Revista Viajes

Viajar a India con conductor: experiencia y recorrido

Por Mundoturistico

Viajar a India es un reto, incluso aunque no seas consciente. Es un país tan diferente al nuestro y seguramente a todo lo que hayamos visto antes, que se convierte en un obús de sensaciones. Por eso, al tiempo de escuchar opiniones tuve claro que quería al menos para los primeros días hacer el viaje con conductor. Y por diferentes causas al final lo extendimos a los 25 días que estuvimos allí -poco más de 3 semanas completas-. Así, escapamos a todos los posibles problemas de los que habíamos oído hablar (timos, alguna mala actitud, la locura de viajar en tren…) y tuvimos una experiencia tan buena, que tras haberla vivido, no dudamos que ha merecido mucho la pena.

¿De viaje organizado, yo?

Esa era un poco mi idea, antes y durante parte del viaje. Nunca antes había viajado con una idea previa y todo relativamente cerrado. Aunque también es verdad que en este caso, el recorrido te lo hacen a medida –si bien nosotros aún cambiamos cosas estando en destino- y si no se contrata, tampoco se cuenta con guía en los diferentes lugares o en el viaje en general –eso sí, tienes la posibilidad-. Lo mejor de todo es que no se viaja con más gente y se dispone también de ratos libres para poder disfrutar de los lugares por tu cuenta, más allá de los lugares turísticos a donde te llevan. Evidentemente, la mayor desventaja es que hay experiencias que no vivirás, como coger muchos trenes entre las ciudades, los múltiples trayectos de rickshaw al día, el regateo, el desenvolverte a tu ritmo, tomar determinadas decisiones… pero creemos que esto en India conllevaba muchas veces también sus problemas. Y pudiendo disfrutar de lugares tranquilamente, explorar los monumentos por nuestro propio pie y vivir la India con mucha intensidad, podemos decir que esta opción es también muy buena.

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Además, cuando pasaba por el proceso de asimilar que no iba a viajar por mi cuenta, pensaba: ¿Es en realidad tan auténtico viajar de forma independiente? Yo casi siempre pienso que sí y entiendo la filosofía de viajar como lo hace cualquier otro indio, sin distinción, pero… ¿tratan al turista como a cualquier otro indio? La respuesta es no. De hecho el problema de India es que un porcentaje pequeño de gente que se dedica a los negocios relacionados con el turismo se comporta de forma incorrecta. Y los profesionales con los que yo conté lo hicieron justo de la manera contraria: nos trataron de maravilla.

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Por eso, me convencí de que aquella forma iba a ser una buena forma de viajar por el país; al menos que a mí me compensara. Y me compensó. Me compensó mucho, disfrutando desde el primer minuto y conociendo un país maravilloso, con gente maravillosa, una cultura arraigadísima y un patrimonio histórico que nunca podría haber imaginado. ¡Impresionante!

Lo que me aportó viajar con conductor

Seguridad/tranquilidad. Aunque India es un país muy seguro (de hecho, en cada hotel, te hacen rellenar muchísimos datos y saben en todo momento donde te encuentras), como en algunas ocasiones se presentan problemas (timos, cancelaciones del transporte o problemas al llegar a determinados lugares), tener el respaldo de alguien te hace sentir tranquilo. Yo pronto olvidé que era una agencia de viajes y los veía más como a mis amigos indios.

En nuestra experiencia, con la agencia Shyam Tours, teníamos ese respaldo y más allá del genial trato personal que nos dieron, siempre podíamos recurrir a una persona que hablara español para poder tratar una incidencia. Además de estar ahí para todo, cuando quedábamos, eran siempre puntuales y todo salió rodado.

