Revista Diario
Este ha sido el primer verano que nos hemos decidido a hacer un viaje con los niños. Hasta ahora, hemos dedicado el tiempo de vacaciones a estar tranquilos en casa y a pasar unos días en la playa. Pero este año, que mis pequeños están a punto de cumplir cuatro y seis años, nos ha parecido un bueno momento para salir a descubrir el mundo. Para viajar con niños hay que tener las cosas un poco más planificadas y previstas que cuando sólo te vas con adultos. Estas son algunas reflexiones.¿A qué edad es conveniente empezar a viajar?En los distintos sitios que hemos visitado me ha sorprendido ver a muchas parejas con bebés de uno o dos años, e incluso meses. No digo que esté mal hacerlo pero yo creo que escoger un destino turístico en el que el fin último es visitar monumentos es mejor hacerlo cuando los niños son más o menos conscientes y son capaces de aguantar mucho tiempo una salida y disfrutar, a su manera, de lo que ven.Cuando no tenía hijos viajaba cada año pero desde que nació mi pequeño gran hombre hemos hecho un paréntesis turístico de unos cinco años. Porque considero que las vacaciones son para que disfruten todos y yo creo que un bebé disfruta más en un parque, en la playa o comiéndose un helado que visitando un museo. En mi humilde opinión, creo que hay un momento para cada cosa. Además, cuando viajas con niños que ya han dejado la tediosa fase de los pañales, los carros y las papillas, las salidas se hacen mucho más fáciles para todos.Preparar la maletaA la hora de hacer el equipaje, hay que tener siempre en cuenta el famoso "por si..." aunque sin pasarse. Hoy en día, existen muchas webs meteorológicas que nos pueden dar una pista del tiempo que hará en los próximos días en el destino que hayamos escogido. Además, te puedes informar de las temperaturas que acostumbra a hacer en la época del año en la que viajas. Aun así, si viajamos en verano, es bueno coger siempre una muda larga. Los canguros son también una opción que puse al fondo de la maleta. Abrigan lo suficiente en verano y si llueve te ahorras el paraguas. En lo que respecta al calzado es importante llevar zapados cómodos. Nosotros no hemos hecho grandes caminatas pero si más largas de lo que habitualmente estamos acostumbrados por lo que hemos pensado en unas bambas adecuadas para los niños y sobretodo con algún par de repuesto. Hay que pensar también en los medicamentos. Aunque nosotros hemos viajado por España, llevar un pequeño botiquín con cosas de primeros auxilios nos evitará tener que salir en busca de una farmacia. En mi caso por suerte no tuve que necesitar casi nada, pero las tiritas y el Apiretal en algún momento me fueron de gran ayuda.La documentación, de grandes y pequeños, es también importante. Los DNIs de los niños no está de más llevarlos y sobretodo las tarjetas sanitarias. Planificar muy bien los díasA mí me catalogan, los que me conocen, de ser una obsesa de la planificación. Pues cuando hemos tenido que marchar unos días lejos de casa, aún más. Considero que si previamente tienes claro qué quieres hacer cada día, los horarios de entrada a los monumentos y museos, la ruta a seguir, etc., es mucho más operativo. Sobretodo porque puestas las excursiones sobre el papel puedes calibrar si serán muy cansadas para los niños y puedes ir alternando actividades más cansadas con otras más tranquilas. No cansar en exceso. Momentos para todoPorque creo que es interesantísimo que los niños empiecen a conocer el mundo pero sin llevarlos al límite de la extenuación. Nuestro planning se basaba en una visita, máximo dos, por la mañana, descanso después de comer, y piscina y parque infantil por la tarde. Porque cuando viajas con niños, lo importante no es verlo todo, sino que disfruten de la cultura y empiecen a encontrarle el gusto a viajar. Si lo recuerdan como una experiencia agotadora, probablemente la próxima vez no se entusiasmen demasiado.Este es el planteamiento que hemos hecho en casa y nos ha funcionado.