Ahora que están tan de moda los viajes en bicicleta en el extranjero muchos de vosotros os preguntáis: ¿Cómo llevo mi bicicleta hasta otro país? ¿Se pueden llevar en los aviones?
Por supuesto todo depende de la política de cada compañía aérea pero en principio la mayoría barajan esta opción mediante su transporte en una caja de cartón bien embalada con ruedas, pedales y manillar desmontado para que ocupe menos.
Algunas compañías de bajo coste tienen una tarifa especial que se debe pagar por transportar la bicicleta u otras que proporcionan junto con la compra del billete un máximo de 20 kilos para equipamiento deportivo. También las hay que piden que se avise con unos días de antelación y luego lo cobran como exceso de equipaje, por eso antes de elegir la compañía conviene que nos informemos muy bien de todos estos aspectos.
Y para ponérselo más fácil aún, intentar llegar los primeros cuando el avión no está aún lleno para que os puedan facturar la bicicleta e intentar que la caja sea lo más pequeña posible para que entre en ese vuelo. Estas cajas las podemos comprar en algunas superficies especializadas en equipamiento deportivo, el problema es que si no la conserváis a la vuelta es probable que os las plastifiquen ellos mismos y las metan en bolsas, un procedimiento menos seguro.
No olvidéis tampoco llaves para luego volver a montar y desmontar la bicicleta y papel aislante para proteger las piezas más delicadas. Normalmente en los aeropuertos se trata con equipaje no con artículos deportivos.
Dicho esto ya podéis embarcar y viajar a cualquier lugar del mundo con vuestra bicicleta y comenzar las rutas más impresionantes.