Una expedición de más de 600 ovejas y cabras, 7 perros y 20 caballos, acompañados por 3 pastores y 2 massai, recorrerán desde el 10 hasta el 21 de agosto la montaña palentina y leonesa.Esta iniciativa del proyecto "Muruna" tiene como objetivo difundir el vínculo entre la oveja y las especies en peligro de extinción, como el oso pardo, el urogallo y el quebrantahuesosLa caravana partirá de la localidad leonesa de Cornombre (La Omaña) y culminará en la palentina de Monasterio. 220 kilómetros en 12 etapas que se podrán seguir por internet.
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Las cañadas reales
En torno a esta vida pastoril trashumante se fue gestando un mercado ganadero de primera magnitud. Desde las sierras a los invernaderos, llamados de mediodía, se ponían en marcha estas largas colas migratorias, a través de cañadas, cordeles y veredas. Las cañadas reales estaban limitadas por ley a una anchura no superior a 90 varas. Se contabilizaban cuatro grandes rutas:
La cañada leonesa: Partía de la montaña y descendiendo por el puerto del Pontón, atravesaba Riaño y la Vega para internarse por Tierra de Campos, Zamora, Salamanca, Béjar, hasta alcanzar los pastizales extremeños.
La cañada segoviana: Desde las altas umbrías del Ebro, se deslizaba por caminos de Burgos, Palencia, Segovia y Avila, para entroncar en Béjar con la cañada leonesa.La cañada soriana: Ramal muy frecuentado que unía los montes ibéricos con Castilla la Nueva. Arrancaba de la Sierra de Cameros para cruzar “los grandes y finos agosteros sorianos y, saltando a la solana de Guadarrama, bordeando las sierras de Sigüenza, camino de Buitrago, El Escorial y Escalona, para ganar el invierno en la llanura de Talavera, Guadalupe o el valle del Betis”.La cañada conquense: Esta ruta se extendía desde la serranía de Cuenca hasta penetrar en la explanada manchega con destino a la verdes llanuras de Murcia.Los itinerarios hacia nuestros puertosLos ganados penetraban por tres vías o cordeles, que se han ido transformando con el tiempo e incluso desapareciendo por su escaso uso. La reciente trasterminancia abre caminos nuevos que no tienen la consideración ni siguen los itinerarios de las viejas cañadas. Al Alto Carrión se penetraba desde la cañada leonesa oriental por Guardo y Velilla siguiendo, a continuación, por la actual carretera de los pantanos que coincide, en parte, con una vía de época romana. Un segundo cordel, el cerverano, ascendía desde la Valdavia por Castrejón de la Peña y Cervera hasta La Pernía, desde donde se abrían diferentes veredas hacia los puertos que rodean al valle por levante y poniente. Finalmente, el tercer cordel, el montañés, ascendía por Aguilar de Campoó, siguiendo la vieja calzada romana, por los límites actuales de Palencia con Cantabria, para dirigirse a Hijar en el Alto Campóo, aunque alguna vereda cruzaba el valle del Rubagón en dirección a Brañosera y Salcedillo...Para saber más: "Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería", de Froilán de Lózar. Editorial AruzImagen de Curiosón: Ganado trashumante pastando en Herreruela de Castillería.