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Lo que más alivio nos produjo es que no hubo nada de engaños, ni de regateos, ni de dobles sentidos. Todo era como hablábamos. Por eso, creo que merece la pena. Hablé con gente que me decía que en el mismo país se podían lograr mejores precios -yo lo contraté desde España-, pero, ¿mejor servicio? Siempre tuve la sensación de que no…

Flexibilidad. Aunque se trate de un viaje organizado por una agencia, los destinos son elegidos por el cliente. Y en principio se puede modificar –si no hay reservas mediante– si no supone mucho trastorno, durante el viaje. También durante el viaje ellos están abiertos a hacer las actividades que el cliente desea y a oír todas las peticiones, aunque habría que entrar en ver qué quiere cada uno.

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Tiempo. Uno de los factores más positivos que acabamos teniendo gracias a poder contar con conductor durante todo el viaje fue ganar tiempo. Y el tiempo nos hizo ver más cosas. En ocasiones, disfrutar de los lugares sin prisa. Y no desesperar porque las cosas fueran despacio o se complicaran.

Después de contaros un poco mis impresiones de un viaje con conductor por India, paso a detallar el recorrido de viaje. En mi caso, volé a Bombay para acercarme a un lugar del estado de Gujarat, después descubrí los lugares más interesantes de Rajastán y finalmente, nos fuimos a Agra, Orccha y Varanasi. En caso de ir por libre, supongo que este mismo recorrido llevaría más días.

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Recorrido de 25 días por la India (poco más de 3 semanas completas)

Día 1: Bombay- Anklesvar. Llegada a Bombay y trayecto hasta Anklesvar.

Día 2: Anklesvar. Estuvimos en Anklesvar, primero descansado y después visitando una misión de la Iglesia que da asistencia a más de 300 niños. Conocimos a quién lo dirigía y las instalaciones, disfrutando de la compañía de aquellos pequeños indios que nos robaron el corazón. La organización se llama Bal Vikas India y si te pilla cerca de los lugares que quieres visitar, es muy recomendable.

Día 3: Anklesvar – Udaipur . Hicimos el trayecto de Anklesvar a Udaipur, pero parando en diferentes templos de los pueblos de Barhuch y Borodra. Aquí comenzamos a empaparnos del elevado grado de religiosidad del país, los ritos habituales del hinduismo y del jainismo y tanto de la belleza estética como del colorido de los diferentes templos.

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Día 4: Udaipur. Ya en Udaipur, dedicamos gran parte de la mañana en visitar el Palacio de la Ciudad, tan impresionante por fuera como precioso por dentro. Merece mucho la pena entrar y comprobar que lo que hay en la expresión “vivir como un marajá” es todo verdad. Dedicar un rato largo a contemplar todas las habitaciones, recepciones y patios que tenía y su maravillosa arquitectura. Después paseamos también en el Jardín de las Doncellas, otro atractivo de la ciudad, y lugar de recreo de los reyes del lugar en el pasado. También nos acercamos a los cenotafios reales, una visita poco conocida en la ciudad, y realmente asombrosa. Se trata de los lugares donde fueron cremados los diferentes reyes y verdaderos monumentos al aire libre. Ese día a la noche disfrutamos de un espectáculo de danza en un restaurante, prácticamente solos, gozándolo e incluso siendo sacados a bailar.

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Día 5: Udaipur-Mont Abu. Bien pronto dimos el paseo turístico por el Lago Pichola, que aunque es muy agradable, podría ser también prescindible. Disfrutamos mucho más sin embargo un largo paseo por las calles del centro, abarrotadas de tiendas y más tranquilas hacia el interior. Por la tarde, salimos con dirección a Mont Abu, pueblo al que llegamos tras una montañosa y serpenteante carretera plagada de monos y preciosas vistas. Una experiencia también en sí misma.

Día 6: Mont Abu. Este día recorrimos los principales templos de Mont Abu, que resultan dispares pero muy interesantes, sobre todo el complejo de Delwara. Este pueblo es menos conocido, tranquilo y de temperaturas mucho más agradables, por lo que fue una de mis paradas favoritas en el viaje. Anima a hacer unas compras o simplemente pasear, para acabar tomando una cerveza en una terraza y disfrutar de estar en India.

