Revista Opinión

Viajar al pasado es posible: Mi testimonio.

Publicado el 06 febrero 2018 por Carlosgu82

Es posible trasladarte a través del tiempo, yo mismo puedo dar cuenta de ello. He aquí mi testimonio:

Hoy me levanté de la cama más temprano que de costumbre a pesar de podía hacerlo más tarde ya que hoy es feriado y no se trabaja en la oficina. Aun así, por algún motivo mi mente se programó para despertarse en punto de las 5:30 de la mañana, aproveché para sacar la basura y levantar algunas cosas de la sala pero,sentía que era un día distinto no solo porque era un día libre, había algo en el ambiente o quizás dentro de mi que me hacia sentir que este día sería especial.

Daban las seis de la mañana y veía poco a poco la ventana de la sala iluminarse, encendí el televisor, con la mano izquierda cambiaba el canal a las noticias y con la derecha tecleaba el celular para abrir facebook. Las noticias no hacían mas que hablar de un candidato y de otro (Tiempos electorales) mientras que en mi perfil no encontré notificaciones que valieran la pena y esta vez los grupos de watssap se encontraban en total silencio, decidí entonces apagar el televisor y arrojar hasta el otro extremo del sillón mi celular justo cuando un resplandor muy fuerte se desprendió de el, aun estaba un poco oscuro así que se iluminó parcialmente la sala en el acto. Me levante de donde estaba y fui por el movil, pero al acercarme, de pronto escuché música que venía del otro extremo de la casa, me resultaba inquietante, extraña pero familiar, era música para niños, me gustaba. Mientras caminaba atraído por la música empecé a recordar, cerré los ojos,  la encontraba familiar porque era la que escuchaba en el desayuno antes de partir a la escuela hace ya muchos años y mientras escuchaba, me apresuraba a poner el ultimo botón de la camisa en su lugar, a lavarme la cara y me senté a esperar a que mamá sirviera el desayuno, ya iban a dar las ocho de la mañana.

Abrí los ojos, la mañana era templada y caminé hasta topar con aquella vieja barda blanca de la escuela y el enorme pino que la resguardaba, de inmediato escuche las voces de toda la escuela alborotada, de mis amigos jugando futbol y la mía pidiendo la pelota para rematar cuando escuche a mi maestra decir mi nombre y después el de mi compañera, pasaba lista de asistencia, mientras tanto veía los paisajes de lugares hermosos, verdes selvas, azules océanos y blancas playas, noches de infinitas luces en las vegas, personas de muchos tamaños y colores, era mi libro de geografía. Eran los lugares que toda la vida soñé visitar. Cerré los ojos.  Al abrirlos nuevamente el viento enredaba mi cabello, las nubes pasan lentas sobre la casa, me encuentro sentado en la acera esperando con una felicidad a flor de piel  a mis amigos para jugar, volver a sentir esa sensación tan intima, tan inocente.

Resulta un poco extraño, los autos no pasan, la calle es más silenciosa de lo normal y solo me escucho a mi y a mis amigos, gritos y carcajadas. Ya es tarde de la noche son casi las 10, mamá ya está en casa, la cena está servida, la televisión continua hablando de candidatos y mi sonrisa no puede ser mas larga, el sueño me vence, y justo cuando estaba a punto de quedarme dormido abrí de nueva cuenta los ojos, la música que escuche al principio se había cambiado, la cámara del celular habría lanzado un flashaso al caer y mi esposa cambio la estación de la radio, corrí hacia ella para abrazarla y besarla, para contarle mi historia, de cómo arrojar por un momento el celular, apagar el televisor y escuchar una vieja canción funciona maravillosamente para retroceder en el tiempo y volver a aquellos días cuando no había nada que nos distrajera de ser felices.


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