia del flautista que primero se llevó las ratas de la ciudad a ritmo de flauta y, después, hizo lo mismo con los niños. Los propios habitantes de Hamelin recrean el cuento en la plaza de la iglesia durante los meses de primavera y verano.
Cómo llegar:
Desde Madrid puedes volar directamente a Hannover desde unos 100 euros ida y vuelta con Iberia Express los martes, jueves y sábados. Para llegar al centro de la ciudad lo más rápido y económico es tomar por 3’10€ el tren de cercanías que sale desde la terminal C del aeropuerto y, en poco más de 15 minutos, te deja en la estación central.
Cómo moverse:
Una parte importante del centro de Hannover es peatonal así que pasear es una opción estupenda pero además sus cortas distancias y la ausencia de cuestas la convierten en una ciudad perfecta para desplazarse en bicicleta, igual que hacen los lugareños. De todos modos, también tiene una amplia red de transporte público con trenes, autobuses, metro e incluso tranvía, de este último las lineas 10 y 17 son las únicas que pasan por el centro.
Qué y dónde comer:
Hannover como la mayoría de la ciudades alemanas tiene una gastronomía fuerte donde predominan las carnes, salchichas, coles y salsas. Uno de los platos típicos de zona de la Baja Sajonia es el Heidschnucke Knipp una especie de salchicha gigante con textura entre morcilla y hamburguesa hecha con la carne de un raza concreta de cordero.
Si quieres comer o cenar en un sitio con historia puedes probar en el restaurante tradicional Broyhan Haus, justo a lado de la iglesia del mercado, con una auténtica taberna de la época medieval en una gruta subterránea. Pero si te apetece regar la comida con una auténtica cerveza artesana y amenizarla con una actuación musical en directo por la noche, la mejor opción de la ciudad es el animado Brauhaus Ernst August.
Dónde dormir:
Hannover es una ciudad dedicada en cuerpo y alma a la celebración de ferias, así que tiene un amplia y variada oferta hotelera para todos los gustos y bolsillos. Puedes dormir, por ejemplo, en un albergue céntrico y económico como el Bed’n Budget por unos 30 euros o darte un poco más de capricho y alojarte en el Maritim Grand Hotel donde puedes disfrutar de unas vistas únicas del ayuntamiento nuevo desde unos 70 euros.
Autora: Patricia Velasco
Periodista de profesión, viajera por necesidad y escritora por vocación. Voy recolectando por el mundo emociones, ilusiones y recuerdos. Descubre más sobre mí y contacta conmigo aquí
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