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Día 6: Ranakpur y camino a Jodhpur. Además del conocidísimo conjunto de templos jainistas –Ranakpur-, de camino a Jodhpur, conocimos el colorido templo de Falna y el Om Banna Temple o Bullet Baba Temple, en el que los hindús hacen adoración a los dioses con una ¡moto! como testigo.

Día 7: Jodhpur. Jodhpur es una ciudad también muy interesante con diferentes lugares turísticos que visitar y que nos sorprendan. Las tres visitas imprescindibles son: el mausoleo Jaswant Thada, el Fuerte de Mehrangarh y el palacio de Umaid Bhawan. Y como siempre, imprescindible perderse por sus calles y disfrutar de sus mercados, tiendas, gente, niños y todo estímulo callejero posible, ¡que no es poco!

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Día 8: Jodhpur-Jaisalmer. Durante este camino, paramos en un pueblo cercano a Jaisalmer para conocer su fuerte y un lugar más pequeño, que aún así tenía su pedazo de monumento. Luego, nos fuimos haciendo a la ciudad, que nos encantó desde el primer momento.

Día 9: Jaisalmer. Recorremos el Palacio del Fuerte y los principales templos jainistas de la ciudad, situados el corazón de la zona antigua. También hay en la ciudad que está más allá de la fortaleza –muy bonita además- una calle donde lucen cinco havelis con una fallada espectacular, los Havelis de Los Patwa. Tras esta visita, nos acercamos a la tienda de los comerciantes locales, donde mujeres de los pueblos de alrededor fabrican directamente los productos y los venden, sin intermediarios. No nos gusta especialmente comprar, pero había unas pasminas a las que fue imposible resistirse.

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Día 10. Jaisalmer. Visitamos los alrededores de Jaisalmer, donde se pueden ver los cenotafios reales de la ciudad, los templos jainistas de Amar Sagar y el pueblo abandonado de Kuldhara. Por la tarde, cogimos un jeep para ir al desierto y tras un paseo en dromedario, llegamos al Thar, donde disfrutamos de pocas dunas pero un paisaje que era irresistible. Un té, una cena al aire libre y una noche bajo las estrellas conformaron un plan único que nos hizo vivir muy de cerca al lugar.

Día 11: JaisalmerBikaner. Tras llegar del desierto, hacemos un trayecto largo y llegamos algo tarde a Bikaner. Después damos un paseo y comprobamos la intensa vida nocturna del lugar, antes de ir a dormir. Casi todas las ciudades indias me gustan más cuando cae el sol; se hacen más tranquilas.

Día 12: Bikaner, Templo de las Ratas y camino a Jaipur. Bikaner no tiene un encanto especial pero es una ciudad tranquila y nos gusta. Conocimos dos templos situados en la parte alta de la ciudad y la fortaleza, que es sin duda su monumento más importante. De camino a Jaipur paramos en el templo de las ratas o Karni Mata Mandir, donde hay 25.000 ejemplares de este animalillo porque la Diosa Karni decidió que todas sus reencarnaciones se hicieran en ellos, así que todos veneran allí a las posibles deidades en forma de roedor.

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Día 13. Jaipur. Jaipur es una ciudad muy interesante y si bien yo no la tenía en el recorrido, finalmente mereció la pena. Su patrimonio histórico-cultural es impresionante y merece mucho la pena. Visitamos exteriormente el Hawa Mahal o palacio de los vientos y entramos tanto en el imponente Fuerte Amber, como en el palacio de la ciudad y en el observatorio astronómico de Jaipur o Jantar Mantar. Además, visitamos una tienda de joyas sin intermediarios y dimos un paseo por los mercados, efervescentes. Acabamos el día en el cine, concretamente en el Raj Mandir Cinema, una sala de las que no quedan y con una propuesta comercial pero valiente. Una experiencia genial.

