Puerto Madero, a orillas del Río de la Plata, es un ejemplo de renovación urbana, en el que antiguos depósitos de grano fueron reconvertidos, conservando su factura constructiva original de ladrillo visto, en un polo gastronómico de varias cuadras de longitud, enfrentando al yatching club, y varios barcos convertidos en museos flotantes, todo de acuerdo a un Master Plan propuesto por los arquitectos los arquitectos Juan Manuel Borthagaray, Cristian Carnicer, Pablo Doval, Enrique García Espil, Mariana Leidemann, Carlos Marré, Rómulo Pérez, Antonio Tufaro y Eugenio Xaus.
La propuesta, espacialmente, se constituye en un gran cauce urbano, que eleva el Río de la Plata, en ese sector, a un configurador que pasa de ser un límite, a ser un borde y un enlace urbano. Este cauce urbano se configura por la sucesión de diferentes niveles que ascienden en la misma medida en que se alejan de la ribera: El malecón, las terrazas de los restaurantes, los restaurantes mismos, y finalmente los volúmenes de los antiguos depósitos reconvertidos, proyectan la cuenca del río sumergiendo en ella una rica actividad turística, comercial y cultural de día y noche.
La propuesta llega a cobrar tal fuerza, que los edificios institucionales y corporativos construídos en la margen opuesta, algunos de singular relevancia, como el Hotel Hilton o el Banco Itaú, respetan el espíritu del Master Plan original, en sucesiones de zócalos, en alturas de edificación, y en distancia, terminando de configurar así esta magnífica intervención urbana, en la que Santiago Calatrava pone, al correr del tiempo, su siempre polémica rúbrica, de la que hablaremos en un artículo aparte.