Viajar al norte de marruecos

Marruecos es una región que ofrece a los turistas sus playas del mar Mediterráneo y del Atlántico. Las primeras son de agua más cálida y más agradables que las del océano. El norte del país es ideal para las escapadas culturales, como Fez, Tetuán, Tánger o Chauen.

Como sabréis muchos pintores orientales se instalaron en esta región del país por sus paisajes variados, sus ciudades bellísimas y con esa radiante luz diurna y nocturna. En el primer artículo vimos hace unos meses, que Marruecos está diferenciado por tres zonas de interés turístico y cultural: la zona Norte, Centro y Sur de Marruecos.

El Norte es una región que ofrece a los turistas playas estupendas de agua cálida, pero no caldosa, como pueden ser las playas de Valencia (España). Se podría destacar sus paisajes (Le Rif y Las llanuras del Rharb) llenos de llanuras, playas de arena, calas, acantilados y costas (la costa Mediterránea goza de un viento de Levante constante, pero soportable).

Le Rif. El Rif marroquí se compone de dos partes: el Rif Occidental de Tánger a Taunat y el Rif Oriental de Alhucemas a la frontera con Argelia. La vegetación es variada con abetos, cedros, olivos salvajes, alcornoques o encinas. Las excursiones por el Rif son preciosas con un gran contraste de paisajes. Creo que merece vuestra atención a la siguiente ruta en automóvil que no puede faltar como excursión “obligada” de Tánger a Tetuán.

Tramo Tánger a Ksar Seguer. El primer tramo consta de cuarenta y cinco kilómetros por la costa marroquí bordeando el estrecho de Gibraltar. La salida será por el Este de Tánger, donde acaba su paseo marítimo. Por el camino encontraremos Menar, junto al Cabo Malabata y su “pobre” Faro.

Después de pasar por interior, costa y de nuevo interior, la carretera pasa por Playa de Cala Grande, junto al complejo turístico de Tarifa. Continuaremos para pasar por Hassana, Playa de Diqui famosa por sus arrecifes; contemplaremos la Aldea de Zahara destacable por su zoco los sábados. Un momento ideal para pasear, comprar fruta, relajarse en sus playas y disfrutar de su excelente marisco de la costa. Visita también, aunque esté en las últimas y pendiente de restauración, su Alcázar Portugués.

El segundo tramo sería Ksar Seguer-Ceuta, donde marcaría como reseñable. Treinta kilómetros desde el complejo portuario de Tánger Med pasando por la costa en Dalia (aldea y varadero de pescadores) que nos llevarán a un puerto de montaña llamado Tagramnt, hasta llegar a Ceuta.

El tercer tramo sería Ceuta-Fnideq-Tetuán, con un total de cuarenta kilómetros. Señalar Tamuda Bay, con hermosas playas de arena fina, aguas templadas y serenas, con excelentes condiciones para deportes naúticos. Vamos todo en plan “chic” y tan cerca… que no te vas a poder resistir.

Una vez abandonas Fnideq, contempla pasar por la Playa de Riffien, cerca del complejo Marina Smir con sus grandes urbanizaciones; todo ello con grandes puertos deportivos, apartamentos de diseño y cuidados jardines. No os dejéis amedrentar por el glamur y disfrutad el momento para sentiros dueñ@s y señor@s de todo aquello. Un instante para dejar a un lado la realidad y la cansina crisis. Será como disfrutar de un acaudalado oasis en un desierto de arena y playas (y como no podía faltar, campos de golf en Cabo Negro). La ruta nos lleva hacia el interior, entrando en los Llanos de Mallalien para llegar a Tetuán (si continuas, cogiendo la circunvalación puedes ir a la Ciudad de Martil).

*A modo de cotilleo, deciros que en el lugar donde desemboca el río Smir, existe una población de grandes mansiones, y una de ellas es la que utiliza el rey Mohamed VI para sus vacaciones de verano.

Llanuras del Rharb. Al Sur de Tánger y bordeando la costa, se extiende la fértil llanura del Rharb, arenosa y pantanosa. Su cultura variada nos ofrece la misma seducción que ofreció hace años a artistas y escritores occidentales como Paul Bowles y Delacroix, gracias a sus paisajes con grandes bosques y zonas de montaña.

Al visitar el norte marroquí encontrarás la historia de este lugar a través de sus monumentos. Las mezquitas, las casas tradicionales o las madrazas, dan fe de su pasado.

Continuará…