Revista Humor

Viaje a Galicia: Valença do Minho • Santa Tecla • Baiona

Por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu

Visita a Valença do Minho en Portugal

El segundo día era opcional, pero decidí contratar todas las excursiones. Empezamos yendo hacia el norte de Portugal, a la fortaleza de Valença do Minho, un lugar donde tradicionalmente los españoles iban a comprar porque resultaba más barato (ahora ya los precios son más o menos iguales que en España, aunque la gente sigue yendo a por toallas y sábanas).
La fortaleza tiene 5 kilómetros de largo, no pudimos recorrerla entera porque no había tiempo, pero es muy bonita y tiene unas vistas espectaculares. El pueblecito en sí también es muy agradable y tiene edificios preciosos (según entras encuentras unos cuantos con cerámicas en las fachadas que son maravillosos).
Además, me tomé un pastel de nata, receta tradicional que no se hace con nata, curiosamente. Otra cosa curiosa es que abundan los Cristos de las iglesias que no tienen el pelo esculpido, sino que tienen pelo natural.

Mirador de Santa Tecla

Después de esa visita volvimos a España, hasta el mirador de Santa Tecla. Este era a la desembocadura del río Miño en el Atlántico y nuevamente encontramos unas vistas espectaculares; tuvimos mucha suerte de que fuera un día despejado.
También hay una ermita y un pequeño museo que no pudimos visitar por falta de tiempo, además de las inevitables tiendas de souvenirs. También hay antiguos castros, un par de ellos reconstruidos, pero eso está muy abajo y no daba tiempo a llegar con el rato que nos dieron... solo pudimos verlos durante la subida y la bajada en autobús.

Visita a Baiona

Nuestro último destino fue Baiona. Creo que es uno de esos sitios perfectos para veranear. Tiene playa, tiene monumentos históricos y tiene bonitas zonas donde pasear. También está una réplica de la Pinta a la que no pudimos entrar por falta de tiempo y porque era demasiado cara, además de tener una gran cola para entrar.
Cuando llegamos, nuestra guía nos dijo que nos iba a llevar a la Capilla de Santa Liberata y a la Colexiata de Santa María de Baiona a los que quisiéramos. Aunque ambas están prácticamente enfrente, se perdió en el camino de una a la otra. Empezamos a subir una cuesta de esas imposibles y se iba quedando cada vez más gente por el camino hasta que una paisana nos indicó que teníamos que volver a bajar la cuesta e ir a la derecha, que era por donde ya habíamos dicho todos que podía ser más probable que estuviera a la Iglesia.

Incluso con esa pérdida de tiempo, me dio tiempo suficiente para ir con algunos del grupo a la fortaleza de Monterreal, dentro de la cual está el Parador. Te cobran 1€ por la entrada, pero merece la pena porque no solo es bonita la fortaleza en sí, sino también las espectaculares vistas, además, echas un buen rato en recorrerlo por completo.


Y con esto acabo la jornada y volvimos al hotel.


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