Volviendo al orden cronológico, por la mañana, tras visitar Bruselas, nos llevaron a Lovania, preciosa ciudad universitaria. La Biblioteca Universitaria y el Ayuntamiento son maravillosos, y hay unos edificios y unas calles muy interesantes. La Iglesia de San Pedro por dentro también es maravillosa, con un púlpito extraordinario, tallado en madera, que me dejó con la boca abierta.
Además, nos adentramos en el Beaterio, utilizado actualmente como residencia de estudiantes y profesores, pero que en su tiempo era residencia de las beguinas, mujeres solteras que no eran monjas pero vivían en comunidad.
Por desgracia, no tuvimos absolutamente nada de tiempo libre, a lo que pudo influir que el restaurante tardara dos horas y cuarto de reloj en ponernos el segundo y el postre (el primer plato estaba ya servido cuando llegamos).
La siguiente parada fue Malinas, otra ciudad bonita y pintoresca que fue capital en la época de los duques de Borgoña, con una plaza grande de buen ambiente y una bonita catedral, interesante por dentro y por fuera. En esta catedral de San Rumoldo también hay un púlpito extraordinario, además de ser muy bella por dentro.
Aquí sí tuvimos tiempo libre, apenas 20 minutos, justo para bajar a una plaza que había un poco más allá y correr al autobús para volver a Bruselas. Vamos, bonito, pero agobiante.
*:-☆-:*:-☆-:*:-☆-:*:-☆-:*:-☆-:*:-☆-:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?