Todavía cuando oímos Vietnam pensamos en el olor del napalm por la mañana, en un gigante forzudo con la boca torcida que mata sin apuntar a todos los que aparecen en pantalla... Pues bien, ya está bien, ya es hora de enviar al ostracismo esa imagen de pueblo oprimido, sufridor de la ira americana en pasta de celuloide. Vietnam hace mucho que resurgió de sus cenizas, no le queda un ápice de rencor hacia occidente, y se ha convertido en todo un paraíso de gente amable y espacios inverosímiles, de esos que no te crees que puedan existir, aunque los tengas delante. Descubre por qué viajar a Vietnam es una oportunidad única de descubrir un país increíble con una cultura ancestral.
Los ciudadanos vietnamitas tienen una gran consideración mundial en cuanto a gente trabajadora, cordial y digna que ha sabido mantener su cultura ancestral sin impedir el paso a la modernidad. Cultura, gente, historia, paisajes increíbles forman un cóctel que se toma con delicado placer y del que no nos importaría emborracharnos de vez en cuando. Y es que Vietnam no es para viajar una sola vez.
Como suele ocurrir cuando nos enfrentamos a un país completo y complejo como es Vietnam, resulta muy complicado señalar los lugares que se deben ver obligatoriamente. Y es que, cada destino, tiene una perspectiva diferente, unos lugares con mayor o menor interés, dependiendo de los ojos que observan.
A nosotros nos gustan los retos, la mezcla, perdernos por las calles y fundirnos con el calor de las gentes, vivir una experiencia cuanto más cercana al modo de vida de los lugareños mejor. Viajar a Vietnam es descubrir gentes amables y simpáticas, que facilitan esta intención de búsqueda de lo real, de lo más íntimo del país, la idiosincrasia de sus pobladores.
Espacios fundamentales para ver en Vietnam
Las ciudades de Vietnam
Los ciudadanos vietnamitas viven en la calle y eso ofrece un carácter especial a sus gentes, más sociables y amistosas. Se siente el pulso de todo el país en los mercados y en las aglomeraciones donde cualquiera de sus calles se llena de vendedores de frutas, flores, prendas textiles y artesanía propia del país, así como de todo tipo de dulces, puestos de comida ambulante y especias.
Hanoi
La capital de Vietnam es una de las ciudades más caóticas e interesantes, exuberantes y magnéticas de todo el país, sin ser la más populosa. Al contrario que ocurre en las grandes urbes europeas o americanas, aquí la gente sigue siendo amable y simpática, creando un ambiente acogedor en cualquier rincón. No han perdido esa tranquilidad, seguridad y confianza de las villas más cercanas, algo muy de agradecer.
Su ambiente diurno es igual de cálido que su animada vida nocturna. Es imprescindible en la noche acercarse a la zona de Hang Buom para ver su espectáculo tradicional de marionetas en el agua.
Hué, ciudad imperial
Ubicada en el centro del país, Hué fue durante 143 años su capital. Aquí se puede visitar la residencia de los emperadores, algunas de las tumbas imperiales más espectaculares de esta cultural, como las de Tu Duc, Minh Mang o Khaui Dinh. Tampoco faltan las curiosas pagodas, como la de la Dama Celestial (Thien Mu), o los populares y abarrotados mercados, como el de Dong Ba, o el puente Trang Tien, que fue diseñado nada menos que por Gustave Eiffel.
Da Nang, el puente de las manos
Aunque, posiblemente, ningún otro puente gane en popularidad al puente de las manos de Da Nang, no es el único atractivo de esta ciudad, que más bien parece un parque de atracciones por la cantidad de cosas que tiene que enseñar al turista.
Pero, todavía hay más. En las afueras de Da Nang se encuentran las Montañas de Mármol, cinco formaciones rocosas con sendas pagodas budistas y cuevas naturales. Y, por supuesto, su propio parque temático, el Sun World Ba Na Hills, es aquí donde hay que ir para ver el famoso Puente de las Manos.
Ho Chi Min, la belleza del caos
En Ho Chi Min también se pueden ver curiosidades monumentales, como la Basílica de Notre-Dame de Saigón (ya hemos referenciado la fuerte referencia cultural del pueblo francés), mercados como el de Ben Thanh, la iglesia rosa Tan Dinh ...
Hoy An, una hermosa ciudad puerto
Los espacios naturales de Vietnam
El turista occidental no sabrá muy bien con qué aspecto de Vietnam quedarse, qué es lo que más le gusta o le ha impresionado. De lo que sí estamos completamente seguros es que querrá volver.
Esta sensación de repetir la experiencia se sentirá como inevitable cuando descubra los paisajes naturales que Vietnam conserva dentro de sus fronteras. Viajar a Vietnam es quedarse con imágenes que quedarán en nuestra memoria como si de un sueño se tratase, sensaciones que tienen que volver a vivirse para tener la seguridad de que, efectivamente, aquello no fue un sueño.
La Bahía de Halong, un espectáculo único en el mundo
Empezamos por el lugar más impresionante de todo Vietnam, que no te puedes perder a la hora de viajar a Vietnam, y que es considerado como uno de los espacios naturales más espectaculares del mundo, reconocido por los especialistas como una de las maravillas naturales del planeta y, como no podía ser de otro modo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994.
Después de todas estas etiquetas, ¿quién no querría venir y disfrutarla en vivo y en directo? Nadie, con toda seguridad.
Tam Toc, la Bahía de Halong en la tierra
Un nombre curioso, pero completamente acertado, ya que guarda un enorme parecido al que ofrece en el mar la Bahía de Halong. No deja de ser una zona montañosa plagada de cultivos de arroz, pero que mantiene las formaciones kársticas y cuevas habituales de la bahía. Este espacio natural lo atraviesa serpenteante el río Ngo Dong.
Circunnavegar en una barca tradicional vietnamita por este río será una de esas experiencias que te equilibren con la naturaleza y el yo interior. No hay forma de explicar el placer de este tranquilo paseo entre montañas y arrozales.
Cascada Dray Nur
En la provincia de Dac Lak se localiza la catarata Dray Nur, majestuosa, poética y misteriosa son los epítetos con los que los mismos lugareños describen esta impresionante caída de agua por las leyendas que, generación tras generación, se transmiten entre las etnias locales.
Nada menos de 250 metros de largo y 30 metros de altura esta cascada es todo un símbolo de la belleza de la naturaleza más primigenia, de los bosques y montañas de este altiplano.
Sapa, un mar de arrozales
En la frontera con China, en una zona de montañas de más de 1600 metros de altitud, se localiza Sapa. Destino ineludible para conocer los campos de cultivos de arroz en terrazas y la mezcla de etnias que todavía habitan este lugar, manteniendo viva sus costumbres y tradiciones.
El Delta del Mekong, los 9 Dragones
Icono de Vietnam, el delta fluvial que produce el río Mekong después de nacer en el Himalaya y atravesar China, Myanmar, Tailandia y Camboya para desembocar en el Mar de China Meridional, es un espectáculo que no hay que perderse en este viaje.
El Mekong es el octavo río más largo del planeta y su desembocadura, conocida con el nombre de los 9 Dragones por los puntos por donde desemboca, forman un crisol de lugares que ver y disfrutar, desde pueblos pintorescos hasta mercados flotantes o enormes extensiones de arroz.
En la zona se localizan centros turísticos, como My Tho, y poblaciones más tranquilas, como Ben Tree, y cosas de interés que hay que ver como la pagoda Vinh Trang y la de Soc Trang, Can Tho y el mercado Cai Rang, con sus propios huertos, etc.
Phu Qoc, una isla paradisiaca en Vietnam
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