Había oído hablar de Avilés gracias a los asistentes al Celsius, evento literario basado en la fantasía y la ciencia ficción al que nunca he podido ir. Me habían dicho que era uno de los pueblos más bonitos de la zona. Así pues, dado que era de esperar el aburrimiento en Gijón, que como ya dije en la entrada anterior era nuestra base, me adelanté y programé una escapada a esta zona, que está cerca si coges la Renfe (tardo más de mi casa al trabajo...). Tras atravesar el Parque del Muelle hasta la oficina de información, comenzamos la ruta que nos sugirió la chica que nos atendió.
Es un lugar ideal para callejear, aunque las terrazas, con las enormes sombrillas, afean un poco el conjunto, lo cual es una pena. Pero bueno, ahí va todo lo que vimos:
Qué ver en Avilés
Casco antiguo de Avilés
La Oficina de Turismo está dentro de este Conjunto Histórico-Artístico y son todas las calles estrechas, medievales y con mucho encanto. Allí se puede ver el Ayuntamiento, el edificio de la Universidad, el Palacio de Valdecarzana, el Palacio de Camposagrado y la Iglesia de los Padres Franciscanos, además del Mercado de Abastos, donde entramos a comprar los ingredientes de nuestro almuerzo y donde fueron bordes tanto la panadera como la charcutera. En contraste, al salir del mercado, un abuelito muy majo nos vio con el mapa y entabló conversación con nosotras para darnos indicaciones. También está el Museo de Avilés, aunque no llegamos a entrar.
Zona de Sabugo
Es la zona de pescadores, muy fotogénica. Allí, además de las propias calles, que tienen su encanto, se puede ver la Iglesia Vieja de Sabugo y la bonita Iglesia de Santo Tomás de Canterbury, que por dentro no es tan especial. También nos topamos con la estatua de La Monstrua, un personaje real que fue llamada a la corte para su divertimento y que un pintor de Avilés retrató, haciéndose la estatua como homenaje a finales del siglo pasado.
Zona Barroca
La chica de la oficina nos explicó que esa zona también era bonita y la verdad es que lo era. Forman parte de ella la Calle de Galiana, bastante bien conservada y con un montón de soportales, que finaliza en la Plaza de Carbayedo, tras lo cual subimos por el Parque de Ferrera hasta la calle Rivero.
Centro Niemeyer
Es un centro cultural moderno al que no acabo de ver la gracia a nivel estético, pero pillaba de camino de vuelta a la Renfe y, según la chica, merecía la pena verlo.
Qué más habría visto de haber viajado sola
- Habría entrado al Museo de Avilés.
- Habría encontrado una forma de llegar al Cementerio de la Carriona, ya que algunos lo ponen al nivel del cementerio de Pere Lachaise en París.