El despertador suena a las 6:30 horas. Aseo, prepararnos un café con leche que nos revitalice y cerrar mochilas. Hacemos el check out. El señor de recepción nos escribe en árabe en un papel el nombre de la estación de autobuses. Nos dice que salgamos a la avenida del mar y cojamos un taxi compartido, cuesta 4Le. Pero preferimos otra opción, porque meternos en esas furgonetillas que van a tope, con las mochilas grandes se nos hace difícil.
Bajamos por última vez en el super ascensor de madera. Salimos a la calle y pedimos un Uber. Llega en 1 minuto. Un señor muy majete y en unos 20 minutos llegamos a la estación, 33Le.
Después de preguntar dónde está nuestro bus, dejamos las mochilas en un banco. Si las dejamos en el suelo seguro cambian de color, más suciedad no puede haber.
Como en cualquier estación del mundo, hay mucho trajín de personas. Un chico que está haciendo la mili nos pide hacernos un selfie con él y se la mando por WhatsApp.
Y como no, cafetería donde tomarse algo junto a las taquillas de las diferentes compañías.
Arranca puntualmente a las 8:30 horas. A la salida de Alejandría nos desviamos unos metros por un camino de tierra hasta una gasolinera, que madre mía!!!!
Una vez llenado el deposito, continuamos. La carretera tiene varios carriles, a veces 2, 3 o 4 y con buen asfalto. Cruzamos peaje de la autopista, a pagar.
Cada uno adelanta por donde le da la gana. Normalmente vamos más rápido que la mayoría de los coches y el conductor zigzaguea adelantando a todo lo que se pone en su camino.
Seguimos la carretera de la costa mediterránea hasta Mersa Matruh (296 km) y desde allí iremos bajando dirección sur adentrándonos en el desierto hasta el Oasis de Siwa (290 km).
Hemos parado en un restaurante de carretera a las 10:35 horas. Estamos a 140 km de Mersa Matruh. Nos compramos una bolsa de patatas con sabor a nachos de queso, jeje. Muy ricas, 8Le.
A las 10:55 nos ponemos de nuevo en camino. Vamos sentados en los primeros asientos así que la manera de conducir la vivimos en primera persona, a veces acojona un poco.
A 20 km de Matruh control de policía, pasamos rápido. Hemos visto durante el camino varios controles pequeños también.
A las 12:30 horas llegamos a la estación de autobuses de Mersa Matruh.
MERSA MATRUCH
Mersa Matruh comenzó como un pequeño pueblo de pescadores durante la época del Antiguo Egipto y el reinado de Alejandro Magno y se llamó Amunia. Después de que Egipto cayó bajo el dominio romano, la ciudad se convirtió en un puerto importante para el comercio y el envío de mercancías y cultivos a Roma.
Comemos unos dátiles y frutos secos. Observamos el ir y venir de la gente.
Sube mucha gente al autobús, entre ellas mujeres sin rostro. Muchas llevan guantes y calcetines negros. No se las ve más que los ojos y a veces ni eso. Suben cargadas hasta los topes de bolsas, los maridos no ayudan. Nos preguntamos como son capaces de moverse sin tropezarse con tanto ropaje largo.
Después de casi 1 hora nos ponemos en movimiento. Una vez que dejamos atrás Mersa Matruh vamos por una carretera de 2 carriles por sentido. A las 14:00 control militar, como el que tuvimos en Suez. Pasaportes y abrir el equipaje todo el mundo, aquí miran más a fondo nuestras mochilas. Estamos unos 15 minutos.
La carretera se vuelve estrecha, de un carril por sentido, muy poca circulación. El paisaje es una llanura árida infinita., es muy curioso a nuestros ojos.
Hemos hecho una parada a mitad de camino a las 15:40 horas. Nos ha venido bien para desentumecer un poco las piernas.
Es una construcción en medio de la nada. Tienen para comprar bebida y comida. Hay una pequeña mezquita al lado, a la que bajan unos cuantas personas para rezar.
A los 20 minutos seguimos ruta. Al cabo de 1 kilometro, nuevo control militar. Hay torres de comunicación alimentadas por placas solares. Otra vez enseñar pasaportes y abrir mochilas. 10 minutos y carretera. Nos dice un señor que probablemente habrá otro control de estos antes de llegar.
No se cumplen los pronósticos. A las 17:45 horas a unos 5 kilómetros de Siwa paramos en el control militar, pero solo piden carnet y a nosotros los pasaportes. 10 minutos después llegamos a la estación de autobuses.
Siwa está situada en el oeste de Egipto, entre la depresión de Qattara y el Mar de Arena egipcio, en el desierto del Sáhara, aproximadamente a 50 km al este de la frontera con Libia, y a 560 km de El Cairo. Está situado a una elevación de -13 metros sobre el nivel del mar.