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Día 14: Templo de los monos-Abhaneri Ratttan Baori-Agra. Salimos de Jaipur y muy cerca, paramos en el templo de los monos. Es bonito y estos animales son mi debilidad, así que yo creo que es muy recomendable. Cerca de Agra, hicimos otra parada para visitar Abhaneri Ratttan Baori, un aljibe del año el año 800 d. C. que impresiona, con sus 3.500 escalones y sus 20 metros de profundidad. Además era el escenario final de la película que habíamos visto; y quizás por eso me encantó. 

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Al llegar a Agra visitamos el Fuerte Rojo, la fortaleza de la ciudad; quizás más impresionante por fuera. Dentro, lo más bonito es la cárcel donde fue encerrado Sha Jahan, emperador mogol que ordenó construir el Taj Mahal, a manos de su propio hijo. En realidad es una instalación más del palacio, dado que el reo no era alguien cualquiera. Era un rey. Más tarde, visitamos una zona donde Sha Jahan había ideado un monumento idéntico pero de color negro. Hay unos jardines a los que cuesta entrar pero en un extremo del paseo se logran buenas vistas.

Día 15: Agra y camino a Orchha. Madrugamos pronto para hacer una de las visitas más esperadas: el Taj Mahal. Impresionante, claro está. También visitamos el Mausoleo de Itimad-Ud-Daulah o pequeño Taj Mahal, que sirvió de inspiración para la construcción del archiconocido templo y que aunque en otra medida, es también impresionante.

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Día 16: Orchha. Recorremos Orchha: sus dos palacios y dos de sus templos –Chaturbhuj Temple y el RAM Raja Temple-, aunque tiene más. Este pueblo pequeño pero encantador tiene un patrimonio espectacular. Recomiendo perderse por sus calles, alejarse un poco de la carretera principal que vertebra su vida local y sentir como allí eres aún un poco más extraño, pero te sientes a gusto. A la tarde fuimos a los cenotafios reales de la ciudad, impresionantes e imprescindibles, y vimos caer el día en el río, un lugar tranquilo donde echar también las horas.

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Día 17. De Orchha a Khajuraho. Por la mañana, vivimos la ceremonia Shiromani Aarti del Dios Rama en el templo de este último en Orchha, que merece mucho la pena porque además de ser un festival de color y devoción, es un lugar de peregrinaje importante en la religión hindú. Tras ello visitamos el templo de Laxmi, algo alejado del centro de la ciudad. En Khajuraho dimos un paseo y el pueblo nos resultó encantador. Es cierto que los vendedores son muy insistentes, pero si los sabes llevar, te acaban dejando; además de que perdiéndote por las calles, desaparecen. Un pequeño estanque, una calle principal bastante turística y una plaza fueron motivos suficientes para hacerme sentir en un lugar agradable

Día 18. Khajuraho-Jhansi-Varanasi. Visitamos los templos de Khajuraho. Los principales templos de esta ciudad son sencillamente espectaculares. Aunque son conocidos por las figuras que se muestran del kamasutra, estas son casi secundarias. Merece la pena recorrerlos con calma, disfrutar de las adoraciones que tienen lugar y sentir la magia del lugar. Hay otros templos jainistas en la parte oriental de la ciudad que también merecen la pena, aunque son algo menos resultones, claro está.

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Día 19, 20 y 21. Varanasi. Disfrutamos de estos tres días en la ciudad más hipnótica de toda India. Es imprescindible tomar un barco en el Ganges y si es a primera hora mucho mejor; pues aunque sea turístico, es posible abstraerse del mundo y disfrutar de una ciudad conocida fundamentalmente por la muerte pero que es una oda a la vida. También recorrer su apretujado centro, así como los ghats y tomar algo en sus terrazas. Pasear, pasear y pasear, entre tiendas e imágenes difíciles de olvidar hasta empaparte bien del ambiente. Si no eres muy aprensivo te puedes acercar al ghat donde durante las 24 horas del día se crema a gente, pues muchos hindús van a morir a la ciudad al creer que así se cierra el ciclo de las reencarnaciones y acceden directamente al Nirvana.

