Viaje al Corazón de la Tormenta
Una obra con un título como éste, antes de leerla, ya ha conseguido robarte el corazón. Todo viaje implica algún tipo de cambio: algo desaparece en tu interior para reaparecer bajo otra forma. Si además el viaje es hasta el mismo centro de la tormenta, la transformación, si la sobrevives, pasa a ser de índole vital.
La autobiografía como catarsis
No se muy bien porqué pero es constatable que, con sospechosa frecuencia, los autores de Cómic suelen plasmar su propia vida en alguna de sus obras. Este extraordinario Cómic contiene el relato autobiográfico del mismísimo Will Eisner, una leyenda viva en el Arte de la novela gráfica.
Supongo que, en un momento dado, purgar tu consciencia a través de tu propia obra te permite cerrar y/o pasar página en tu vida. Y eso tiene un sentido más profundo para un autor de novela gráfica, disciplina en la cual el formato de página tiene un significado notoriamente mayor.
El doble viaje
Este viaje es doble: uno físico y otro a través de la memoria. El viaje tangible es en tren y lleva a Eisner al centro de adiestramiento que le servirá de trampolín para sumergirse en la Segunda Guerra Mundial. La tormenta perfecta se atisba en el horizonte.
Pero los viajes en tren tienen un poderoso sentido de evocación y Eisner, mientras se desplaza hacia lo incierto (y no hay nada mas incierto para la vida de uno que una guerra) rememora su vida y la vida de los suyos: su familia y su etnia, la judía.
Es en ese viaje intangible donde el autor repasa su existencia a través de una tormenta de recuerdos. Una tormenta más trascendente que cualquier otra, en la cual hace balance de su origen y de su destino. Una que vislumbra en la cercanía, y no en la lejanía, la posibilidad de la muerte.
Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes. (Khalil Gibran)
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