Revista Cultura y Ocio

‘Viajar ligero’: el desasimiento en ‘Camino de Perfección’

Por Maria Jose Pérez González @BlogTeresa

Claudia Morales Cueto nos ofrece, desde el canal de YouTube de “Amigos de Teresa”, un nuevo curso, basado en los capítulos 11 al 17 del libro Camino de Perfección, con el título: Santa Teresa nos invita a viajar ligero. El tema central de este curso es la virtud del desasimiento, una de las tres “cosas necesarias” que la Santa presenta a aquellos que quieran llevan camino de oración, y que son: amor de unas con otras, desasimiento y verdadera humildad.

El curso se compone de ocho videos, que incluimos a continuación, al tiempo que le agradecemos que nos permita compartir su contenido en nuestro blog.

Sesión 1: Libertad del cuerpo

La experiencia de la oración, como todas las experiencias vitales, sucede en el cuerpo. En el libro de Camino de Perfección, santa Teresa nos explica por qué es importante tener libertad de los apegos a los que nos inclina el cuerpo y cómo podemos orar en la salud y en la enfermedad.

Sesión 2: Libertad del amor propio

Cuando santa Teresa se refiere al amor propio no habla de la sana autoestima, sino de las maneras en que la persona busca destacar su propia importancia y que los otros la estimen, por cualquier motivo: antigüedad, edad, inteligencia, belleza… En el Camino de Perfección, santa Teresa nos invita a favorecer la vida en comunidad dejando atrás todo lo que nos separa o divide: los juicios, las comparaciones, la competencia, los méritos. Descubre más en los libros: Camino de Perfección, capítulo 12, El amor nos hará apresurar los pasos, de Claudia Morales Cueto y Enrique Castro Yurrita. Editorial Santa Teresa. México, 2011.

Sesión 3: Libres de querer tener razón

Una de las cosas que cuesta más trabajo es no tener la razón. El deseo de hacer prevalecer la opinión propia genera numerosas y agrias discusiones en el seno de la familia, los grupos de trabajo, las comunidades. A veces por mantener una falsa paz, la persona deja de verbalizar sus argumentos, pero se enreda en mil discusiones internas sobre la injusticia que es que tal o cual persona o grupo no reconozca su razón. No se trata de renunciar a la cognición o a la capacidad de juicio crítico, sino reconocer que para un mismo asunto puede haber varias opiniones, posturas o enfoques. En el capítulo 13 de Camino de Perfección, santa Teresa nos invita a cultivar una actitud de apertura y escucha, libres de querer tener siempre la última palabra.

Sesión 4: Auténticos llamados a estar con Jesús

Jesús no es un iluminado solitario, sino que realiza su misión acompañado de una comunidad de discípulos a los que llama para aprender a vivir en comunidad y al servicio del amor. ¿A qué te llama Jesús hoy? En el capítulo 14 del Camino de Perfección, santa Teresa nos habla de la autenticidad de la vocación.

Sesión 5: Teresa nos enseña a aceptar las culpas

A lo largo de su vida, santa Teresa sufrió muchas persecuciones, tanto por parte de la Inquisición como de mucha gente que la desprestigiaba. La santa aprendió por experiencia que la verdad no necesita defensa y encontró en el silencio su fuerza para seguir adelante a pesar de murmuraciones. Como reza la Regla del Carmelo: “en el silencio está mi fortaleza”.

Sesión 6: Santa Teresa nos anima a practicar el bien

La oración exige la práctica de las virtudes en los pequeños sucesos cotidianos, especialmente de la humildad. Y así como en el ajedrez la reina puede moverse hacia donde quiere y dar jaque mate al rey, en la práctica orante es la “dama humildad” la que hace rendir al Rey divino.

Sesión 7: Atender el Huésped

Hay distintas maneras de servir a Dios. Como dice santa Teresa: “Santa era santa Marta, aunque no dicen era contemplativa” (C17,5). Cuando se recibe a una visita, sería una descortesía dejarla sola, en lugar de atenderla. Lo mismo en la oración, que es relación, de lo que se trata es de estar con el Amigo, de mirarlo, escucharlo, atenderlo.

Sesión 8: Abanderados de Cristo

Santa Teresa enseña que Dios pide a cada uno según las cualidades o talentos que le ha dado. Las dificultades personales que cada uno va encontrando sirven para: – perfeccionar el conocimiento propio, – hacer crecer la humildad, – reconocer que Dios sabe qué es lo que más conviene.


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