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Si además tienes tiempo, puedes hacer una visita a Sarnath, la ciudad donde Mahoma dio su primer discurso y rincón budista; o acercarte a la universidad de Varanasi, moderna y con amplias avenidas y preciosos edificios. O a Nagar Nigam, un templo rebosante de vida y bonito. Pero no estarán a la altura de la ciudad que eclipsaría a casi cualquier lugar en el mundo.

Día 22: Varanasi-Delhi. El día que volamos a Delhi, decidimos perdernos por diferentes barrios Varanasi, lejos del río, descubriendo una ciudad tranquila, humilde y viva que nos encanta.

Día 23: Delhi. Como disponemos de vehículo hacemos un auténtico maratón de conocer cosas en Delhi. Ahí van: el templo sij de Delhi o Gurdwara Bangla Sahib –muy interesante-; el crematorio de Ghandi –prescindible aunque muy cuidado-; la tumba de Humayun e Isa Khan’s Garden –impresionante y referencia el primero por servir de inspiración al Taj Mahal; la puerta de India y la zona del palacio de la presidencia y el Parlamento –la zona está chula, también para descansar y pasear-; el templo de loto de Baha Ullah –curioso pero si no se tiene transporte no merece tanto la pena-; y la Torre de Qutub, un minarete que te deja sin palabras y que es una visita muy interesante.

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Acabamos el día con Shyamm y Mahendra, padre e hijo que llevan la agencia de viajes que nos ha acompañado todo el camino, y sentimos una pena -por irnos- y una felicidad -por lo bien que ha salido todo y un poco por volver a casa- tan grandes que dan como resultado una de las emociones más bonitas que se pueden sentir en el mundo. 

Día 24: Delhi-Madrid, con parada en Doha.  

PRESUPUESTO

  • Como ya os adelanté, yo hice mi viaje de principio a fin con una agencia de viajes local que se llama Shyam Tours, con la que salió todo fenomenal. El presupuesto para un viaje de estas características solo con conductor interno es de 500 euros por persona, por lo que sale en torno a 20 euros al día por persona / 40 en total. Además cada guía local con el que cuentes en cada lugar, son 20 euros de extra. La forma de pago en esta agencia será de la mitad en el primer día de viaje y de la segunda mitad cuatro días antes de partir.Las propinas son una costumbre en la India y también se recomienda darlas. En el caso del conductor es de 200 rupias al día (cerca de tres euros). 
  • La empresa Shyam Tours está radicada en la India pero mantiene todas las comunicaciones en español. Te atienden rápido y sin confusión en su [email protected]. Está especializada en los viajeros de habla castellana, por lo que los guías hablarán en nuestro idioma. Los conductores tienen algunas nociones, aunque el mejor idioma para comunicarse es el inglés. 

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  • Propinas extra: hay personas que te llevan las maletas en los hoteles (y es difícil hacerles ver que no hace falta; ellos lo ven como su trabajo) a los que se da 20 rupias por persona; gente que cuida los zapatos cuando te los quitas en los templos, a los que se suele dar también 20 rupias; y gente que cuida los baños, que se conforman con 10 rupias.
  • Además, si se quisiera contar con los servicios de la agencia para contratar hoteles, contando con las opciones de las que yo disfruté –buenos hoteles y precios medios- así como el billete de tren y avión, subiría a 1.000 euros por persona. Yo al principio los contraté por mi cuenta y luego cambié de opinión. Nadie como alguien local para recomendar cuáles son buenas opciones, además de poder contar con otras tarifas y no cogerlos muy lejos del centro de cada ciudad, lo que me pasó a mí al principio.

* Los precios son una estimación pues en mi caso fueron diferentes al tratarse de una colaboración con la agencia, pero sobre todo, el servicio es muy bueno y las opiniones son reales y personales. Shyam estuvo pendiente de nosotros siempre y puedo garantizar que se dejaba la piel para que todo saliera a pedir de boca. ¡Acabamos encantados!


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