Aunque se sabe que en el Oasis de Siwa hubo asentamientos en el X milenio a. C., las primeras evidencias de contactos con el Antiguo Egipto ocurren durante la Dinastía XXVI de Egipto, cuando se dató una necrópolis. El antiguo nombre egipcio de Siwa era Sekht-am, "tierra de palmeras".
Los pobladores griegos de Cirene establecieron contacto con el oasis al mismo tiempo que los egipcios (siglo VII a. C.), y el templo del oráculo de Amón (Zeus Amón) ya era famoso en la época de Heródoto. En el 332 a. C., durante una visita anterior al comienzo de su campaña de conquista en Persia en el año 331 a. C., Alejandro el Grande visitó el oasis debido a que el oráculo le confirmó que era un ser divino y el legítimo faraón de Egipto.
Una leyenda, transmitida por el historiador griego Heródoto, narra que el rey Cambises II de Persia (524 a. C.) envió un ejército de 50.000 soldados para atacar a la población del oasis, pero desapareció en medio de las arenas del desierto. (wikipedia).
Curiosidades:
El Manuscrito de Siwa, custodiado por una de las principales familias del lugar, recoge sus costumbres, algunas tan singulares como las de matrimonios entre hombres, comentadas por el viajero alemán Steindorff. Los antiguos terratenientes de Siwa se esposaban con sus jornaleros, llamados zagala, y no recuperaban su libertad hasta cumplir los cuarenta años; entonces podían casarse con mujeres. El rey Fuad, que visitó el lugar en 1928, prohibió los matrimonios homosexuales, aunque posiblemente durante algunas décadas continuaron celebrándose. Algunos exegetas musulmanes citan este caso como ejemplo de una larga tradición de tolerancia hacia la homosexualidad en las culturas islámicas, a pesar de la represión existente en la actualidad, por influencia de los movimientos integristas e islamistas.
En la estación no está nuestro contacto esperando, Senusi. Le mandamos was, nos dice que ahora viene un conductor a por nosotros y nos lleva hasta el hotel que él ha elegido para nosotros, a ver si nos gusta.
Llega un chaval con un 4×4 negro y nos lleva hasta el hotel. Es el Dream Lodge Hotel. Aquí nos encontramos con un chico brasileño que viajaba en el bus. Nos enseña la habitación y el precio y nos cuadra (600Le por noche). Tiene aire acondicionado. Nos quedamos.
Hablamos con Igor y quedamos en media hora para ir a cenar. Senusi aún no ha aparecido. El centro está a unos 15 minutos y el camino está bastante oscuro, hay que llevar el frontal. Por el camino vamos viendo pequeños super y tiendas varias.
Llegamos al centro y ya hay luz. No hay muchos restaurantes, vamos al "Abdu" y nos sentamos. Este restaurante es el más famoso en Siwa y en unos minutos vamos a descubrir el porqué.
Enseguida aparece Senusi. Nos empieza a dar múltiple opciones para hacer. Habla muy rápido y no le entendemos del todo bien. Al final mañana hemos decidido junto a Igor visitar lo más destacado de los alrededores seguramente con un tuctuc.
El safari al desierto es mejor compartir entre 6, que es la capacidad de los todoterrenos, a más gente más barato. Por el coche son 1600 Le. Incluye salir a las 15:30 horas ir hasta el desierto de dunas, subir y bajar dunas con el 4X4, hacer sandboard (esquiar en las dunas), ver el atardecer y regresar. A mayores se puede cenar y dormir en el desierto. Aquí hay que sumar 100Le por cenar y otros 100Le por dormir.
Mientras terminamos de charlar, pedimos la cena. 3 de pollo al curry y 2 coca colas. Está buenísimo, raciones grandes y el precio el más barato con diferencia del viaje. Pedimos también unas aceitunas, que están deliciosas. Ahora entendemos la merecida fama que tiene este sitio.
El lugar se llena de turistas y no nos extraña. Acabamos de cenar y charlamos un rato.
Damos un pequeño paseo, muchas tiendas venden botes de aceitunas y dátiles a granel de diferentes tipos. Hay que decir que los alrededores de Siwa están llenos de palmeras y olivos. Es el principal modo de vida de las gentes de aquí.
Vemos lo que parece una fiesta. Varios coches y muchos motocarros y motos van recorriendo las calles haciendo mucho ruido con el claxon. Desde las cajas de los motocarros la gente van disparando pequeños fuegos artificiales. De noche, con pocas luces y a toda pastilla, no sabemos como no se la pegan. Posteriormente nos hemos enterado que era por una boda.
Son las 21:30 horas y estamos cansados. Compramos agua, leche y caminando al hotel. Mañana quedamos con Igor a las 9 para desayunar e iremos viendo. No hay wifi, el chico del hotel nos dice, que hay obras en los alrededores y les han cortado internet. Habra que tirar de la simcard que compramos tambien para escribir el blog, esperemos nos de para todo el viaje.
Besos y abrazos según corresponda.